Le debo a medias a la vida y a mi padre, Luis Rincón, que allá por el 2007 pusieran en mi camino a Salvador Cortés y a su alter ego literario, “El Chigüi”, el amigo del “Peregil”. Andaba yo presentando mi Cardito y fue una época de venturas ayudarle a poner al Chigüi en el mundo. | Imagen: Gente del Puerto.
Desde entonces he compartido con él una amistad cabal y un montón de paseos y de cafés en los que hablábamos de todo, sobre todo de literatura y casi nuca de la muerte. Le daba un poco de yuyu el tema a mi amigo y enseguida cambiaba el tercio cuando ponía yo difuntos sobre la mesa. De nuevo en verano y de nuevo fuera de mi tierra recibo un mensaje escueto --“Se ha muerto Salvador Cortés”-- que me ha helado la sangre. Este Agosto maldito que se llevó a Sole, mi Sole, y a Alfredo, y a punto estuvo de llevarse a otros seres queridos en años anteriores se ha llevado a mi amigo el gitano.
No veía a Salvador desde hacía meses. Estuvo en la presentación de mi último libro, discreto, casi escondido, rehuyendo restarme ni un solo minuto en la felicidad del parto. No sabía o no quería saber que su presencia era para mi parte de esa felicidad pues con él caminé parte de esta senda de la literatura pequeña y popular. Admiraba yo esa sencillez de sus letras y de su persona y esa capacidad para alumbrar grandes historias y enormes personajes con un ego tan pequeño.
No supe nunca que estaba enfermo mas allá de los achaques que nos iban adornando con la edad ni él hubiera permitido que lo supiera. Ahora lamento cada ocasión que nos cruzamos en la calle y no pude dedicarle más tiempo que el del abrazo, las cuatro frases y la promesa de una próxima cita. Lo siento, Salvador.
Era como diría A. Machado “en el buen sentido de la palabra [un hombre] bueno” y ahora cuando yo pasee por el Mercadillo o por la plaza de Abastos o por la plaza de la Iglesia que tanto le gustaba para las tardes, buscaré en el aire su presencia amiga, su mirada de paridor de versos, su imaginación de creador de historias. Seguro que andará correteando al “Peregil” por detrás de la vía del tren o en el varadero de Pastrana o poniéndose al día con el “Cosita Buena”.
Si la gente buena al morir se junta en alguna parte ya estará de tertulia con mi padre o con Eloy o con alguno de los tantos amigos a los que despidió desde El Puerto para que lo esperaran en la tertulia de la Academia Eterna. Yo espero tardar ir a presentar mis méritos literarios entre sus sillones pero me consuela saber que Salvador estará entre el público. | Texto. Juan Rincón.
| En la presentación del libro de Salvador Cortés, el 15 de enero de 2010, en las bodegas Gutiérrez Colosía. De izquierda a derecha Luis Suárez su presentador, Salvador Cortés, Manuel Pico, presidente de la Academia de BBAA, a cuya Junta directiva perteneció 'El Chigüi' y Pansequito de El Puerto.
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Descansa en paz querido Salvador, gracias por tu amistad y compañerismo en la junta directiva de la Academia en la que hemos compartido varias legislaturas, todas mis condolencias a tu familia
Muy buena persona, me quedo con su forma de ir por la vida, honesto y fiel con sus amistades. DEP SAlvador, te recordaré siempre.
Vecino¡¡¡!! Así me llamaba Salvador cuando nos veíamos. Cuanto me he acordado de mi padre cada vez que te veía Salvador, ni te lo imaginas Salvador, que recuerdos me venia a mi padre cada vez que coincidíamos, y aún más, como he vivido los últimos días que se supone que estabas
más pachucho..pachucho por dentro porque por fuera desbordabas y transmitía bondad, simpatía y amabilidad.. me gustaría hacer mención a la última conversacion que tuve contigo Salvador..con intención de animarte un poco, le dije, "vaya si va Usted guapo Salvador" y Salvador me respondió o mejor dicho me exclamó con una sonrisa de oreja a oreja"esta gente que no me dejan tranquilo¡!".. pero esas palabras se notaba que estaban llena de orgullo y felicidad, de ver como lo estaban cuidando y mimando.. como se merecía.
Mis respetos y mis condolencias a sus hijas, hijo y familiares.
Otro hombre bueno que se va.
Descanse en Paz Salvador.