Manuel Ramírez Barrera, tomó el nombre artístico de Manolito Barrera ‘el Soldao’, por haber hecho el servicio militar en Jerez y el primer apellido de su madre, a la que profesaba un gran cariño, tanto es así que llevaba una fotografía consigo. Su nacimiento tuvo lugar el día 2 de Octubre de 1922, en el número 16 de la calle Durango en El Puerto de Santa María. | Dibujo que Juan Lara pintó para la Peña Tomás El Nitri, que anunció el I Concurso de Cante Flamenco’ Ciudad de El Puerto’ a principios de la década de los noventa del siglo pasado.
1922.
En 1922 llegaba a El Puerto --a la iglesia de San Francisco-- una reliquia de San Francisco Javier, copatrono de la Ciudad, concretamente un brazo. Era alcalde de la Ciudad, Manuel Ruiz-Calderón y Paz. Ese año la hacienda pública embargó el 66% de los ingresos al Ayuntamiento por débitos, y el 25% del sobrante por igual morosidad, con la Diputación Provincial. Desaparece la Biblioteca Popular situada en la calle Luna, que sería anexionada al Colegio de las Esclavas. Bodegas Osborne funda la la solera del oloroso medium ‘Solera India’ de al menos 25 años de vejez.
| En 1922, con motivo de los trescientos años de la canonización de San Francisco Javier, vino a España por primera vez la reliquia de uno de sus brazos que estuvo en la Iglesia de San Francisco, al ser copatrono de El Puerto de Santa María.
Ese de 1922 año Rafael Alberti exponía una muestra pictórica en el Ateneo de Madrid y publica sus primeros poemas en la revista ‘Horizonte’. Se transcribían y reproducían las Cantigas de Santa María, de Alfonso X, ‘el Sabio’ que se conservan en la Biblioteca Nacional de Madrid, a cargo del musicólogo Julián Ribera. ABC publicaba en su edición de 17 de septiembre la crimen o suicidio por ahorcamiento, del sargento de carabineros retirado, Roque Fernández Regueira, natural de nuestra Ciudad.
| Adelina La O Lage y su hijo, el popular 'Manzanita'. | Foto: Colección Carlos Pumar Algaba.
Ese año nacían, también, el coleccionista Ramón Bayo Valdés, la popular Adelina La O Laje, madre de Joaquín, ‘el Manzanita’ y América Martínez, la primera mujer catedrático de guitarra de Andalucía y segunda de España, que falleció el pasado 2010 en El Puerto. Jerónimo Lara Izquierdo y Celestino de Serdio Gutiérrez.
Nuestro protagonista fue bautizado en la pila bautismal de la parroquia de Nuestra de los Milagros, actual Basílica Menor, el 11 de Octubre del mismo año. Sus padres eran Antonio Ramírez Rodríguez y Joaquina Barrera Camacho, nacidos en esta ciudad y casados en la citada Iglesia. Abuelos paternos José Ramírez Aldana del Puerto y Juana Rodríguez Mayo, de Tarifa; maternos, Nicolás Barrera Pérez y Concepción Camacho Caballero, de El Puerto. Se le impuso el nombre de Manuel de la Santísima Trinidad Ramírez Barrera, fueron sus padrinos Manuel Barrera Camacho, y la abuela materna.
| Pila bautismal de la parroquia de Nuestra Señora de los Milagros.
En el padrón de 1930 encuentro a la familia de los Ramírez Barrera viviendo en la calle Postigo Nº 7. Como cabeza de familia figura su madre, nacida en 1890 y viuda. Los hermanos eran Nicolás, nacido en 1916; Antonio, nacido en 1918; Manuel, el protagonista de este texto, y Joaquina, nacida en 1927, todos naturales de esta ciudad.
