José Casimiro García Rodríguez, Pepín para quienes le conocimos de pequeño, o el Dr. Casimiro para todos, nació en El Puerto de Santa María el 18 de julio de 1957, en la calle Cielos, en la casa de las Puente. Especialista en hurgar en las gargantas, los oídos y las narices de multitud de pacientes, donde su praxis se caracteriza por el acierto en los diagnósticos y soluciones y por su campechanía en el trato, es uno de los fundadores de la Fundación ‘La Vicuña’ embarcada en múltiples proyectos de índole social y de cooperación, en El Puerto y fuera de España. Tiene un cerebro altruista y caleidoscópico, como podrán comprobar.
Casimiro es el segundo de cinco hermanos: Leticia, Domingo, Fermín y Manuel, frutos del matrimonio formado por José García Castro y la gallega Concepción Rodríguez Álvarez. Tuvo como primer colegio el Asilo de Huérfanas, corral, iglesia y colegio. También correteó por una ‘amiga’ de la calle Jesús Nazareno, detrás del edificio del Ayuntamiento para más tarde incorporarse al colegio de La Salle de donde, en tercero, pasó al Instituto Santo Domingo. Desde muy pequeño tenía curiosidad por las cosas, era muy inquieto, travieso, e incluso despistado porque le aburría la enseñanza: lo que hoy se conoce como trastorno de hiperactividad (TDH). Solía llevar en los bolsillos toda clase de bichos: lagartijas, grillos, ranas, a los que diseccionaba. El Curso de Orientación Universitaria (COU) lo completó en el Instituto Pedro Muñoz Seca, donde, estudiando Biología, se obsesionó por la anatomía y ya tuvo claro que su vocación iría por la medicina.
| Patio del colegio La Salle. Los alumnos en formación, reciben la visita del Obispo Auxiliar de Jerez, José María Cirarda Lachiondo.
Empieza y termina la carrera de medicina en Cádiz, especializándose en la parte de la misma que se ocupa de la anatomía, la fisiología y las enfermedades del oído, la nariz y la garganta. Fueron seis años cómodos donde le resultó fácil estudiar la carrera. Desde niño recuerda que su padre, --el recordado don Pepito que conducía aquella moto con sidecar--, le despertaba de madrugada para ayudarle en operaciones de urgencia, tales como traqueotomías a pacientes aquejados de difteria, conocida como garrotillo, aunque también le ayudaba en operaciones de amígdalas, tabiques nasales, lo que hizo que fuera conociendo la profesión.
Mobiliario que estuvo en la clínica de su padre, en calle Cielos y posteriormente en Pagador y que hoy conserva Casimiro en su consulta de la calle Palacios.
Se pasea --dice él-- por el mundo, aprendiendo de muchos sitios y lugares. Aprendiendo de las personas también. Alemania, donde le llamó la atención la formalidad de sus gentes y donde aprendió y fue uno de los primeros en implantar aquí la cirugía endoscópica. En Italia se sentía como en casa, y otros países Portugal, Estados Unidos de Norteamérica, ..., forman parte de su recorrido de aprendizaje para darse cuenta que donde mejor se vivía era en su ciudad natal, en El Puerto de Santa María y su entorno natural. “En otros sitios la vida acababa las seis de la tarde y en nuestro país hay vida después del trabajo”, afirma.
| Esta silla de barbero, adaptada, es por la que pasaron y pasan los pacientes de Don José García Castro y Don José Casimiro García Rodríguez, afamados otorrinolaringólogos.
