Permanece en mi mente cuando estoy al borde de cumplir los setenta años, aquel Puerto, de los años cincuenta del pasado siglo, una Ciudad con cincuenta mil habitantes en la que la posguerra aún se hacía sentir el trabajo escaso los salarios miserables. El Puerto de entonces tenía un aspecto rancio de sabor antiguo que en verdad echo de menos, aquel intenso olor a pescado fresco que inundaba a casi toda la ciudad y en el barrio de bajamar donde nací y me crié el desembarco de la pesca desde temprano en la Lonja para subastar, se colaba hasta el último rincón de aquella vetusta casona donde yo vivía.
La llegada y salida de el Vaporcito, su bocina, sonido especial que marcaba el horario porteño, hoy pudriéndose en un cercado a orillas del Río del Olvido, con las entrañas abiertas, negras como el carbón de tantas puñalaítas y tanto abandono; echo de menos aquellos caballos puros cartujanos con aquellos carruajes inigualables paseando por las calles porteñas; aquellos ostiones del popular bar La Colmena en el que a diario el mariscador vendía frescos y a diario, son recuerdos de un Puerto que se nos fue pero que formará parte de mi siempre, siempre, siempre.
Quien tiró la primera piedra que como un bumerán, se dio la vuelta contra si mismo. Estoy harto de aquello de que el centro de nuestra Ciudad está muerto y de echarle la culpa a yo no se quien.
En los años sesenta del siglo pasado en el centro estaba el Teatro Principal en calle Luna; el Central Cinema en calle Ganado, actualmente en el primero hay una tienda de cosas a un euro en el segundo un aparcamiento de pago. En la calle las Cruces el Cine Moderno y hoy un bloque de viviendas; en la calle los Bolos, el Cine Vitoria, hoy viviendas; en frente del Parque Calderon, estaba el Cinema España, hoy una discoteca y bar de copas. En la calle Luja el Cine Florida, en la calle Misericordia, el Cine Macario, hoy Mucho Teatro, actualmente cerrado; en la Plaza Colon, el Cine Colon.
| Publicidad del Cine Macario. 30 de mayo 1955. Nótese el cachondeo fino de la publicidad, en relación con los nuevos avances en tecnología del cine. Temporada 1955/56. | Colección M.V.L.
Todos estos cines y el teatro, mantenían un bullir de personas desde la tarde hasta la madruga, pues ofrecían espectáculos donde se podían ver a los mejores artistas de España y las mejores películas internacionales y españolas.
Varios bares de prestigio como el bar Liga, paradero de deportistas. Bar El Único de donde salieron grandes comparsas. El bar Central donde hoy hay un Banco y varias tiendas de confecciones en donde nos vestíamos todos.
Metimos cada uno la televisión en casa, los cines cerraron, llegaron los Hiper en donde empezamos a comprarlo todo, las tiendas cerraron. Los ricos del El Puerto se hicieron los chalet en Vista Hermosa y en Valdelagrana los trabajadores que pudieron se hicieron una casa en la parcela y los que no pudimos nos fuimos --no había otra cosa-- a las viviendas de la periferia. Los políticos miraron a las musarañas. El Centro esta mejor cuidado en lo que son las calles, lo demás... y digo yo, ¿quien tira hoy la primera piedra? | Textos: Manuel López Galán.