Sus comienzos en el flamenco tienen lugar en los años treinta. A la edad 12 años ya se reunía con Diego Gálvez “El Herrero” (cantaor que era familia del “El Gurrino”, que por los datos que me proporcionaron sobre éste, parece que era hijo de un tío paterno). También se relaciona con Manuel Bermúdez “Carnicerito”, primer apodo artístico de Anzonini; con José de los Ríos Suárez, “El Loco”, abuelo paterno de Manuel de los Ríos “El Pititi”, al que llegué a escuchar cantar por seguiriyas, ya mayor.
También frecuentaba a Manuel de los Reyes “El Chatito”, familiar de José “El Negro”; a Manuel Jarana, grandísimo cantaor flamenco, que creo fue el padre Miguel Jarana, estupendo bailaor y cantaor, casado con una hermana de José El Negro.
| Cartel de mano anunciando el festival flamenco en el Teatro Principal del Puerto, sábado 11 de Julio 1936. Con estos aficionados al cante y al baile comienza nuestro personaje su andadura en este arte.
Otros artistas con los que se le relaciona son Francisco Pellicer, “El Niño de la Victoria”; Antonio Jiménez, El Niño del Puerto, cantaor de raza gitana; Antonio Sánchez “El Niño de la Torera”; Juan Sánchez “El Pinalero”, de la provincia de Madrid, que trabajó en el Ayuntamiento de El Puerto de bombero y dominó perfectamente los cantes de levante; José Ortiz “El Camperito”, excelente cantaor por fandango; Manuel Sánchez “Loliti, bailaor de una dinastía flamenca dedicada a la danza, muy conocida en El Puerto, matriarca de los Loliti, y con los guitarritas, Ángel Sevilla, Joaquín Albaiceta y Francisco Guilloto, entre otros aficionados de estas fechas.
Estos aficionados al flamenco fueron los más notable de El Puerto en aquella época, se reunieron y participaron en fiestas con nuestro protagonista en muchas ocasiones. Que yo sepa pocos de estos aficionados llegaron a ser profesionales, solamente destaca Manolo Anzonini.
| Tío Gregorio Borrico, un cantaor con una gran personalidad que además cantaba de forma diferente a los demás. | Foto: P. Carabante.
| Fernando Terremoto, rey de la seguiriya. La expresión de Fernando, cantando por seguiriya.
Hizo el servicio militar en los años cuarenta destinado en Jerez de la Frontera, ciudad en la que conoció a muchos artistas flamencos de aquellos años, entre los que podemos citar a Fernando Terremoto, Juan Morao, El Troncho, El Sernita y El Sordera. En Jerez se buscaba la vida con su baile y su cante por tabancos, ventas y en la sala de fiesta Mariva. Tres o cuatro años vivió en la zona más flamenca de España, aprendió mucho de estos grandes artistas jerezanos y allí le apodaron “El Soldao”. En estas fechas le obligaron sacarse el carnet de artista para poder trabajar en la Sala de Fiesta Mariva de Jerez de la Frontera.
| Carné de artista de los años cincuenta.
Mi tío José Ruiz Camacho fue muy conocido en El Puerto, por el apodo del Landa, tuvo un quiosco de periódicos, revistas y chucherías en la calle Micaela Aramburu, junto al antiguo hospital. Fue muy amigo de Manolito Barrera, trabajaron los dos de muy jóvenes de toneleros y en el muelle. Me contó mi tío que Manolito Barrera, era de los mejores cantaores que habían salido de este rincón. “Los fines de semana me iba con el de juerga al Bar La Burra, donde se organizaban grandes fiestas en las que los aficionados invitaban tanto a él como a los que le acompañábamos”.
| José Ruiz Camacho 'el Landa'. | Foto: Colección Miguel Sánchez Lobato.
En los años cuarenta mi tío trabajaba con él en una tonelería situada en la calle La Palma. En aquellos tiempos de posguerra se pasaba mucha hambre, tanto es así que llevaban para desayunar en muchas ocasiones una sardina arenque y un trozo de pan que ponían a tostar al fuego con la sardina. “Poco después de comérnosla ya estábamos muertos de hambre, menos mal que algunos de los compañeros llevaban botellas de vino que nos quitaban parte del hambre que pasábamos”. En esta época se bebía muchos en las bodegas para matar el hambre.
| Tonelería Lores.
