El jesuita Manuel Doreste Manchado fallecía el pasado 1 de agosto en la residencia de la Compañía de Jesús de Málaga, a los 88 años de edad, 68 con los Jesuitas y 54 como sacerdote. En El Puerto de Santa María estudió en el noviciado, y luego estuvo una etapa amplia entre 1985 y 2017 donde mantuvo una actividad ingente, destacando con la Escuela de Padres de Radio Ecca --de la que fue su principal promotor en Andalucía Occidental-- y la divulgación en la desaparecida Tele Puerto, entre otras. Celebró las Bodas de Oro sacerdotales en la Casa de Ejercicios de la Inmaculada en 2014. Nacido en Canarias, era tío del regatista olímpico y Campeón del Mundo en 1994 en la clase Soling, Manuel Doreste Blanco. Estaba en posesión de la Mención Educativa 2006, otorgada por el Ayuntamiento.
Manuel Doreste Manchado fue hijo de María Manchado Medina y de Luis Doreste Morales, así como sobrino del que fuera alcalde de la capital Gran canaria, Juan Rodríguez Doreste. Nacido en Las Palmas de Gran Canaria 27 de noviembre de 1929 estudió en el Colegio San Ignacio. Ingresó en El Puerto de Santa María en la Compañía de Jesús el 11 de octubre de 19498; fue ordenado sacerdote en Granada el 29 de junio de 1964 por el Nuncio Monseñor Riberi, e hizo los últimos votos en Lima (Perú) el 15 de agosto de 1967. Estuvo de misionero en América.
Entre 1949 y 1955 hizo el Noviciado en nuestra Ciudad. Entre 1955 y 1958 estuvo en Alcalá de Henares; entre 1958 y 1962 en Las Palmas de Gran Canaria; entre 1962 y 1965 en Granada y luego vendrían Córdoba, Montilla, Madrid, Jerez de la Frontera, Sevilla, Cádiz para recalar en El Puerto de Santa María.
El Puerto de Santa María.
Entre 1985 y 2017, estuvo como profesor de Religión en los Jesuitas (1986-87); Coordinador Provincial de Escuela de Padres ECCA (1986-2009); Asesor Regional de la Asociación de Viudas (1986-2012); Asesor Espiritual de Antiguos Alumnos (1987-97); Coordinador de programa formativo en TV Sanlúcar (1995-2002); Tele Puerto (1995-2010); Consiliario Equipos de Nuestra Señora (1996-2015); Colaborador en SAFA (1997-2002); Atención religiosa a Hospital (2012) y apoyo en la Hermandad y Capilla de los Afligidos hasta su traslado a la residencia de descanso de Málaga en 2015, con 85 años, donde ejerció como Capellán de las Esclavas del Divino Corazón hasta su fallecimiento.
| 24 de diciembre de 2014, año de sus Bodas de Plata Sacerdotales, celebrando Misa de Navidad en la Capilla de los Afligidos. | Foto: H. Afligidos.
Para el Jesuita Fernando Marrero: «Su eterna ansia de vivir, de convivir, de compartir, lo hacía parecer eternamente joven, por no decir eternamente niño. No se recuerda que haya olvidado un santo o un cumpleaños. Testigo de esta memoria imborrable ha sido el cartel de anuncios de la sala de profesores del Colegio de San Luis Gonzaga en El Puerto de Santa María. ‘Eso hay que celebrarlo’. Pero no sería justo resaltar más que otro su espíritu celebrativo. Para mí fue un modelo envidiable de constancia en su trabajo pastoral. Pocas dificultades podían con él. No creo que se moleste en el cielo, si decimos que algunas veces su insistencia resultaba algo pesada. Creo que puedo traer como testimonio a los que contagió el entusiasmo por la Escuela de Padres. Horas y horas de preparación, de charlas en colegios, en la radio, en las televisiones locales de la bahía de Cádiz. Llegó a ser todo un maestro en los medios locales, creando escuela a la que contagió su entusiasmo. [...] Aunque precedía de una estirpe de atletas, sobre todo, de vela, le llegó la enfermedad y la vejez y hubo de ser llevado a la enfermería de Málaga para poder recibir los cuidados que necesitaba. Lo acosó la enfermedad y la limitación, pero no perdió su ingenuidad, su vozarrón ni su espontaneidad».
Lo siento como una pérdida personal, un amigo que siempre tenía una sonrisa y un consejo que ofrecer, descansa en la Paz y que desde ahí nos siga iluminando.
Descansa en paz, Pater.
Siempre un espíritu crítico en aras de estimular lo mejor de cada uno de nosotros.
DEP...
Una vida intensa para un merecido descanso.
Gran persona mi tío Manolo Doreste Manchado, todos los que fuimos sus alumnos lo recordamos con cariño por su esforzado afán en la excelencia personal y de espíritu. DEP
Gran hombre, con una sonrisa continua, gran compañero con sus palabras de ánimo, gran impulsor de la Escuela de Padres, de la que participó mi marido para mejorar la educación de mis hijos, gran sacerdote sabiendo escuchar y transmitiendo una fe sincera y noble. Gran recuerdo el que deja a los que lo tuvimos como amigo. Te deseo la felicidad eterna que te mereces junto al Padre. Tu amiga para siempre.
Mi más sentido pésame a la familia.
De caracter alegre y optimista. Siempre con una sonrisa.