| Expediente de la Orden de Caballero De Santiago de Lorenzo Ferrari Porro. | Archivo Histórico Nacional.
Lorenzo Ferrari Porro, personaje del que tuvimos referencia al documentarnos sobre la familia Winthuysen, recién convertido en conde de Cumbre Hermosa adquirió esta casa que habían labrado Juan Clander y Enrique Benstdorff, cargadores a Indias de origen flamenco, en los últimos años del s. XVII, concretamente en el año 1696, ocho después de que el duque de Medinaceli les cediera un solar situado en la escuadra o esquina de las calles Aurora y Valdés actuales, cerca del río, con su fachada principal a esta última calle.
Esta imponente mansión, derribada hace tan solo unas décadas, de tres plantas y entresuelo, fue diseñada y construida, según algunos autores, por el Maestro portuense Guindos, en época similar a las conservadas y conocidas de Vizarrón (Casa de las Cadenas) y Reinoso Mendoza, ambas situadas en la Plaza del Polvorista, donde comenzaba la prolongación de la calle Aurora, en dirección al campo de Guía, zona a la que denominaban "Barrio francés" o de los franceses y donde estaban, entre otras, caserones y palacios de Terceros de Roxas y del marqués de la Cañada, hoy Hotel Santa María y edificio Haupold. Este inmueble, el de Cumbre Hermosa, en particular, parece tenía una mayor capacidad de almacenaje en su piso bajo que los demás de su época, a tenor de la estructura que hemos conocido, aunque, igual que los prototipos de las demás casas de Cargadores, el amplio entresuelo servía de oficinas, la planta primera y principal se destinaba a vivienda de la familia y la segunda o mirador para alojamiento del servicio, trastero y coladero.
Ignoramos la fecha exacta de la adquisición de la casa por Cumbre Hermosa, arriesgándonos a situarla entre la tercera y cuarta década del siglo XVIII. Asimismo desconocemos el tiempo en que la familia Clander vivió, si es que lo hizo, en esta mansión pues las referencias que al respecto tenemos, tomadas de los padrones eclesiásticos, sitúan a Juan Clander y su mujer, Magdalena Durt, así como a Julio Leonardo Clander, casado con Rosa Ávila y otras dos personas con ese mismo apellido: Magdalena y Jerónimo Clander en unas casas de la calle Esterque, actual Ganado, que hemos situado en la esquina de esa calle con Manga de Gabán, o Nevería.
| En primer término, a la izquierda, la fábrica de Gas Lebón. A la derecha cascos bodegueros que hoy son la bodega Gutiérrez Colosía y un almacén de alimentación y, detrás podemos ver los bluendes del palacio de Cumbre Hermosa.
La amistad, supuestamente, de Fray José Winthuysen, Prior del convento de Santo Domingo y el conde de Cumbre Hermosa databa de la época en que adquirió la casa citada, o fue esta operación de compraventa la que dio origen a la misma, considerando también que existía un lejano parentesco entre ambos. Dueño ya de ella se ocupó Ferrari de embellecerla y amueblarla a tono con su importante fortuna y presumible buen gusto, solicitando de camino su mecenazgo Fray Joseph para hacer lo propio con la iglesia de Santo Domingo y otras instalaciones del convento, tal como nos relata Hipólito Sancho en su historia local. Sin embargo hemos descubierto que había algo más que una amistad, producto del trato y del mecenazgo ejercido por Ferrari hacia la comunidad dominica local, como podremos comprobar al leer un fragmento de su testamento, realizado cuando había abandonado el mundo lego y profesado en un convento: “Y para cumplir y pagar lo que por mi queda dispuesto y ordenado, nombro y señalo por mis albaceas testamentarios, ejecutores de esta mi disposición y voluntad a la señora doña Estefanía Ferrari, mi hermana, viuda de don Miguel Pabón Atarques del Mérito; al M.R.P. Presentado fray Joseph de Bentuysen, de mi Sagrada Orden, Prior en el convento de la ciudad del Puerto de Santa María, mi pariente, y al Doctor Tomás Porro y Gallo, canónigo y dignidad de la Santa Iglesia de Guadix, mi tío, a todos tres y a cada uno, in solidum, a los cuales doy mi cumplido poder y facultad, tan amplia y bastante como corresponden y la necesiten, el que han de tener y usar de él por todo el tiempo que fuere preciso y necesario”.Podríamos explicar el enrevesado juego genealógico por el que conocer el parentesco del conde y el prior, y lo teníamos contemplado inicialmente, pero en vista de que alargaba bastante el texto hemos decidido suprimirlo.
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Reseñamos pues, ya que este es el tema principal de esta nótula, algunos aspectos biográficos de Lorenzo Ferrari, el personaje que dio nombre a la casa palacio, de su próspera y rápida carrera en el mundo cortesano, la no menos llamativa caída y pérdida de la confianza real y de todo su patrimonio, abandonando las pompas y vanidades de este mundo para entrar en un convento con tan solo treinta y tres años, aunque sin perder nunca la fe en recuperar la fortuna que en tan corto tiempo amasó, y emplearlas en obras filantrópicas.
