Las personas de buen corazón y de recta trayectoria, allá por donde se muevan, allá por donde anden, siempre tendrán un lugar de honor en la memoria colectiva, en la historia de los hombres que ayudaron a forjar el estado de libertades del que hoy disfrutamos. Pepe Marroquín, El Bloque, --en referencia a su complexión atlética-- primario como él solo, pero justo, comprensivo y comprometido con la realidad, referente de la lucha obrera en El Puerto de Santa María durante la dictadura, gozaba hasta del reconocimiento de la derecha económica.
| Reconocidos sindicalistas de antes de la Democracia: de izquierda a derecha, Pepe Marroquín 'el Bloque', Antonio Álvarez Herrera, Pepe Marco y Esteban Caamaño Bernal.
Tuvo la suerte de trabajar en una bodega, Fernando A. de Terry, socialmente avanzada y que se implicaba por los derechos de los obreros. Presidente del Jurado de Empresa, primero, y luego del Comité, Pepe Marroquín sufrió prisión en defensa de los derechos de los trabajadores, dando la cara ante la empresa y ante sus compañeros, pero saliéndose, lógicamente, del orden establecido que imperaba. Y por ello sufrió la cárcel y torturas a las que el régimen sometía a los rebeldes.
En Terry le garantizaron, a él, a Esteban Caamaño, a Paco López y a otros la continuidad en el puesto de trabajo tras el cautiverio, dando así la empresa la cara por sus trabajadores y eso quizás ayudara a la reducción de su estancia en la cárcel. El Jefe del Economato de Terry llevaba personalmente, en secreto, alimentos a la familia para que no quedara desatendida, tal era la complicidad que despertaba la bonhomía de Marroquín, algo que nunca olvidó.
| De izquierda a derecha, Miguel, Manuel Espinar Galán, Santiago Gallardo, Pepe Marroquín y agachado José Marco, de excursión al Valle de los Caídos (Madrid), durante unas jornadas sindicales en los años sesenta del siglo pasado.
Como nunca olvidaría con orgullo que, al llegar a negociar junto con otras bodegas del marco de Jerez, frente a la patronal, que ciertas mejoras ya estuvieran conseguidas en Terry, pero no en otras empresas del ramo. Todo lo que pedía El Bloque era justo. Sabía hasta donde podía llegar en sus peticiones a Terry --donde empezó con 15 años-- el estado de salud económica de la empresa y los compromisos a los que, también, debían llegar los trabajadores.
No permitía que en una mala interpretación de los derechos laborales, ningún compañero del embotellado donde ejercía, se ‘dejara de ir’ en contra de los intereses de productividad de todos ellos. Perteneció a ese pequeño grupo de ciudadanos comprometidos que ayudó a cambiar el mundo.
Estaba casado con Conchi Nieto y, fruto de aquel matrimonio, tuvieron tres hijos: Carmen, Teresa y Miguel. Vivieron en la barriada de los Milagros. Tras 78 años, fallecía en enero de 2008.
Me tenia cariño y a mi padre Manuel Gago, directivo de Terry y falangista, también. Mi padre lo admiraba enormemente. Yo, también. Siempre lo recordaré con su mono azul de Terry y con el nombre de la empresa que tanto mejoró y ayudó a crecer en el pecho, junto a su grandísimo corazón.
Gran persona y gran amigo de mi familia y, por tanto, mío.
Mi padre.....es como , erase una vez...su sangre corre por las mias.