| El promotor musical Tali Carreto abraza al productor Paco Loco tras un concierto | Foto: Javier Rosa | Monkey Week
La pandemia ha conseguido que muchos echen de menos las rutinas a las que antes no se daba importancia. En el Puerto de Santa María, Cádiz, vive Tali Carreto. Es promotor cultural, organizador del festival de música indie más importante del país, el Monkey WeeK.
"Echo de menos el tren, fíjate" reconoce Tali. "Yo siempre estoy arriba y abajo entre el Puerto, Sevilla y Madrid. Quizás por eso echo de menos el tren. Simplemente el hecho de estar en un andén, o de montar en un vagón, o de llegar a una estación es algo que ahora echo de menos. Las cuatro horas hasta Madrid iba trabajando, pero era distinto, levantabas la mirada e iba cambiando el paisaje, ahora es todo lo mismo."
"Echo de menos el tren. Simplemente el hecho de estar en un andén, o de montar en un vagón, o de llegar a una estación es algo que ahora echo de menos".
Su otra rutina, ahora perdida, tiene mucho que ver con la música. Los conciertos, el directo, los abrazos tras una buena actuación. "Por mi trabajo paso muchas noches escuchando música en directo" dice Tali. "Ese encontrarte con la gente, con los músicos, las conversaciones. En los conciertos es donde te ves con la gente, donde surgen los proyectos. Echo de menos esa cercanía y poder ver o que está haciendo un grupo en directo”.
| Tali Carreto, abajo a la derecha, en un concierto| Foto: Javier Rosa | Monkey Week
El café con los compañeros de trabajo, un concierto de nuestro grupo favorito, ese desplazamiento en tren que hacemos a menudo, o el abrazo a ese amigo al que nos encontramos en la calle. Son gestos cotidianos que entrarían perfectamente en la definición académica de la palabra rutina. Nunca pensamos que llegaríamos a echarlos de menos, que esa tantas veces denostada rutina, sería motivo de añoranza. Pero la pandemia también ha cambiado esto. | Fuente: Nius | Texto: José Luis García Serrano