Regresó a El Puerto de Santa María y al final se hizo cargo de la consulta de su padre, que pasó de la calle Cielos a la nueva casa familiar en la calle Pagador. Nuestro protagonista, que siempre vivió de cara a la Bahía de Cádiz --aún recuerda aquellos veranos en la playa de La Puntilla-- quiso estudiar otra carrera y, si bien en principio pensó en la de oculista, cayó en la cuenta que no casaba su nombre de pila, Casimiro, con la mencionada especialidad médica, por lo que decidió matricularse en Ciencias del Mar. ¿Se imaginan una placa en la puerta de la consulta: 'Dr. Casimiro. Oftalmólogo'? Recordaba nuestro protagonista a un dentista que atendía a sus pacientes en la calle Pagador: 'Dr. Quijada. Odontólogo'.
| En enero de este año se han cumplido 10 de la creación de la Fundación La Vicuña ORL
Esclavo de su cerebro, no para de abordar nuevas cuestiones en lo profesional y en lo humano. Casimiro es de los que piensa, como su madre la gallega Concha, que “lo que no se da, se pierde”. Y tiene claro que lo que se da se recibe ampliado tanto en cantidad como en calidad, una suerte de karma que preside sus actuaciones. Se embarcó en una empresa de dimensiones desconocidas para él, la Fundación ‘La Vicuña ORL, nombre que toma de la casa de piedra ostionera del siglo XVIII donde está ubicada la consulta, en la esquina de la calle Palacios con Micaela Aramburu, y que este 2018 ha cumplido 10 años de existencia. Ahí sigue navegando por todas las aguas que le vienen, ya sean serenas o bravas.
| Alumnos visitando la consulta de otorrinolaringología, dentro de la Oferta Educativa Municipal.
Empezó con una actividad dentro de la Oferta Educativa Municipal, ‘Conoce tu cuerpo’, donde alumnos de tercero visitan la clínica. Luego vendría la cooperación internacional con la República Democrática Saharaui donde atienden en cada campaña a 900 o 1000 personas con problemas de nariz, garganta y oido, amén de conseguir material médico para los dispensarios que consiguen crear.
| José Casimiro, tras un descanso en el campamento saharaui, tras atender junto a otros voluntarios anualmente, en el periodo de visita, entre 900 y 1.000 pacientes de su especialidad.
| Mercadillo de los Huertos Solidarios, que se instalan en Los Toruños los terceros domingos de cada mes, además de el resto de domingos en la gasolinera situada en el campo de fútbol José del Cuvillo.
Los Huertos Solidarios de Montes de Oca. Todos los domingos, en la gasolinera junto al estadio ‘José del Cuvillo’ y el tercer domingo de cada mes en Los Toruños, ofrecen sus productos para financiar sus proyectos, apoyando además al comedor Sol y Vida y a la Residencia de Ancianos de Las Banderas, a Anyde, a las monjas Concepcionistas. Últimamente a las barriadas marginales, empezando por la de Los Milagros, donde realizan talleres para sacar a los niños de las calles. Después, espera, vendrán más proyectos.
| Órganos de la Prioral, cuyo restauración promueven desde La Vicuña. | Foto: Fernández Hortelano.
La Fundación va a realizar todos los esfuerzos a su alcance para llevar a cabo la restauración de los monumentales órganos de la Basílica, antes Iglesia Mayor Prioral. Dado que entre los fines fundacionales no aparece reflejada la actividad patrimonial, es por lo que se va a crear una Asociación y una plataforma ciudadana para la captación de fondos suficientes que sufraguen el arreglo de dichas piezas que forman parte del patrimonio de esta Ciudad.
| Mesas informativa de La Vicuña, en la plaza de España
Según ha defendido la Fundación “la cooperación se puede hacer en cualquier lado y no hace falta desplazarse a sitios remotos. Al mismo tiempo los proyectos que trascienden son los que se mantienen en el tiempo, creando un nicho de necesidad y respuesta acorde a ella”.
| Mercadillo Solidario.
El equipo de la fundación La Vicuña está formado por varios médicos inquietos, inconformistas con la rutina de la vida fácil, con capacidades y conocimientos adquiridos tras una larga vida laboral, sabedores de las necesidades de una población que sufre en silencio la marginación tanto aquí, en España, como en infinidad de rincones de éste, nuestro planeta. Familias sin futuro, sin horizontes y además esclavos de enfermedades, de fácil solución en nuestro medio, pero insufribles lejos de medicamentos y diagnósticos certeros por profesionales cualificados. El interés y la filosofía de esta fundación, no es salvar vidas, sino mejorar la calidad de la vida a cuantas personas confíen en este proyecto. Y no buscan dinero, que saben que se encuentra para estos fines, sino voluntarios que les ayuden
| Foto: Julieta Finamore.
