El cinco de agosto de 2011, el matador de toros Manuel Jesús ‘El Cid’ estaba anunciado a las 19.30 horas en la plaza de toros de Huelva y a las 23.00 en El Puerto de Santa María, en una corrida en homenaje al llorado rejoneador y ganadero don Fermín Bohórquez Escribano, el hierro anunciado esta tarde en Las Ventas.
Parecía complicado cumplir las dos citas; pero el sevillano se las ingenió para hacerlo. Primero, solicitando permiso al presidente y al director de lidia, Manuel Díaz El Cordobés, para matar primero y cuarto en la corrida de Las Colombinas. Y segundo, volando en un helicóptero hasta la plaza de toros de El Puerto. «Al dar la vuelta al ruedo en mi segundo toro, la gente me decía: "Cid, tranquilo, ¿por qué vas tan rápido?". No sabían que me tenía que ir corriendo».
La aventura contrarreloj comenzó en ese instante, rumbo a la Ciudad Deportiva del Recreativo de Huelva, a donde llegaron en apenas diez minutos, escoltados por la Policía. Así, a las 21.25 partieron rumbo a la localidad gaditana en el helicóptero de siete plazas, componiendo una curiosa imagen: El Cid y su cuadrilla vestidos de torero en el artilugio volador.
Junto a El Cid viajaron su entonces apoderado Santiago Ellauri, sus banderilleros Alcalareño y Pirri y el picador Juan Bernal, además de su mozo de espadas Pepe Valiente.
Tras aproximadamente media hora de vuelo, el aparato aterrizó en el helipuerto de Puerto Sherry, donde dos vehículos esperaban al equipo. Todavía tuvieron tiempo de desplazarse al hotel Santa María, donde El Cid pudo cambiarse de vestido de torear y llegar a la hora del paseíllo. Del azul marino de la tarde al grana y azabache de la noche.
Fue la nocturna una emotiva corrida en la que El Cid cortó una oreja y sufrió una fuerte voltereta sin consecuencias. El protagonista fue don Fermín Bohórquez Escribano, impulsor de esta tradicional corrida nocturna con rejoneadores en El Puerto y que se vistió de corto por última vez en público para hacer un paseíllo testimonial junto a su hijo Fermín, que terminaría sacando a hombros a su padre por la puerta grande. | Texto: Lucas Pérez. Anécdota extraídas del libro '300 anécdotas taurinas'