En relación con estos datos José Rivero, encargado de las bodegas de Pedro Domecq de Jerez, me dio una explicación que yo creo que fue muy acertada: “Mira Antonio, pasábamos tanta hambre en estas fechas de la posguerra que estábamos deseando entrar en la bodega para tomarnos unas copitas de vino dulce para matar un poco el hambre, porque contenía más calorías que el vino fino, éste fue el motivo de que algunos jóvenes se aficionaran a la bebida”.
Manolo fue un hombre poco hablador y solía escuchar mucho a las personas cuando hablaban con él.
| Programa de la cartelera de la película Embrujo, realizada, en 1946, de Lola Flores y Manolo Caracol.
La presentación de Manolito Barrera en El Puerto
Emilio Bootello, jefe de la estación de El Puerto, dio en su casa una fiesta en la que tuvo lugar la presentación de Manolito Barrera, “El Soldao”. Era a principios de los años cincuenta, el mencionado Emilio Bootello, invitó a dicha fiesta a Lola Flores y a Manolo Caracol, que estaban actuando en El Teatro Principal, junto a los artistas Ramón Vélez y El Beni de Cádiz. Estos cuatro artistas quedaron prendados del arte de nuestro paisano, por cierto, Lola Flores, quería llevárselo en la compañía, pero Manolo Caracol, se opuso porque decía que llevaba dos bailaores y no le hacían falta.
Ramón Vélez me comentó que Lola Flores, vino al Puerto, para llevarse A “El Soldao”, en su compañía, pero no pudo porque en estas fechas estaba embarcado pescando por el norte de África. Cuando “La Faraona”, vino a buscarle ya estaba separada de Manolo Caracol.
| Dibujo de nuestro paisano Juan Lara, en el que logra la expresión del genial Manolo Caracol, cantando. Juan Lara, fue un gran aficionado al flamenco. Fue padrino de la Peña Tomas El Nitri.
Aburrido de aguantar muchas noches de juerga, trasnochando y de la bebida que había que tomar en estas reuniones, que por cierto, no le caían nada bien, su madre y su novia le aconsejaban constantemente que dejara el flamenco que se iba a buscar una enfermedad, aguantando a muchos señoritos de aquellas fechas, consiguiendo convencerlo. Dejó el flamenco y empezó a trabajar en una profesión tan dura como era la mar. Mi padre trabajó de marinero durante cuarenta años y nos decía que no había dinero para pagar esta profesión, estuvo dos veces a punto de hundirse en los barcos donde trabajó. Se pasaban muchas fatigas trabajando en la mar.
| Muelle pesquero de El Puerto.
Actuación en Marruecos
Mientras pescaban en aguas marroquíes, se levantó un temporal que les obligó a refugiarse en el puerto de una aldea marroquí. Estuvieron seis días sin poder salir a pescar y el segundo día de estancia, le propusieron unos compañero a Manolo salir y dar unas vueltas por aquella población marroquí. Buscaron un bar donde despacharan alcohol y tuvieron la buena suerte de encontrarlo. El dueño era español, andaluz de Algeciras para más señas. Tocaba la guitarra bastante bien y era aficionado al flamenco.