Lorenzo Ferrari y Porro nació en Sevilla en 1709, siendo el menor y único varón de los siete hijos que tuvo el matrimonio formado por Francisco Jacome Ferrari, descendiente de una rama la estirpe genovesa de los Ferraro establecida en Sevilla y por Feliciana Margarita Porro, nacida en Cádiz en el seno de una familia de ascendencia igualmente genovesa, en este caso, procedente del marquesado de Finale en la costa ligur italiana. Tres meses después de su nacimiento quedó huérfano de padre, aunque la familia no quedó desamparada pues tenía fincas de campo en Salteras, varios comercios, negocios y dependencias en la capital hispalense y la madre, que casó en segundas nupcias con un capitán de Marina sin que tuviese más descendencia, al ser la mayor de las hijas deJoseph Porro, heredó del abuelo genovés Vicente Porro, entre cuyos bienes se encontraba su casa principal en Cádiz, en calle de las Descalzas, labrada en cantería, con blasón en el dintel de la puerta.
Cuando la madre falleció, cuatro de las hermanas eran profesas de velo negro en las clarisas de Jerez. Al ingresar en el convento recibieron su dote, haciendo renuncia de sus derechos hereditarios por lo que solamente quedaron él y otras dos hermanas para la partición de la testamentaria, recibiendo por ser varón un tercio de mejora y, por supuesto, la casa de Cádiz entre los bienes que conformaron su parte. En estas circunstancias y con tales características: joven culto y de agradable trato, poseedor de un capital importante y la picardía y atrevimiento necesario para los negocios, heredada de sus ancestros genoveses, unido a la fortuna de asentarse durante varios años Felipe V, su real familia y toda su ambulante Corte en Sevilla, ciudad en la que él residía y estaba bien relacionado socialmente, circunstancia que acabó proporcionándole una oportunidad única e impensable de la que supo sacar el máximo provecho, pues al poco tiempo lograba un puesto como Gentil-Hombre de Cámara de S.M., el título de caballero de la Orden de Santiago y un título de Castilla: Conde de Cumbre Hermosa y Vizconde de Ferrari. Título este que fue comprado con la anuencia real a Marciano José Fernández Pacheco, Marqués de Moya, Escribano Mayor de las confirmaciones de privilegios de los reinos de Castilla y de León, Comendador del Corral de Almaguer y de Villanueva de la Fuente en la Orden de Santiago, Coronel del Regimiento de Saboya, Mariscal de Campo de los Reales Ejércitos, Teniente General y Capitán de la primera Compañía de Guardias de Corps, y a la marquesa de Assentar y de Bedmar, Francisca de la Cueva y Acuña, su esposa, Grande de España, dama de las reinas doña María Luisa de Orleans y doña Isabel de Farnesio, en el precio de veinte mil ducados que, al cambio y en moneda de uso, suponían 220.558 Reales de Vellón, diez veces lo que se pagaba en esa época por una Regiduría perpetua en El Puerto, por ejemplo.
Sorprende que, con el bagaje de títulos y empleos de los titulares originales del de Cumbre Hermosa renunciasen y cediesen el título “para lograr algún alivio en la estrechez que padecen”que fue el argumento expuesto al Rey para justificar su venta, la cual debió contar además con la licencia del primogénito y heredero, Felipe Fernández Pacheco y Acuña, que en esa fecha tenía tan solo diez años, y a venia de su curador “adlitum” el abogado del Concejo de S.M., don José Pérez Valiente aunque no le debió preocupar la la enajenación de ese título de Castilla, que fue concedido a su abuela porque, en los setenta años que vivió, acumuló nada menos que una decena de ellos; 5 de marqués: Moya, Bedmar, Assentar, Villena Y Aguilar de Campoó; 4 de conde: Vilanova, Xiquera, San Esteban de Gormaz y Castañeda, y el de duque de Escalona. Tres veces Grande de España, teniente General de los Reales Ejércitos, Caballerizo Mayor y ballestero Mayor de Carlos III y Carlos IV y caballero del Toisón de Oro, falleció sin descendencia en 1798.
| El impresionante edificio que cubría la escuadra de las calles Aurora y actual Valdés, hoy moderna bodega en desuso. | Archivo Militar de Segovia.
Se otorgaron los despachos correspondientes a dichos títulos “teniendo en consideración en todo lo referido y haver constado así mismo, que en vuestra persona y casa concurren todas las cualidades y circunstancias que se requieren para obtener y mantener con Lustre y esplendor la expresa dignidad de Título de Castilla.”
