Cuando esto pase, con toda la paja quitada, solo nos quedará el grano de lo esencial y, por encima de todo, estará el amor a los nuestros, a la amistad, a la vida y a la celebración. Aunque no nos demos cuenta. Cuando todo esto pase el reencuentro será el eje vertebrador de una sociedad que necesita reciclarse, reinventarse. El reencuentro; con la familia, con los amigos, con los compañeros de oficina, de gimnasio o de la taberna; será el bien más demandado por el mercado de la razón y el monopolio del corazón. Cuando todo esto pase ojalá que la sociedad en conjunto entendamos que la vida hay que celebrarla mientras se pueda; que el bienestar debe respirar por encima de todo, incluido el bientener. Que no es cuestión de pandemias, es cuestión de otorgarle a la vida -en el día a día- el sitio y la importancia que merece. El sitio y la importancia que, para muchos, habían salido por la puerta de atrás.
Cuando todo esto pase, abrázate fuerte a todos los tuyos, porque no todo el mundo, cuando salgamos de la cuarentena, va a tener la suerte de poder abrazar a todos los que tenía antes de que esto empezara. Y esto hay que valorarlo, porque incluso las despedidas tendrán mucho de reencuentro y vida; reencuentros no permitidos ahora mismo para los familiares y amigos de quién pierden un trocito de ellos en estos días. Algo que no seremos capaces de entender hasta que no nos toque de cerca.
Esto no pretende ser más que un gesto. Este texto y viñeta no son más un abrazo irrelevante a todos los afectados por el virus y por las circunstancias que hacen que el drama, además, se torne en algo amargo. Un guiño a todos los que no podemos abrazar ni arropar en sus momentos bajos por las circunstancias que nos han tocado vivir.
Va por ellos. | Viñeta y Texto: Alberto Castrelo.
Me encanta escuxarla