La iniciativa de Jesús Torres Felipe, un informático de Fujitsu que decidió dar un vuelco a su vida laboral tras quedar en el paro a raíz de una reducción de plantilla, es novedosa y a la vez una vuelta al pasado: un microtostador de café de especialidad, posiblemente el primero que ha abierto en la provincia gaditana. Despacha, a granel o para tomar allí mismo, cafés seleccionados, aromáticos, sin defectos, que no requiere de azúcar y de leche. Son los cafés llamados también ‘de tercera generación’. ¿Quién no recuerda el olor a café tostado de La Giralda?.
Jesús venía de Madrid, y tras 10 años como Técnico Superior en Desarrollo de Aplicaciones Multiplataforma en la multinacional Fujitsu (2006-2016), tenía claro que quería invertir la indemnización del despido en algo propio, y también que no tendría nada que ver con la informática. A raíz de su afición por los tés llegó hasta el mundo del café de especialidad, donde vio una oportunidad de montar un negocio como los que ya funcionan en países como Inglaterra y en las grandes ciudades españolas. Se trata por un apuesta por un café de alta calidad, con un proceso vigilado desde el principio hasta el final, que se tuesta en el propio establecimiento.
Hay una escala para puntuar los cafés. El máximo son 100 puntos, y reflejaría un café ideal, perfecto. Cada fallo descuenta puntos en este protocolo de puntuación de la Specialty Coffee Association llamado ‘Q Grading’. Para que se considere un café de especialidad, tiene que tener como mínimo, 80 puntos.
A El Puerto de Santa María llegan actualmente hasta cuatro tipos diferentes de ese café: brasileño, colombiano, uno de Uganda en cuyo aroma se detectan notas de piña, otro orgánico de Perú y un descafeinado de México. Irán cambiando, porque los cafés son de temporada. No se almacenan, sino que son granos frescos. De hecho, abrieron sin descafeinado porque aún no había.
Cada jueves por la mañana, Jesús se encarga de tostar el café. Lo hace en pequeñas cantidades, y cierra el establecimiento para poder dedicarse por entero a esta labor. “Calidad, frescura y dedicación” es el lema, indica.
El resultado es un café que se vende a granel, para llevar. Recomiendan que se lleve en grano debido a que el café conserva todo su aroma y frescura hasta 12 horas después de molerlo. Pero si alguien lo prefiere molido, se lo puede llevar también de esa manera.
Además, el café se puede disfrutar en la barra del establecimiento, sólo --que es lo que se recomienda-- o con leche en diferentes cantidades. Hay azúcar, azúcar moreno, panela… pero “al café no le hace falta endulzarlo porque no hay sabores que enmascarar”, explica. Se puede acompañar por algún dulce de los que tienen en el establecimiento (se los elabora ‘Haciendo Buenas Migas’, de Jerez), seleccionados para que no sean tan dulces como para enmascarar los sabores del café: hay brownie, de zanahoria, canela… y van variando.
Además de cafés, cuentan con una selección de tés, infusiones y especias. De estas últimas han buscado también una selección escogida y que difícilmente pueda encontrarse por la zona.
Explica el propietario también cumplen la labor de asesorar al cliente sobre el café que más podría adaptarse a sus gustos. Está previsto que el establecimiento acoja en el futuro catas formativas, en sesiones de dos o tres horas para seis personas.
Curiosamente, este nuevo modelo de cafetería de calidad y microtostadora tiene una cosa en común con los negocios de antaño ya desaparecidos: el tostado del café.
¿Quién no se acuerda del olor a café tostado de aquellas tardes escolares, que se colaba por las escaleras desde la trastienda de ultramarinos ‘La Giralda’, al desaparecido colegio ‘La Divina Pastora’, en el mismo edificio?| Texto: Pepe Monforte
Factoría 77 Coffee Roaster, está en la avenida Antonio Fernandez Sevilla, 13, entre la plaza de la Noria y la glorieta del Magisterio, en El Puerto de Santa María. Abren mañana y tarde a diario excepto el jueves solo tarde (las mañanas la dedican al tostado del café) y sábado solo mañana. Domingos cerrado.
Yo he probado ya dos de los cafés. Los tengo en casa y los saboreo con tranquilidad. El local es muy acogedor y el dueño muy amable. Espero que tenga suerte con el negocio.