Lorenzo Ferrari puso la guinda al sabroso pastel que estaba resultando su vida al conseguir encargarse de la dirección, cuidado y gobierno, es decir la intendencia, de las rentas reales de Castilla sobre el aguardiente y licores. Con apenas treinta años se le estimaba una fortuna cercana a los cinco millones de reales y esa posición, lógicamente, propició la envidia de algunos personajes menos afortunados, pero con voz influyente en el círculo íntimo y próximo al rey. La suerte, de pronto, no solo se estancó, sino que le abandonó plenamente. Así cuentan sus biógrafos esta etapa tan importante en su vida futura: “Pero el viento de próspera fortuna, que a todas luces sopló fuerte, se tornó y lo embistió por proa: las intrigas cortesanas lo cambiaron y Su Majestad decretó el embargo de todos sus bienes. Se le acusó de irregularidades en el desempeño de la intendencia. El honor ofendido, la injusta mancha social, el rescoldo religioso de su espíritu y el desengaño del mundo cortesano le espolearon a virar el rumbo de la vida y enfilarlo hacia otras metas: ingresó en el convento de Santo Domingo de Escalaceli, tomando el hábito dominicano el 16 de marzo de 1742. Una decisión de este tipo a su edad, treinta y tres años, supone una reflexiva rumia y, por supuesto, una honda crisis. El estupor que el gesto del Conde causó en la corte de Felipe V hizo de contrabalanza al descalabro del embargo. Si al producirse la orden regia se rumoreó que obedecía a negras intrigas, ahí relucía, blanca como su nuevo hábito, la inocencia del Conde abatido"
Esta es la historia del rico conde de Cumbre Hermosa, poseedor del añorado palacio cuya destrucción lamentamos y reconocido mecenas del convento de Santo Domingo de esta ciudad que acabó sus días en un convento cordobés como Fray Lorenzo de la Concepción. | Texto: Antonio Gutiérrez Ruiz. A.C.PUERTOGUÍA
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Bibliografía y documentos consultados:
SANCHO MAYI, Hipólito. “Historia del Puerto de Santa María desde su incorporación a los dominios cristianos en 1256 hasta el año mil ochocientos” Ensayo de una síntesis. (1943:499)
TORIBIO GARCIA, Manuel. “Guindos, arquitecto portuense del siglo XVII” Revista de Historia de El Puerto nº 1 (1988:4)
RUIZ DE CORTAZAR, Anselmo José. “Puerto de Santa María ilustrado y compendio historial de sus antigüedades (1764)” Biblioteca de Temas Portuenses. (1997:34)
KAMEN, H. “El establecimiento de los intendentes en la administración española” revista Hispania nº 24
Testamento realizado por Fray Lorenzo de la Concepción el 3 de diciembre de 1742 ante el escribano Don Francisco Martínez Amoraga. (ARCHIVO DE PROTOCOLOS DE CORDOBA, Of. 21, tomo 157, folios 464 a 470 vtº.)
Por la verdad!..........siempre!
Me ha gustado mucho y como tu sabe colega, estoy muy entretenido con el flamenco.
UN PUNTO DE VISTA:
Después de leer el magnífico artículo de Antonio Gutiérrez Ruiz me veo obligado a añadir, desde mi propia experiencia personal, la pequeña historia del final del antiguo palacio de Cumbre Hermosa.
En los años sesenta del pasado siglo la mitad de la finca pertenecía por herencia al conocido poeta local Don José Luis Tejada Peluffo y era lo que entonces se llamaba "una casa de vecinos" estando dividida en múltiples habitaciones o partidos.
El mal estado del edificio provocó la declaración de ruina del mismo por parte del ayuntamiento de la época con el obligatorio desalojo de los inquilinos y su posterior demolición.
Posteriormente yo adquirí, en nombre de mi familia, el solar resultante (Lo que, de paso, me granjeó una cordial amistad con José Luis) Sobre este solar se construyó una nave de bodega.
La otra mitad, de lo que fue el palacio, (concretamente la parte con fachada al río), la ocupaba una nave destinada a fabrica de hielo perteneciente a la Sociedad General de Carbones.S.A. Esta compañía construyó una nueva fabrica (hoy demolida) junto al muelle y
vendió el solar e instalaciones a la Inmobiliaria Rodriguez de Calpe.
Más tarde adquirí esa propiedad de la inmobiliaria, junto con un proyecto de edificio de siete plantas realizado por el arquitecto jerezano Ferrari (Que paradoja), cuya construcción estaba a punto de realizarse, para construir una segunda nave, paralela a la anterior.
Con el tiempo y la crisis del vino de Jerez las bodegas quedaron sin actividad, por lo que desde hace veinte años venimos gestionado con los diversos gestores municipales todo tipo de aprovechamientos del solar tanto residenciales como hosteleros que se nos han denegado siempre alegando todo tipo de argumentos. Incluso nos ofrecimos a reedificar la fachada del antiguo palacio, adecuando su habitabilidad interior, obteniendo la misma respuesta negativa.
Hoy dia las naves gozan de protección y calificación de historico-artísticas con uso exclusivamente bodeguero, lo que.además de un sarcasmo, resulta pintoresco dado que aunque, como responsable de su construcción y por mi edad, pueda merecer el
adjetivo de histórico dudo que me cuadre el de artístico.
Sea dicho todo esto,por un mínimo respeto a la verdad .
Por supuesto, que es de mi interés, lo leeré y lo guardaré y se lo enviaré a otras personas que nos agradecerán y les encantara esta información. Gracia y un abrazo como siempre.