La pandemia de gripe de 1918, la mal llamada 'Gripe Española’ por ser el único país que no censuró periodísticamente el grave problema sanitario a nivel mundial, se vivió en El Puerto de Santa María con miedo y preocupación. La población portuense era de 18.500 habitantes y se contagiaron 1.170 vecinos, de los que fallecieron 103. Eran otros tiempos y la higiene dejaba mucho que desear y apenas había medicamentos, a pesar de que se tomaron medidas contra la epidemia. Como ahora, los políticos en Madrid sucumbían al contagio. El foco inicial pudo ser Europa durante la Guerra Mundial, entrando el virus por la frontera con Francia, a través de los trabajadores andaluces que habían ido a suplir a los franceses que estaban en guerra. Otras fuentes dicen que pudo originarse en los países asiáticos, como China.
España no había participado en la I Guerra Mundial, pero muchas de sus materias primas se destinaron a suministros para los países combatientes, lo que produjo una hambruna y situación de miseria en las primeras décadas del siglo XX. Esta era la situación en una población que vivía tradicionalmente de la pesca, las bodegas y la agricultura.
| Hospital de Emergencia para la contención de la epidemia de gripe en Camp Funston (Kansas - EEUU) | Museo Nacional de la Salud y la Medicina. EEUU.
Fueron tres brotes de gripe los que azotaron El Puerto: mayo y junio, septiembre a diciembre de 1918 y enero a junio de 1919, cuando se dio por oficialmente finalizada, aunque ya a principios de febrero de 1919, las autoridades reconocían que se había solucionado el problema epidémico.
A finales de septiembre de 1918, el Gobernador Civil, envió una circular a los ayuntamientos por la que recomendaba en previsión de los contagios por gripe, evitar las aglomeraciones en espacios cerrados que pudieran provocar contagios; suspender ferias y fiesta populares, recomendando el aplazamiento de éstas, no así el cierre del Teatro Principal y otros espacios escénicos.
| Revista Portuense. 29 Septiembre 1918. | Archivo Municipal
El 28 de septiembre, el alcalde Ernesto S. Piury Dagnino reunió a la Junta Municipal de Sanidad, donde se adoptaron entre otras, las siguientes medidas: suspender las clases en las escuelas públicas por espacio de un mes, habilitar como sanatorio para infectados el antiguo Hospital de San Sebastián como espacio de aislamiento, la limpieza y baldeado de algunas calles que presentaban un estado lamentable de salubridad y prohibir la recogida de basuras a domicilio, dado que con los restos se alimentaban a los cerdos, y pudieran ser cadena de transmisión del virus.
| Portada del tomo de actas capitulares del Ayuntamiento de junio a septiembre de 1918. | Archivo Municipal.
| Acta de sesión municipal del 23 de octubre de 2018 | Archivo Municipal.
El alcalde informó a mediados de octubre a la Junta Municipal de Sanidad que no procedió a decretar el cierre de colegios acordado para no alarmar a la población, algo que le afearon los miembros de la Junta, “incluso se tenía que haber cerrado el Colegio San Luis Gonzaga y su internado, dado que su alumnado, procedente de toda Andalucía, podían ser fuente de propagación de la epidemia”, le argumentaron.
El Ayuntamiento consideró no celebrar una corrida de novillos toros, evitando así aglomeraciones de público, siguiendo la normativa de suspender festejos y lugares de concentración.
| Molino de Mareas --actual Aponiente-- donde se intentó instalar un sanatorio para infectados de gripe.
Se intentó hacer un sanatorio en el Molino de Mareas –hoy restaurante Aponiente--, cercano a la estación de ferrocarril, para lo que su propietario Juan Solani lo puso a disposición municipal. La iniciativa no tendría recorrido, al no facilitar camas el ejército ni fondos el gobierno de la provincia. La Ciudad se dividió en cuatro distritos, con un teniente de alcalde al frente y un médico, que informarían diariamente a la alcaldía de los progresos de la enfermedad y las medidas que se adoptaban para combatirla.
| Revista Portuense. 22 de octubre de 1918 | Archivo Municipal.
| Revista Portuense. 23 de octubre de 1918 | Archivo Municipal.
El 22 de octubre, el alcalde Piury dictó un Edicto, en el que daba instrucciones a personal bajo su mando, para que quienes entren en la Ciudad por caminos y carreteras esperen en los fielatos a que sean examinados por los médicos de la población. Pide a los propietarios de posadas y hospederías faciliten a la alcaldía el movimiento de viajeros y programa inspecciones para comprobar el estado de higiene y limpieza de los mismos. A los dueños de tabernas, tabancos, cafeterías y demás lugares de hostelería da instrucciones para que los WC sean desinfectados con cloruro cálcico. En Correos se decreta que sea desinfectada la correspondencia.
| Estación de ferrocarril.