Este tabernero preguntó a Manolo Barrera y a sus acompañantes si había alguno que supiera cantar a lo que Manolo, respondió que había estado viviendo del flamenco durante varios años. El dueño del local le propuso que cantara algo y él le acompañaría con la guitarra. Se entonaron los dos, uno cantando y el otro acompañando a la guitarra, y se armó una fiesta de las diez de la noche a las doce de la mañana del otro día. El local estaba lleno de marroquíes y españoles, escuchando el flamenco de nuestro paisano. El propietario de este local propuso a Barrera, que se afincara en esta ciudad, porque a los árabes les gustaba mucho el flamenco y había muchos cabarets y salas de fiestas, para trabajar. Al día siguiente siguieron cantando en esta taberna y cuando terminó la fiesta, un señor que le había escuchado, al que llamaban Don Rafael, dueño de un cabaret, le dio dos mil pesetas y le propuso un contrato para su establecimiento, a lo que nuestro convecino respondió con una negativa rotunda.
| Antiguo muelle de Tánger. | Fotografía de Antonio Cavilla
Un dueño de barco de Ceuta, que se dio cuenta del arte de Manolo, le ofreció que trabajara con él y le dio mil quinientas pesetas por la fiesta. Estos datos me los ha proporcionado el bailaor Antonio Suárez López, del dúo de los Hermanos Vargas, que también vivió de la mar durante algún tiempo. Mi tío Pepe también me contó algo muy parecido a lo dicho por este bailaor.
Las informaciones recogidas de varios artistas del flamenco: Chano Lobato, todos los sabados cogía el vapor del Puerto, visitaba a un familiar y de camino iba a escuchar a Manolito Barrera en el Bar “La Burra”. Yo hablé en muchas ocasiones con Chano Lobato, que me decía. “Mira sobrino, ‘El soldao’ era un fenómeno bailando y cantando por Cádiz”. ¡Qué agradable era el amigo Chano Lobato¡
| El Beni de Cádiz | Foto: Kiki. 1990
| Chano Lobato
El Beni de Cádiz, también me comentó la calidad que tenía ‘el Soldao’ como artista, y me dijo lo siguiente: “Me gustaba mucho su baile y su cante, lo vi por primera vez en una fiesta que el jefe de estación de El Puerto le hizo a Lola Flores y a Caracol. Estuvo también Ramón Vélez El Beni de Cádiz, llamó a ‘El Soldao’ para cantar en una fiesta que organizaba un cortijero jerezano, en la que también participaron varios artistas de esta tierra como Fernando Terremoto y El Diamante Negro, entre otros.
| Ramón Vélez, bailaor que vivió y falleció en El Puerto, muy conocido por los aficionados de Cádiz, Sevilla, Madrid, El Puerto y en el mundo del flamenco.
Ramón Vélez, bailaor hizo referencia en su libro biográfico a la calidad de nuestro paisano como artista. Yo he hablado con Ramón en muchas ocasiones y era un hombre con la picaresca de los gaditanos de los años veinte. Te solía contar muchas anécdotas de su vida y pasabas con él un rato muy agradable. A mi compadre Luis Gatica, también le dijo Ramón Vélez que clase de cantaor era nuestro paisano Manolito Barrera. Fue una pena que dejara el flamenco, porque fue muy buen cantaor y bailaor.
Manuel Suárez López, bailaor, aunque no fue profesional, porque no quiso, trabajó toda su vida en la Hidrográfica del Guadalquivir. Con él charlamos en muchas ocasiones. Me dijo de Barrera que era muy buen artista tanto bailando como cantando. Las últimas botas de bailar que tuvo Barrera se las compró él cuando se retiró.
Célebres aficionados flamencos y empresarios del El Puerto organizaron muchas fiestas. Yo llegué a conocer a José Breíta, cuñado del cantaor flamenco Manolo Vargas y del Cojo Peroche. Era exportador de pollos de peleas a Sudamérica y un gran conocedor de este magisterio, se gastó una fortuna en fiestas flamencas; Antonio Orellana, industrial de materiales de construcción y del transporte, fue un gran aficionado y enamorado del cante de la Paquera de Jerez, de él se cuentan muchas anécdotas con los cantaores que contrataba.
| Emilio Bootello, Jefe de Estación.
