En la primavera de 1984, el Mendo, diminutivo con el que un tal Mendoza es conocido en su barrio, es agraciado con un viaje a Palma de Mallorca con todos los gastos pagados. Un todo incluido en el Centro de Instrucción de Reclutas General Asencio. Aunque lo ha intentado, no le han dejado renunciar al premio. Ni es hijo de viuda pobre, ni tiene los pies planos, ni un hermano en la mili, ni es corto de vista (sólo cortito). Así que el 15 de abril parte con un petate repleto de latas de conservas, la cartilla militar y cuatro billetes. Dos verdes, de mil pesetas. Y dos blancos: el de tren, que cubre la ruta Cádiz-Valencia; y el de barco, que le llevará de Valencia a Palma.| En la imagen, Pepe Mendoza hecho todo un recluta.
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