Así define a nuestro protagonista el columnista Pepe Mendoza: “Mucho antes de que la risoterapia se pusiera de moda y algunos médicos comprendieran que hacer el humor beneficia gratamente a la salud, el Doctor Casimiro ya ejercía, con el beneplácito de la afición de El Puerto de Santa María, su sanadora vis cómica, mientras fisgoneaba en los vestuarios de un pabellón auditivo o buscaba faunos en el laberinto de un oído interno. Acostumbrados como estábamos a la arrogancia seca de los que tenían estudios, a la afectación malaje de unos profesionales demasiado estirados, el humanismo sabio y surrealista de aquel joven empezó a propagarse allende los tímpanos”. | Texto: Manolo Morillo.
E leído todos los comentarios.y me parece estupendo todos yo estoy próxima a visitarle por un problema que llevo meses y especialistas y sigo igual el es mi ulúlti esperanza en porque ya estoy con mucha ansiedad y deprimida por mi problema de garganta.espero que con todo loque e leído sea mi solución y lo convertiré en mi dios!!
Estupendo profesional a la par que buen humorista, sólo creo haber ido en dos ocasiones y no para mi, y es que al paciente le quita todo agobio, además de curarle si está en sus manos y en la ciencia porque sabe sacar una sonrisa al más serio que se tercie.
Gracias por su altruismo y gran humanidad.
Mi hijo Valentín se rompió la nariz en un "cacharrito" de la feria de El Puerto. El doctor don José Casimiro García Rodríguez, le operó muy satisfactoriamente y por su puesto, con su "sanadora vis cómica". Comí decía mi abuelo Enrique Ramos Sánchez-Somoza (médico gallego por la Universidad de Santiago de Compostela), en términos taurinos, el doctor José Casimiro, es un " primer espada".
Para mí es una gran persona.
Después de yo dar multitud de tumbos con mi hijo de 2 años sin saber porque no hablaba.
El le diagnosticó una otitis cerosa. La cual la operó y la dreno. Y gracias a él hoy mi hijo ya es mayor 25 años es una persona normal,
Gracias a sus cuidados recuperó la audición.
No tengo con que agradecerle.
Muchas consultas sin que nos cobrará un céntimo.
Si, es un buen profesional, magnífico compañero, excelente persona y un gran amigo ,que ni el tiempo, ni la distancia y ni las dificultades le hacen cambiar.
Admiro a este hombre. No solo te cura, su cercanía, humor,dedicación, apoyó emocional y su gran profesionalidad te sostiene en la enfermedad de manera que nunca te sientes sola. Iba a visitarnos a la clínica incluso los sábados y domingos. Esto era muy importante para nosotros. Gracias .
No hay otro como el de buena persona ygranprofesional
Gran hombre...muy buena persona..y luchador defensor de lo injusto...
Profesionalidad y humanidad impresionantes.
Operó a mi hijo de 3 años en noviembre,después de aprox.5 visitas a Urgencias del hospital de Jerez sin resultado .
Operado de nariz,garganta y oidos.
Mi hijo a ganado calidad de vida.
Gracias Dr.Casimiro,por tener esa parte "humanitaria" que debe portar un médico,como hablamos en la consulta.
Excelente profesional, lo digo con conocimiento de causa. Después de un mes soportando picores en un oído y visitar varias veces a especialistas haciéndome lavados de oído, fui a visitar al Dr. Casimiro y al mirar mi oído me dijo lo que tenía, me mando una pomada y que me pusiera durante unos días la citada pomada en el oído y al cabo de esos días volví a su consulta y todo se había solucionado. También estuve otra vez para curar una hemorragia nasal y hasta el día de hoy todo va muy bien.
Estupenda persona y gran profesional.