Los viajeros que hayan llegado a la Ciudad por tren serían sometidos a desinfección en la Sala de Espera de 3ª en la Estación de Ferrocarril. Y los viajeros que llegasen por vía marítima, igualmente serían sometidos a igual procedimiento. Se prohibieron las visitas al Cementerio Campal de la Ciudad, especialmente los días 1 y 2 de noviembre, festividad de Todos los Santos y Fieles Difuntos, un mes que sería especialmente virulento a causa de la epidemia, que además se complicaba con bronconeumonías, bronquitis y neumonías.
| Anuncio en la Revista Portuense del 22 de octubre de 1918.
Se exigirían responsabilidades a quienes no cumplieran con lo decretado, con apercibimiento de multas, y a quien no comunicare casos de enfermedad infecto-contagiosa que conociere, dictando otra serie de medidas de profilaxis: baldeos, desinfecciones, aseo personal, ventilación de habitaciones, limpieza específica en diferentes zonas de la Ciudad, usando diferentes productos entre otros el Zotal. Además, la enfermedad se combatía con suero equino fabricado en Jerez y Arcos.
Como en cualquier situación de emergencia, no tardaron en aparecer los usureros y ruines, que alteraron al alza el precio de medicamentos y alimentos de primera necesidad. El 17 de noviembre, el alcalde pidió ayuda a los empresarios y ciudadanos con posibles, abriéndose una suscripción pública, que llegaría a recaudar 3.414.5 pesetas de la época. Incluso el lechero Francisco Zarzuela, asentado en la calle Ricardo Alcón, entonces Correos, facilitó el alimento a los más necesitados, gratuitamente.
El 20 de noviembre, Leonardo Rodrigo Lavín, inspector provincial de Sanidad, declaró la población “sucia por gripe”. Debido al avance de la enfermedad, se cerraban el Teatro Principal y otros cafés-cantante. Se cerraron los colegios nacionales. Un carro del municipio recogería por las casas la ropa de los fallecidos para su desinfección.
| Procesión extraordinaria en rogativa, el 12 de diciembre de 1918, por las calles de El Puerto, con motivo de la epidemia de gripe que hubo, en la que algunos días murieron de 8 a 10 personas. En la imagen, delante del Ayuntamiento aparecen el sacerdote Ricardo de Luna, Esteban Paullada, Antonio Sancho y Antonio de la Torre | Foto: Colección Ramón Bayo.
En diciembre, los días 9, 10 y 12 se celebraría un “Triduo de Rogativa y Procesión, que para implorar cesen las tristes circunstancias porque atraviesa esta Ciudad, con motivo de la enfermedad de Grippe infeccioso, se celebrará en la Iglesia Mayor Prioral, saliendo la Sagrada Imagen de Ntra. Amantísima Patrona, procesionalmente el jueves 12 de los corrientes a las 14 horas, con asistencia del Excmo. Ayuntamiento bajo Mazas”, según recoge la documentación que obra en poder el Archivo Municipal, Sección 2ª, Fiestas Religiosas.
| Escrito de alcaldía para acto religioso de acción de gracias, por el final oficioso de la epidemia de gripe. 30 Enero 1919.
Si bien la extinción de la epidemia no la dio por finalizada oficialmente el Gobernador Civil hasta el 14 de junio de 1919 publicada en el Boletín Oficial de la Provincial, fue con la celebración de diversos actos religiosos oficiados como Acción de Gracias, en la Iglesia Mayor Prioral los días 2 y 3 de febrero de 1919, --dado el descenso brusco que experimentó la epidemia, con apenas fallecidos en el comienzo del año--, con el que la Ciudad respiraba aliviada al ver como superaba, una vez mas una epidemia.
Cuerpo Consular
Como curiosidad, fue invitado a los oficios religiosos el Cuerpo Consular, formado por los cónsules de la República Dominicana, Inglaterra, Francia, Portugal, Chile, México, Turquía y Colombia.
Según datos del Colegio Oficial de Médicos, en el conjunto de la provincia de Cádiz, a lo largo del año 1918 fallecieron 16.353 vecinos, de los que 1.998 fueron a causa de la gripe; al año siguiente, en 1919, la mortandad en la provincia bajó a los 14.081 vecinos, de los cuales 625 fallecieron por la gripe, ese enemigo silenciosos que siglo a siglo, año a año, nos visita mutado de mil maneras y para los que la ciencia médica espera con remedios y estudios y, a veces, les coge por sorpresa. | Texto: J.M Morillo-León.
Agradecimientos: Archivo Municipal | Ana Becerra Fabra.
En próximos días publicamos: “Cuando tapiaron la Ciudad: la peste de 1648”, por Enrique Pérez Fernández.