Cuando se presentaba el álbum de cromos de la Liga 2019-20, nuestro paisano Joaquín Sánchez, futbolista del Betis, era uno de los asistentes al acto de puesta de largo del coleccionable, cuya fotografía figura en portada. Traemos a estas páginas otros ‘portuenses de colección’ y sus cromos, que han formado parte de los álbumes y de la historia del fútbol español.
Joaquín fue obsequiado con un cuadro en el que aparecen todos los cromos en los que ha salido a lo largo de su carrera y agradeció el gesto que tuvieron al poner su fotografía en portada. “Es un orgullo porque haber coleccionado cromos de niño y verte ahora aquí es todo un privilegio. Es un placer, un orgullo. Estoy agradecido a la Liga y al patrocinador. Lo recordaré y lo guardaré con mucho cariño”, manifestó.
Joaquín. Joaquín Sánchez Rodríguez.
Sin duda es el jugador más excepcional surgido en El Puerto y desde muy temprano se notaban sus esencias. En 1999 subió de la categoría juvenil del Betis al filial, con 18 años, jugando 26 encuentros y aportando dos goles. Se estrenó en el Betis en Segunda División en 2000, participando en todos los encuentros (19 de ellos, completos) y contribuyendo al ansiado ascenso a Primera. En la primera temporada en la máxima categoría jugó 34 compromisos, con 4 goles. Su rapidez por la banda le llevó en volandas a la selección, participando en el Mundial de Corea. Sí, nos acordamos todos, fue quien falló el penalti de cuartos ante los anfitriones en aquel partido del árbitro egipcio Al-Gandour.
Montero. Enrique Montero Rodríguez.
Fue el primer jugador portuense en debutar con la selección nacional, ante la desaparecida Alemania Oriental, empate a 0 en Leipzig, en 1980. El seleccionador era José Emilio Santamaría, el del fracaso del Mundial 82. La cita mundialista se la perdió el del Sevilla al sufrir una grave lesión en el Trofeo Carranza de 1981, ante el Palmeiras. Aquel accidente le impidió ser fichado por el Barcelona. Con la selección jugó 3 partidos, más otros 4 encuentros con el llamado equipo B. En el verano del 80, antes de su debut con la senior, jugó en el combinado olímpico en los Juegos de Moscú. El equipo de Santamaría no pasó de la fase previa.
Montero debutó en el Sevilla en el periplo en Segunda de los blancos a mediados de los 70. Tras ser cedido al San Fernando mientras cumplía el servicio militar, su debut en Primera fue con el Sevilla a los 22 años en 1975. En aquella temporada consiguió 3 goles. Tras aguarse aquel fichaje en su mejor momento, el de El Puerto estuvo durante once temporadas en el Sevilla hasta 1986, con 31 años, cuando pasó al Cádiz, donde aún prestaría sus buenos servicios durante tres años más, jugando 30 encuentros en la 88/89, la de Víctor Espárrago, con la mejor clasificación de los amarillos en toda la historia. Con 36 años recaló en el Portuense, donde vivió el primer ascenso de los del Cuvillo de Tercera a Segunda B. Su despedida fue en esa primera temporada de la permanencia, en la 91/92, con una prometedora trayectoria del Racing que acabaría en desastre económico al año siguiente.
Ojeda. Manuel Ojeda Lores.
El guardameta ligado a la familia de La Perla fue un destacado jugador de la plantilla del Real Murcia a principios de los 70. El equipo pimentonero pasó de Tercera a Primera de manera consecutiva y a continuación el descenso fue igual de meteórico en años sucesivos.
Ojeda fue clave en el ascenso a Primera de la 72-73 siendo el titular del Murcia en todos los encuentros. En la siguiente temporada, la de la permanencia de los murcianos, el portero estuvo en 20 ocasiones bajo los palos. La temporada siguiente la vio entera desde el banquillo. Estuvo una temporada más, donde jugó 7 encuentros y tras una primera retirada regresó al Murcia en la 78/79 para contribuir a la permanencia en Segunda. Disputó sus últimos 9 encuentros en la categoría profesional cuando tenía 30 años.
Abraham Paz. Abraham Paz Cruz.
