Recuerdo a mas de cien jornaleros en la esquina de las calles Ganado y Cielo esperando que llegara un panadero, para escoger a tres o cuatros para descargar un camión de harina. Del resto, algunos se quedaban llorando porque ese día no comían sus niños. O en la Ribera del Río para ser escogidos por los portuarios para descargar o cargar sal, botas de vinos o fardos de papel de estraza. Que Puerto aquel tan miserable, pero a la vez tan honrado por parte de los que eran explotados y solo eran capaces de mostrar sumisión. | Texto: Eduardo Bocarando Gándara.
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Aún hoy los veo en Campohermoso -almería-, ahora vienes en pateras y su piel es un poco más oscura. Tus ideas, esas mismas que contabas y me enseñaste tu y muchos como tú de un lado u otro de la política se han perdido, Ahora la izquierda compra "chaleres" a precio de jornales a miles. Gracias por estar ahí amigo.