Desde que llegué para iniciar las investigaciones arqueológicas en la ciudad fenicia del Castillo de Doña Blanca siempre ha habido dificultades. Primero las que hubo con el propietario de la colina del Castillo de Doña Blanca. No fue fácil su comienzo. Y hubo de intervenir en la primera campaña un familiar jesuita del propietario, D. José Luis Osborne Domecq. Y las siguientes pagando un arrendamiento, por así llamarlo, a precio de oro, por el solar que se iba a investigar. Hasta que en 1988 se expropió y se nos liberó de este sacrificio.
Y en la necrópolis, de un propietario del terreno pedregoso de Jerez, D. Luís Romero Morales, hubo que sudar tinta para comenzar el túmulo 1 y el hipogeo 1. Bien sabe mi amigo el abogado y humanista D. Luís Suárez Ávila los días que se pasaron y las artimañas empleadas para que se nos concediese el permiso para excavar los dos enterramientos.
Este lugar arqueológico, tan extraordinario, que tantas satisfacciones para la ciencia y el conocimiento histórico ha proporcionado, nos ha dado también grandes disgustos para poder excavar en los lugares deseados. No ha sido fácil. Estas historias, que no son investigación, pero que las hacen posible, las reflejaré un día en un libro que muestre que, junto a las satisfacciones, los problemas han sido inmensos.
| El Hipogeo 1| [Construcción subterránea o excavada en una roca con techos abovedados, que algunas civilizaciones antiguas utilizaban como lugar de enterramiento. W].
Y un día llegaron para decirnos que nos fuésemos, que ya estábamos sobrando en los grandiosos planes que tenían en sus cabezas algún director general, delegado provincial –así se llamaban por entonces- y los acompañantes para, abrirnos la puerta y el aplauso de ese poder que tan mal han digerido muchos, con importantes cargos que han comandado esta historia arqueológica. Son historias que siempre las llevas contigo y nunca se olvidan.
| Túmulo 1 | [Un túmulo, palabra proveniente del Latín tumulus, es el nombre que recibe el montón de tierra y piedras levantado sobre una tumba o varias, y que se remonta a la época de las edades de Piedra, del Bronce y del Hierro. W].
Por muy bien que pueda narrar estas historias desagradables, que deben conocerse, por muchos datos que aporte, no podré expresar lo que este equipo y yo mismo hemos sufrido por los inconvenientes y nula comprensión de la exhumación de la gran historia que comenzamos un 2 de mayo de 1989. Nunca nadie lo sabrá, porque no podré expresarlo en toda su intensidad. Pero ha valido la pena. Y comenzaría otra vez.
| El acuerdo para excavar en la Necrópolis. De izquierda a derecha, Luis Suárez Ávila, Luis Romero Morales y Diego Ruiz Mata.
Hoy he sacado de repertorio de dispositivas que tengo de esta historia arqueológica, unas en la que estamos dándonos la mano el propietario de los terrenos de la necrópolis, Luis Romero, Morales, el abogado, amigo y sufridor de este historia Luis Suárez Ávila y el arqueólogo director de las investigaciones Diego Ruiz Mata.
| La arqueóloga Carmen J. Pérez, excavadora en aquellas campañas.
Fue un momento importante para el comienzo de la excavación del túmulo 1, que contenía en torno a 80 individuos incinerados y con las cenizas en el interior de urnas, acompañadas de ajuares, y el hipogeo 1, más antiguo, donde el rito predominante era la inhumación, hallándose casi cuarenta individuos. Del túmulo se prepara una tesis que se defenderá en la Universidad Autónoma de Madrid y del hipogeo un amplio artículo, o pequeño libro, que entregaré en unos meses para su publicación. Trabajos emocionantes de la historia de la bahía y de Occidente. | Texto y fotos: Prof. Dr. Diego Ruiz Mata. Arqueólogo.
No os dejan seguir excavando en la necrópolis? Soy de el Puerto y me encanta ese yacimiento, pero si que es verdad que me gustaría seguir viendo mucho más si hay. Un saludo
Diego, perfectamente contado. fueron muy laboriosas las negociaciones para llegar al acuerdo. Pero salimos victoriosos.