Fernando Gago tendría hoy 79 años. Era de los nacidos en 1941. Fue concejal durante 20 años: (1991-2011) y alcalde un breve periodo de tiempo entre 2006 y 2007. Y presidente de la Real Plaza de Toros para los restos. Fue pionero de Radio Puerto junto con Pepe Morillo --Emisora del Instituto Laboral-- y animó a ponerse delante del micrófono al recordado periodista Agustín Merello, con quien llegó a hacer un periódico solo para los dos. De su trayectoria hertziana recordaba especialmente los programas de subastas por los damnificados de las inundaciones del Tamarguillo, en Sevilla. En aquella ocasión, Tomás Osborne pujó con mil duros para que le pelaran frente a los amigos de Luis Cuvillo, que apostaban por un rapado del que fuera Director de Relaciones Públicas de bodegas Fernando A. de Terry.
Gago llegó incluso a ser seminarista de los jesuitas. De su etapa en Terry a partir de 1961, también fue responsable de ventas para Estados Unidos y Canadá. En el Departamento de Relaciones Públicas, conoció a un universo de personajes como a aquella Mujer 10, Bo Derek, en el verano de 1983...
Y recordaba: “En aquellos meses se rodó en El Puerto la película ‘Bolero’, y por allí andaba, antes de sus posados en Mallorca y sus dramas personales, Ana Obregón. Recuerdo que era muy simpática, como su compañera protagonista Bo, una magnífica señora, siempre acompañada de su marido John”. El italiano Fabio Testi inició la primer parte del rodaje pero como se peleó con John Derek lo sustituyeron por un paisano suyo, Andrea Occipinti. Testi también era muy agradable, como el bonachón George Kennedy, que lo recordarán por la serie ‘El hombre de Azul’. Eran veranos unidos a mi profesión.
Mis vacaciones infantiles estaban centradas en La Puntilla, en la caseta blanca que tenía mi familia en la zona central, cuando no había bares. Eran los últimos años 40 y allá me iba, junto a mis tres hermanos: Manuel, Benito e Ignacio, con los reglamentarios cubo, pala y rastrillo, bañador hasta el pecho y sombrero de paja. Nos íbamos en el autobús de Bootello, que paraba frente al parque Ruiz-Calderón, junto al bar Buenavista. Nuestra caseta tenía un toldo de esparto y nos la montaba Paco Bononato. No faltaba el termo de gazpacho, la tortilla y la piriñaca, al fresco de la nevera llena de hielo comprado en la calle Ganado. Jugábamos en la Torta, una isla de arena que se formaba en la bajamar, y por las tardes comíamos acerolas (manzanas pequeñas) de un que las vendía, que le llamaban ‘el Cursi’.
Ir a Fuenterrabía ya era una aventura y había que coger el coche de caballos. Una vez allí, nos montábamos en el funicular que tenía el Parador, que llevaban Antonio Sancho y Gloria Jiménez”. | Texto: F.A.Gallardo.
Mas información de Fernando Gago: Nótula núm. 974
Cuanto te echamos de menos tito.