Con la sombra alargada de Pozos Dulces aún planeando sobre la entrada de la Ciudad, llega el nuevo proyectazo con su correspondiente aparcamiento para el río y, con él, nuestro derrotista portuense. Un personaje que —creo— se va a dejar caer por la sección más de una vez.
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Una lástima, Carlos, que pudiendo ver unas viñetas bien construidas y brillantes, críticas, sociales y con humor constructivo, tú solo veas un plumero que la mayoría no vemos, que no es otra cosa que los viejos prejuicios conservadores toda la vida.
No seria mejor hacer el aparcamiento en la otra banda del río,y mediante otra pasarela peatonal ,los peatones llegarían al centro de la ciudad y así se impediría que entraran tantos coches al casco antiguo.
Se te ve el plumero