| Maquinaria para fabricar jarcias. Corderia Royale. Rocheford (Francia).
El gaditano Antonio Josef del Corro y Don Pascual Calamay, vecino el primero de Cádiz y de ésta de El Puerto de Santa María, el segundo, ambos comerciantes, establecieron en el último cuarto del siglo XVIII una fábrica de jarcias, es decir de cabos, cuerdas y cables empleados en las embarcaciones a vela, en la denominada “Huerta de Tercero”, ocupando una importante extensión de terreno que, según describo en el volumen III de “Mansiones y Linajes” debía estar situado en el polígono que forman las calles Albareda, Pozos Dulces, Espíritu Santo y avenida de la Estación, espacio que ocuparon en el pasado siglo XX instalaciones bodegueras.
| Volúmen III de Mansiones y Linajes. 2ª Edición.
Dotaron la fábrica con instrumentos, tornos y demás utensilios necesarios para realizar el proyecto, empleando a numerosos jornaleros y utilizando materias primas que importaban nada menos que de Ámsterdam (Holanda) y de San Petersburgo (Rusia).
| Antigua imagen del Río Guadalete.
La producción de la fábrica consistía en ‘torcer’ cuerdas desde una pulgada hasta maromas de todos los gruesos. Contaban entre el material seis rastrillos para peinar cáñamo, tres bancos de rueda, calderas para alquitranar, bastantes caballetes y otros muchos utensilios necesarios para terminar la producción.
| Rederos en El Puerto. | Foto: Colección Manuel Cruz Vélez.
La industria nació al amparo de unas Reales Cédulas, promovidas en 1780 para fomento de la industria en el Reino que liberaban de pagar derechos reales y municipales a la importación de lino y cáñamo, así como la jarcia y cordelería que se condujeses de puerto a puerto y a la exportación a América siempre que fuesen compras al por mayor y, asimismo, los individuos que se emplearen en esta clase de fábricas gozasen del fuero de la Real Junta de Comercio y Moneda.
| Trabajos de rederos. Autoridad Portuaria Bahía de Cádiz. El Puerto, 2016.
No he ampliado esta pequeña investigación y no conozco, por tanto, el tiempo y el resultado efectivo de esta industria local, lamentando no poder aportar más información al respecto. | Texto: Antonio Gutiérrez Ruiz. A.C. Puertoguía.
A veces, una sola vocal cambiada, trastoca el sentido de una idea o modifica una definición. En este caso, y por ello redacto este comentario, cambia la localización de la fábrica de jarcias del siglo XVIII. Erróneamente la situé en una de los cinco huertos o huertas que rodeaban al Monasterio de La Victoria, nombradas o conocidas por sus números ordinales, en este caso “Tercera”. Pero, realmente, el Huerto de Tercero se encontraba en la parte opuesta de la ciudad, en el Campo de Guía, donde se construirían la mayoría de naves de bodegas en el siglo XIX y en esa época era una amplia extensión de terreno sin urbanizar en la ribera derecha del río desde la actual calle Valdés hasta la playa.