Nunca fue expulsado en sus dos temporadas en la élite, una con el Cádiz, en su último ascenso, en la 2005/06; y otra con el Hércules, en la 2010/11. Era un referente de los cadistas y el equipo pasó de estar con los grandes a revivir la pesadilla de la Segunda B. En el minuto decisivo en el que concluía la temporada del fatal descenso, el portuense tuvo en sus botas la salvación si hubiera acertado el penalti contra el Hércules, equipo donde irónicamente terminaría recalando.
Con el Cádiz debutó en Segunda B en 1998 y fue uno de los fijos en la escalada hacia Primera, tras el ascenso a Segunda en 2004. Tras tres temporadas en el Hércules jugó el Cartagena y en el Sabadell, donde se retiró de las categorías profesionales en 2013. En total disputó en su trayectoria 367 encuentros y pese a su demarcación defensiva llegó a marcar 40 goles, aunque sólo 3 en Primera.
Pinto. José Manuel Pinto Colorado.
Pinto jugó con el SAFA-San Luis. Con 18 años se forjaría en la cantera del Betis. Debutó con el primer equipo en la temporada 97/98. ,En la siguiente pasó al Celta donde tras ser una temporada suplente en 1999 alcanzó la titularidad disputando 19 partidos. En el club vigués estuvo durante diez temporadas llegando a jugar todos los encuentro de la 2004/05, cuando contaba con 29 años. Con 32 fue fichado por el Barcelona. Lo que parecía una decisión provisional para rematar hasta el verano de 2008 se convirtió en una trayectoria brillante de siete temporada, hasta retirarse en 2014 con 14 años. A lo largo de esos años el arquero portuense atesoró 16 títulos, con dos Champions y cuatro Ligas.
Viña. José Ignacio González Viña.
Toda su trayectoria se fraguó con los colores blanquinegros del Castellón, donde debutó en 1979, en Segunda, tras los mejores años del equipo levantino, cuyo protagonismo provincial lo asumió con creces, años después, el Villarreal. En su temporada de debut, con 22 años, Viña consiguió 9 dianas. En la siguiente temporada, acompañado por el Cádiz, el Castellón subió a Primera, siendo líder, con Lucien Muller de entrenador. El portuense disputó 33 encuentros de aquella mágica temporada de los castellonenses, con 5 goles. Sin embargo de la ilusión por debutar en Primera el Castellón vivió una de las temporadas más discretas de un equipo en la máxima categoría cosechando sólo 13 puntos (la victoria valía entonces sólo 2 puntos). El Cádiz dirigido por Milosevic, precisamente, acompañó al Castellón al descenso. Viña aportó 4 goles que fueron insuficientes. Durante otras ocho temporadas más Viña estuvo en la plantilla del Castellón, consiguiendo la Copa de la Liga en 1984 y contribuyendo en 1989 al último ascenso a Primera que vivió este club. Tenía entonces 31 años y disputó 19 partidos.
Zunzunegui. Cecilio Zunzunegui Lablanca.
Fue de los currelantes del balón en unos difíciles años para el profesionalismo. Formó parte del milagro del entrenador Maguregui que alzó al Almería de la Segunda B a jugar en Primera. El portuense jugó en la temporada de ese ascenso, debutando en categoría profesional con los almerienses con 21 años. Su aportación fue decisiva ya que jugó 31 encuentros.
Fichó por el Barcelona CF, aunque no llegó a debutar en la Liga con dicho equipo. Hizo con los catalanes la pretemporada de 1980, pero pasó al Hércules con el que debutó en Primera. Con los blanquiazules jugó 24 encuentros.
El entrenador del Barcelona era Kubala, que venía de ser seleccionador nacional. Su etapa fue breve y desastrosa y entre sus decisiones llevó a Zunzunegui a no vestir en la liga la camiseta blaugrana. Lo cedió al Almería. Formaba parte del fichaje de Victor Muñoz, estrella del Zaragoza y pieza clave de la selección en 1981. En el equipo maño no tuvo demasiadas oportunidades.
Con el Sabadell regresó a Segunda pero volvió a disfrutar de un ascenso, en 1987, incluido su primer gol como profesional. Con el club catalán volvió a Primera, con 26 encuentros. Pasó al Recreativo de Huelva, en un año complicado para el Decano, fichando por el Cartagena antes de vivir la proeza del ascenso a Segunda B con el Racing. Junto a Montero formó parte de la plantilla de la permanencia.