Como lo leen, casi tres lustros de anticipación a la segunda gran concesión, 14 años después, en 1844, para la línea Barcelona-Mataró. La diferencia estuvo en que, Marcelino Carrero Portocarrero no encontró suficiente financiación para su ambicioso proyecto, que tenía una extensión de 40 kilómetros y, en consecuencia, no lo pudo llevar a efecto, mientras que José María Roca el concesionario catalán si lo materializó, haciendo historia con la primera línea férrea de la península ibérica, la Barcelona-Mataró antes citada, inaugurada en 1848.
| En la imagen, "Contenido: inserta tres recuadros. 1. Lateral izquierdo: Plano del perímetro exterior de la Villa de Rota. 2. Lateral derecho: Proyecto para construir un Camino de Hierro (según se expresa en la memoria que acompaña, desde Jerez de la Frontera al Puerto de Sta. María, desde éste a Rota, y desde Rota a San Lúcar de Barrameda. Presentado a S.M. por D. Marcelino Carrero y Portocarrero. Explicación del Plano. 3. En la parte inferior, una vista hecha por Don Ramón César de Conti. Londres 20 de Oct. 1829" | Biblioteca Nacional de España. Mapas y Planos. Título: Plan de las Inmediaciones de Cádiz.
Citamos como primera “gran concesión” a esta, promovida por el extremeño, nacido en Zafra (Badajoz), Marcelino Carrero, vinculado y con diversos negocios en las ciudades de Sevilla y Madrid, residente en Londres los años previos a la concesión, donde editaba en castellano una publicación titulada: “Semanario de Agricultura y Arte”, concesión que fue otorgada por R.O. del 28 de marzo de 1830 por 25 años, autorizándose para su realización el uso de terrenos de propiedad particular y común, el aprovechamiento de maderas, montes comunales y baldíos y la introducción, libre de derechos arancelarios, del material imprescindible para la construcción y funcionamiento del ferrocarril que, de haberse llevado a buen término el proyecto, habría sido la primera línea férrea española. Hubo, no obstante, una concesión anterior, en 1829, a José Díaz Imbrechts, para un proyecto de línea de corto trayecto, menos de 6 Km., que podemos calificarla como local, de Jerez a la barriada rural de El Portal, pensada para transportar los productos de la bodegas a la vía fluvial del río Guadalete. Carrero participaba también en este proyecto, que finalmente Díaz Imbrechts le cedió, aunque aquel prefirió realizar otro nuevo, de carácter regional y amplias miras, con los mismo fines, transportar los productos vinícolas, no solo los de Jerez, sino de las otras poblaciones que casi un siglo después constituirían el marco “Jerez-Xerex-Sherry”, siendo Rota el punto de embarque.
| Esquema de la línea. Dibujo de Pedro Pintado Quintana
Con el proyecto Calero Portocarrero, además de crear una sociedad comanditaria para poder llevar a efecto su proyecto, a la que puso el pomposo nombre de “Empresa del Camino de Hierro de la Reina María Cristina” se ocupó de realizar una campaña de marketing, pregonando las “ventajas y utilidades que producirían su empresa al comercio en general” anunciando una economía del 50% en el coste del transporte, pues los precios que se fijarían tanto a las mercaderías como a los viajeros que transitasen por “el camino de hierro” no excedería de la mitad de lo que actualmente abonaban por ese mismo servicio. Importante también la economía de tiempo, pues las conducciones se harían en 30 minutos desde Jerez a El Puerto, en 40 minutos desde El Puerto a Rota y en 50 minutos desde Rota a Sanlúcar. El total del trayecto, de Jerez a Sanlúcar, se cubriría, pues, en dos horas.
Formaba parte del proyecto, que en realidad estaba especialmente diseñado para los exportadores de la denominación “Jerez” la construcción de un muelle propio en Rota con lo que facilitaba tanto el embarque como el desembarque de mercancías que se transportaban o recibían por vía marítima (casi la totalidad de ellas) sin tener que esperar las mareas y evitando, asimismo, los peligros y demoras que ocasionaban las barras del Guadalquivir y del Guadalete. Para reforzar la importante reducción del costo que esto supondría para los bodegueros jerezanos ponía el ejemplo de una compañía de Jerez que al año enviase, como era lo habitual, por nuestra ciudad, 20.000 botas de vino a Inglaterra.
Pagaban por cada una 40 reales de porte más una especie de impuesto de 8 reales para reparar el camino desde Jerez al río. En total, 48 reales por bota, que sumarían la cifra de 960.000 reales, coste al que indica debía añadirse los portes de las duelas, aros de hierro y demás materiales necesarios para reponer las botas que se enviaban. Esto lo valora en 80.000 reales, cantidad que sumada a la anteriormente indicada arroja un total de un millón, cuarenta mil reales.
| Secciones de carriles
Fiel a su oferta antes pregonada, el coste de este mismo transporte, cargando en Jerez y puesta a pie de barco en el muelle de Rota, el coste sería de 520.000 reales, produciendo un beneficio para los hipotéticos clientes de más de medio millón anual, siempre que la cantidad a embarcar se aproximase a la cifra referida.
La realidad es que todo resultó finalmente como el cuento de la lechera, y quedó en aguas de borrajas, pasando algunas décadas hasta que se tendiera un “camino de hierro” entre Jerez y El Puerto. Curiosamente, una compañía belga, bastante tiempo después obtuvo una concesión similar, la línea El Puerto - Rota - Sanlúcar - Chipiona con pésimo resultado económico.
Falta una década para que se cumplan dos siglos de esta efeméride, y hemos querido recopilar las notas y bibliografía que sobre este tema teníamos para recordarla. | Texto: Antonio Gutiérrez Ruiz. A.C. Puertoguía.
Me encanta. Marcelino es uno de mis 5º tíos abuelos. Nació en Badajoz, como la mayoría de sus hermanos, salvo dos que sí lo hicieron en Zafra. Su padre era natural de Zahara de la Sierra y su madre, de Sevilla.
Tuvo una vida muy azarosa.