El nombrado Emilio Bootello, jefe de estación del El Puerto Santa María y excelente aficionado, invitó a muchas fiestas a cantaores que solían actuar en el Teatro Principal de El Puerto y a aficionados de esta localidad. Decían de él que tenía unas botas con los mejores vinos finos de la provincia. Este hombre llevó a su casa a artistas de la talla de los mencionados Lola Flores, Manolo Caracol, El Beni de Cádiz, Ramón Vélez, Fernando Terremoto, Manolito Barrera, Manolo Anzonini, Luis Gatica y Ramón Orillo, entre otros;
El exportador de pescado Manuel Gutiérrez, apodado “El Cochino”, en la fotografía superior, también apoyó en algunas ocasiones el flamenco en la Tertulia Flamenca Tomas El Nitri. Las bodegas de Osborne, Terry, Caballero y Gómez, colaboraron con el flamenco en algunas ocasiones en los años ochenta y noventa, sin embargo, hoy con el mal estado de la economía aportan poco o nada.
El Viejo Agujeta
En los años cincuenta, un carnicero de la villa de Rota organizó una fiesta. Era muy amigo de Caracol, y se llamaba Carmelo Moreno Román, padre de un popular roteño con mucho arte de nombre José Moreno, apodado “El Cantinflas”, datos recogidos del amigo Ramón Vélez. Yo también tuve información de esta fiesta de mi gran amigo Agujeta ‘El Viejo’, para mí de los mejores cantaores que han salido de este rincón, muy buen amigo y conocido de toda la vida de él y de su familia. Agujeta me decía que ‘El Soldao’, era muy caracolero y que le gustaba su forma de cantar y de bailar muy gitana. Manolo Caracol, cuando veraneaba en el Hotel Fuenterrabía de El Puerto solía llamar a Agujeta para escucharle cantar durante los veranos que venía a esta ciudad de vacaciones, pues era un gran admirador del cante del Viejo Agujeta.
| Agujeta 'el Viejo'
‘El Soldao’, recorrió gran parte de las provincias andaluzas, con una compañía de teatro de variedades. Hay información de sus actuaciones en la plaza de toros de Cádiz y en algunas de la provincia en el año 1943. Yo le conocí muy poco, pero lo recuerdo cantando y bailando en la toma de dichos de mi tía Angelita con mi tío Requeté, en la calle Cielo. Este acontecimiento pudo ser en los años cincuenta.
Los cantaores flamencos en aquel tiempo sufrían mucho de las cuerdas vocales. La voz se veía muy afectada por el alcohol, el tabaco y por los tonos altos en los que cantaban. Había cantaores que utilizaban las vías nasales para cantar. Pepe Marchena, que cantaba en falsete no forzaba la voz. Dicen que en sus comienzos como cantaor no cantaba en falsete y lo hacía con su voz natural.
| Ilustración: tecnicadevoz.com
Manolo, tuvo un contratiempo con su voz, porque forzaba mucho las cuerdas vocales y empleaba poco el diafragma. Lo pasó muy mal y para entonarse solía tomar alcohol que dañaba mucho la garganta. Muchos aficionados que le escucharon decían de él que cantaba en tonos muy alto y empleaba poco el diafragma. Hay una letra ranchera que dice: “El que fuma y el que canta, se le pudre la garganta, como yo perdí la voz, etcétera”. Esta letra de ranchera la metían Los Paquiros, El Bambino, Enrique Montoya, El Camborio y Antonio El Chaqueta, por bulerías, entre otros artistas de este género.
A finales de los años sesenta nuestro protagonista cayó enfermo y luchó contra su mal durante meses, estaba escrito que tenía que partir con los que no vuelven. Cuando falleció me comentaron que su novia le visitaba al cementerio todos los días para colocarle flores en su tumba. Fue un hombre muy admirado en su tierra por su arte y por grandes artistas del flamenco y por el comportamiento como persona con sus amigos y familia.
Quiero dar las gracias a todas las personas que me dieron información de nuestro personaje, lo único que no encontré fotos para adornar un poco más este texto de Manolito Barrera. Como siempre quiero agradecerle Ana Becerra Fabra su colaboración. | Texto: Antonio Cristo Ruiz