3.725.  Aquellos personajes populares. Con mi máximo respeto (II)

Finalizábamos nuestra anterior entrega de aquellos personajes populares de El Puerto de Santa María, con Francisco de la Rimada y Pepita Campos, entre otros. La familia de los primeros nos ha hecho llegar una fotografía antigua en la que aparecen junto a otros portuenses coetáneos de aquellos años. En la Feria de Ganado, con búcaros de agua. | En la fotografía Francisco de la Rimada Bernal, a la izquierda, sus hijos Roberto, Pacurri, Antonio y Margari, sus primos hijas de Milagritos. Su mujer Milagros Jerez Paradela, Pepita Campos y sus hijas, de pie a la    derecha Amparo y María Vargas Campos. 

| Fermin Mateo Giraldo y Juan Salas. Al cerrar la carbonería se asociaron en la compra venta de caballos.

Fermin Mateo, y su cuñado Melchor Oncala, eran de Jimena de la Frontera, pero se asentaron en la calle Santa María y se dedicaron durante muchos años a vender carbón. Al llegar las cocinas de gas y las Catalíticas, nos les quedó otra que cambiar de rumbo. Fermin era un hombre afable, que cada vez que me veía abría la cajita de Pastillas Juanolas --de regaliz-- anda coge las que quieras, o me daba medía nuez a la que había preparado para “que hiciera música” Era un encanto, toda esta gran familia lo es.

| En la imagen, José Ramirez Martinez el alpargatero. Tenia la tienda junto al Teatro Principal.

Pepe Ramírez Martínez, Heredia y Ortiz, los tres fueron estupendos comerciantes del ramo del calzado en la Placilla y grandes personas.

| En esta imagen se ve al alpargatero delante de su tienda. También se  la pescaderia de Miguel Rosello.  Enrique Gago, propietario del Bar El Pescaíto’ era su empleado en esa época.

¿Recuerdan a Roble, Remedios y a su sobrina Paquita? Eran los porteros del Teatro Principal, más de una vez, nos dejaron ver algún espectáculo en el primer palco junto al escenario.

| Porteros y acomodadores del Teatro Principal

| Les suenan esta persona: ¿Pili Nimo? A la gente de mar seguro que mucho. En la imagen en 1983, homenaje de despedida a la funcionaria de la Cofradía de Pescadores Magdalena Nimo Real, Oficial de administrativa y cajera, a quien todos conocíamos por Pili. ‘ Una mujer de armas tomar, eficiente cobradora y un hito en el muelle habida cuenta que era la única mujer que entraba en la Lonja de Pescados. Su hermano Jesús y su sobrino José Luis, concesionario de coches, amigos de Manolito ‘el Cochino’ con quien aparece en la imagen. 

Y su hermana Aurelia, vecina de la calle Santa María, asidua en la panadería de los Gómez de Requena. Pepa, la del diente de oro, madre de nuestro cantautor, José Luis Arníz. Carmen ‘la del Roete’, creo que pariente de José Luis Galloso. Todas unas busca vidas, pero honradamente.

| Aurelia Nimo Real una mujer de carácter, pero la simpatía personalizada. Debía ser mujer valiente, porque por aquellos años no era fácil colgarte el cartelito de ‘separada’.  Su marido Pepe López, regentaba el Bar Colón  y aun estando separados, Aurelia, se seguía encargando personalmente del cuidado de su ropa. 

| Un billete 'full' de 7.500 pesetas, con la imagen de José Sánchez Sousa, de la charcutería confitería Los Dos Pepes, nombre puesto en referencia a él y a su hijo Pepe. Realmente era un participación de un billete de lotería, con una fotografía del Bar Vicente, que antes de pasar a su actual propietario era regentado por el propio Sánchez Sousa.

¿Gracia? Sí, mucha la de Pepe Sánchez Sousa. Suyo era el almacén y confitería ‘Los Dos Pepes’. Era un hombre atípico, por las cosas que se le ocurrían, como llevar como copiloto en su Seiscientos, una muñeca hinchable. Claro que se hacía notar, pero era buena persona, como lo eran sus empleados, Pepe, Flichi, Fernando Güelfo, Manoli y Carmen.

| Cándida ‘la Negra’.

Pobre de Cándida la Negra, después de tantos infortunios, esta buena mujer, sufrió, el miedo de muchos niños, pues al ver por primera vez el color de su piel tan alta y espigada le cantaban unas letrillas que seguro no le sentaban muy bien. Lo dicho con todo respeto y recuerden era cosa de niños.

Cándida que peste a peo
Cándida se va a morir
porque le ha salío un grano
en la punta la nariz
que sí, que sí, que sí.

| Antonio, el de los platillos y las castañuelas, en primer término a la izquierda de la imagen.

¿Recuerdan la serie de Narciso Ibáñez Serrador, ‘Es usted el asesino’? La serie emitida en 1967 era de intriga y misterio, pero daba miedo realmente verla en Televisión Española. En la banda del Maestro Dueñas, había un anciano, que sin venir a cuento algunos guasones le decían: “¿Es usted el asesino?” Nunca lo entenderé, porque era un hombre educado pero eso sí, en invierno iba a la antigua usanza es decir como todo un caballero, con capa y con sombrero. Creo que tocaba los timbales y platillos, pero no estoy segura.

Cuando pasaba por el Bar Liga, en la confluencia de calle Luna y Nevería, veía a un matrimonia con su hija, desconozco sus nombres, solo el apellido del padre --Carrero-- pero me llamaba la atención, lo arreglados que iban siempre, especialmente la hija. La chica era morena, de pelo largo, ojos grandes y expresivos, se la veía algo tímida, pero agradable. Creo que se fueron a Rota, lo que no sé, si mi memoria me engaña, pero creo que le decían, ‘la princesa Margarita’. ¿Por qué? Supongo que al verla siempre tan arregladita, más de uno diría, va como una princesa.

| El Bar La Braña, frente a la Alpargatería que estaba junto al Teatro Principal.

¿Y Antonio?. Era un hombre amable, aunque con carácter, era evidente su minusvalía, cada vez más acusada pues le afectaba el habla y la motricidad. Vendía cupones frente a Severo, siempre sentadito, porque le fallaban las fuerzas, pero descubrió una silla, primero de manivela, y más tarde de motor, que era una gran bendición para personas como él. Pero claro, no lo libraba del frío ni de la lluvia, y se compro uno con techo. Había varios, en su misma circunstancias, recuerdo a dos hermanos y a otro Luis creo, muy jovial y simpático, alto delgado y con gafas, de la misma manera que Antonio se modernizo y a correr se ha dicho, con su moto casi cerrada para preservarse de las inclemencias del tiempo.  

En fin, que si todos rebuscáramos en nuestra memoria nos daríamos cuenta, de todas las personas que han dejado huellas en nuestro inconsciente. Está claro que no son todos los que son, pero son todos los que están. Les animamos a que nos cuenten sus recuerdos y otros nombres de aquellos populares de El Puerto de Santa María que hace años nos dejaron. | Texto: María Jesús Vela Duran.