Rosario Ramos Espada nació en Sevilla hace 60 años, vive en El Puerto de Santa María y acaba de terminar el MIR (Médico Interno Residente) en Plasencia (Cáceres), donde se ha formado durante 4 años en Medicina de Familia. «Ser médico era un sueño frustrado y lo he cumplido», «Me voy encantada y espero trabajar hasta los 70». Regresa cerca de casa, a un destino en Sanlúcar de Barrameda. | La médico Rosario Ramos, en la puerta de su consulta en el centro de salud de Plasencia | Foto: Toni Gudiel.
Nació hace 60 años y acaba de cumplir uno de los sueños de su vida: convertirse en médico de familia. Hace apenas unos días, Rosario Ramos terminó una etapa que inició cuando tenía solo 17 años, pero que aparcó durante más de 30. «Empecé la universidad a la edad correspondiente, los dos primeros años me fueron muy bien, pero luego a mi padre le dio un infarto, mi madre tuvo un cáncer; tuve que aparcar los estudios y cuando me quise dar cuenta estaba casada y con dos hijos y no había terminado la carrera», cuenta.
Entonces se tuvo que olvidar de la vida universitaria y empezó a trabajar en una clínica dental. «Me saqué el título de higienista por el empeño de mi padre, que iba al instituto a pedir los apuntes del alumno más brillante para que yo luego pudiera estudiar en casa». Y a eso se ha dedicado durante 20 años. Pero Rosario nunca enterró su verdadera vocación y la vida volvió a llevarla a la Facultad de Medicina, esta vez en Cádiz, donde se trasladó a vivir. «Por aquel entonces, me sucedieron varias cosas importantes: el propietario de la clínica dental en la que trabajaba se iba a jubilar, tuve un cáncer de mama y me divorcié. No sabía qué hacer con mi vida y me planteé incluso estudiar Odontología, que era de lo que más sabía entonces». Pero cuando fue a la universidad en busca de información el orientador le dijo: «¿y por qué no retomas la carrera que empezaste?». ¿Por qué no intentarlo 32 años después?
Y tanto lo intentó que no solo consiguió terminar los años que le quedaban sin retraso (lo retomó en el tercer curso en el 2010/2011 mientras continuaba trabajando) y con beca, sino que ya ha concluido también la especialidad de Medicina de Familia. Y lo ha hecho en Plasencia, donde ha pasado los últimos cuatro años de su vida. «Me habría gustado quedarme más cerca de Cádiz, pero memorizar me costaba más y me quedé atrás en el MIR, con el número 7.600. Cuando me tocó elegir ya no había plazas libres en ningún sitio de Andalucía, que era mi objetivo, lo más cerca era Plasencia y aquí me vine».
Cuatro años después, vuelve a Andalucía y con un contrato de médico bajo el brazo. «Me han ofrecido un año en Sanlúcar de Barrameda, cerca de casa en El Puerto». Se marcha, sí, pero agradecida, convertida en una gran anfitriona da Extremadura –«he distrutado mucho de esta región, no sabía que era así»– y con las aspiraciones cumplidas. «Medicina era mi sueño frustrado, pensaba que ya había pasado mi oportunidad, pero lo he conseguido; estoy muy contenta. Mi experiencia en Plasencia ha sido fantástica, aunque dura al principio porque a mi edad una arrastra una familia y unos padres mayores, aquí me han enseñado muy bien y me voy con el corazón lleno. Agradecida a mi tutor, el doctor Juan Redondo, que es una excelencia, y a mis compañeros, que desde el principio me han hecho sentir como a una más tanto en el centro de salud como en el hospital y eso es lo que yo quería».
Cumplido el sueño, su próximo reto es ser una buena médico para sus pacientes con las lecciones aprendidas en Extremadura, «pero sin dejar de estudiar», y poder trabajar hasta los 70 años. Y su mensaje, toda una enseña: «nunca es tarde para empezar». Solo hace falta interés y pasión. | Texto: G. Moral | Fuente: El Periodico de Extremadura.
Que maravilla de historia y que gran ejemplo a seguir.