Todo comenzó cuando Jesús Zamorano, impulsor de Soul K, realizó un viaje a Bali hace ahora tres años. Allí tuvo la oportunidad de probar la kombucha y quedó absolutamente fascinado, tanto fue así que comenzó allí mismo a experimentar su elaboración. “Es un sabor complejo, totalmente distinto a lo que estamos acostumbrados. Siempre intentamos buscarle una similitud que, en este caso, puede parecerse a una sidra pero sin alcohol. Investigué sobre esta bebida y, me gustó tanto el concepto, que me decidí a elaborarla, también un poco porque estaba en un momento en el que necesitaba redefinir la segunda etapa de mi vida, especialmente en el plano laboral”. | En la imagen, Jesús Zamorano, creador de la marca de kombucha Soul K | Foto: Manu García.