Rafael Alberti, que ya demostró en otras ocasiones su vínculo portuense, creyente o no, con la patrona se refería a aquel suceso: “La Virgen con su luminoso manto tejido con las torres almenadas y el león rampante dibujados en la capa de Alfonso X El Sabio, tomados de las devotas Cantigas, paseó por las calles portuenses durante la procesión que conmemoraba sus bodas de diamante como patrona de la Ciudad”.
Y abundaba: “Yo, desde un balcón engalanado para la fiesta, recité, casi cantándolo, mi poema escrito en 1923, A la Virgen de los Milagros, de mi Marinero en tierra, aquel que comienza así: "La Virgen de los Milagros / es la patrona de El Puerto. / Para el ocho de septiembre, / se asoma al balcón del río". Lo cual queda muy bien en labios de un poeta que sigue siendo comunista como yo”.
Hacía referencias a su mujer, María Asunción Mateo y a la de su sobrino, el ausente Agustín Merello del Cuvillo: “A mi lado, en el balcón, mi mujer y Catalina Pastor, viuda de mi inolvidable sobrino Agustín Merello, cuyo corazón descansa hoy en el mar, hijo de aquel primo mío, Agustín, que cuando niño se pasaba la vida en un rincón fingiendo que comía pasto, porque su mayor ilusión era la de ser caballo, ilusión que también compartí yo y que ya conté en algún capítulo de mi primera Arboleda...”