Hijo del maestro de escuela Julio Mendoza Cifuentes que ejerció en una pequeña escuela en el Parque del Retiro jerezano y de la bosqueña Pepita Román Marín, con quien tuvo seis hijos: Trinidad, Francisco, Pepita, Julio, Diego y Antonio. Así recordaba su vida Rafael Lorente:
Julio, quien llevaba el nombre de su padre era el cuarto de los seis hijos que el matrimonio Mendoza Román dejara como descendencia. Nació Julio el 28 de abril de 1934. Llevó a cabo los estudios primarios y secundarios en la escuela de su padre, pasando al colegio de los marianistas donde hizo el bachillerato. Terminando éste, se matriculó en la Facultad de Medicina de Cádiz donde hizo la carrera. Ya desde los primeros cursos destacaba en él su gran interés por la cirugía, por lo que estando en tercero de carrera optó por ocupar un puesto que de esta especialidad iba a quedar vacante en el antiguo clínico, el ya desaparecido Hospital de Mora.
| Álvaro Domecq Díez, presidente de la Diputación Provincial, en 1960
Hechas las oportunas indagaciones en la Diputación de Cádiz, contactó con Antonio Sancho, secretario del presidente de la Diputación, cargo que por aquellas fechas ocupaba Álvaro Domecq, quien concedió una entrevista al futuro cirujano Julio Mendoza, al que le permitió ocupar aquella plaza. Quiere decir esto que, antes de obtener su licenciatura, Julio ya tenía un remunerado puesto de trabajo. Por aquellos años, debido a su gran interés y afición a la cirugía, ya ayudaba a tocólogos, traumatólogos y cirujanos generales.
Por esta razón fue uno de los alumnos preferidos del Catedrático Felipe de la Cruz Caro, quien fuera su maestro y del que Julio Mendoza manifestó estar orgulloso de haberlo aprendido todo. Terminada la carrera, regresó a Jerez, comenzando a trabajar en la Casa de Socorro; y dada su versatilidad como cirujano, empezó haciendo sustituciones al equipo de cirujanos oficiales existentes en la vecina población.
Al poco tiempo adquirió una casa en la Barriada de España, la que adaptó para hacerla vivienda familiar y consulta particular en la que ejercía como médico de familia. En ella recibía y trataba a lo más granado de la sociedad jerezana, adquiriendo con ello gran predicamento y popularidad.
Una vez se inaugura el Hospital de Jerez es requerido por la dirección como cirujano general, por lo que fue contratado, siendo el cirujano especialista más joven del hospital. Aproximadamente a los tres años ejerciendo como cirujano general, fue convocado en Madrid un concurso oposición para una plaza con cargo superior, ya que él se encontraba ocupando la de cirujano adjunto, plaza que tras presentarse, consigue para Jerez, ejerciendo con mayor categoría, además de alternar con su consulta particular como en el Sanatorio de Santa Rosalía.
| Con el torero Juan José Padilla. | Foto: Juan Romero Jaime
Debido a la gran afición que desde niño tenía a los toros y a su gran amistad con Álvaro Domecq, Julio Mendoza nunca perdió el contacto con la Fiesta, con la que quiso colaborar desde su profesión de cirujano, por lo que fue solicitado como cirujano taurino por el empresario Antonio Román, quien daba múltiples festejos por las provincias de Cádiz, Málaga, Huelva... pueblos en los que montaba las plazas portátiles a las que Julio Mendoza acudía con su equipo médico, tales eran los siguientes prestigiosos profesionales: el doctor anestesista Juan Puerto Peralta y el ATS Francisco Pérez Martel.
Posteriormente, y debido a su prestigio profesional, fue llamado por Luis Romero Palomo para que colaborase con él en los festejos y ferias taurinas de Jerez. Al jubilarse Luis Romero y tras superar en Madrid, en el Ministerio de Interior el examen para cubrir el puesto vacante, ocupó oficialmente la de la plaza de toros de El Puerto de Santa María, como también las de Jerez y Sanlúcar de Barrameda. Con el trabajo que le suponían llevar estas tres plazas de toros, terminó dejando al empresario Antonio Román y al ajetreo de las portátiles.
| En la enfermería.
Es obvio decir que a lo largo de tan extensa carrera médico-quirúrgica, Julio Mendoza atendió, curó y operó a prácticamente todos los toreros de estos últimos cincuenta años, entre los que podríamos citar: Rafael de Paula, Curro Romero, Paco Ojeda, Parada, José Luis Galloso, Cayetano Rivera, José Tomás, Ponce, Padilla, El Cid y Morante de la Puebla; interviniendo a algunos de verdadero cornalones, a los que debido a su gran experiencia, los resultados han sido siempre satisfactorios.
No olvidaba por ello a los excelentes profesionales de los que siempre se supo rodear a los que humildemente decía debérselo todo y que sin ellos no habría sido nada. Tales son los cirujanos: Benito Ortegón, Manuel González, Juan de Dios Franco y Carlos Gutiérrez. Como anestesistas a Mariola y a Gerónimo Sánchez y como A.T.S. de quirófano Francisco Pérez Sánchez, José Galvín y Antonio de la Torre; todos insuperables profesionales y compañeros.
| Durante las Veladas Taurinas celebradas en Jerez, el pasado septiembre de 2017. | Foto: Juan Romero Jaime.
Ya jubilado, Julio disfruta de sus 14 nietos así como de las muchas amistades que se fue granjeado a lo largo de su vida, las que le hacían participe de multitud de eventos y celebraciones, por lo que sin ser cazador, gustaba de asistir a las cacerías como montero de compañía, así como en verano, a jornadas de pesca en los barcos de sus amigos.
Mas que compañero un amigo entrañable insustituible, aunque en ramas de la cirugia distintas yo soy cirujano de aparato locomotor y traumatologo hemos estado unidos medio siglo
tanto profesional como famiiarmente.
Perteneci al equipo taurino que el capitaneaba
desde el principio aunque se haya omitido en la informacion.
Echaremos muy en falta su compañía
Descanse en Paz , se lo merece
Magnífico profesional de la medicina y cirugía.
Gran amigo de sus amigos.
Descanse en paz.