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3.406. Juanjo Macías. La gloria de mi mare.

 

El actor portuense Juanjo Macías protagoniza este espectáculo, híbrido entre el teatro y el flamenco: “La gloria de mi mare”, que narra "las típicas situaciones que se dan entre una artista y su madre". Son las peripecias de una madre cuidando a su niña en ese mundo del flamenco de los años 30, en el principio de los café cantantes. Ella es el reflejo de su hija, lo que no ha podido ser en la vida lo refleja en su hija. Ahí empieza toda la historia.

—Al final, se puede resumir la obra como "un homenaje a la madre de la artista. A todas las madres. A todas las artistas". ¿Merecido?
—Sí, es merecidísimo. No es una madre jartible, como se dice en El Puerto, es muy pesada y muy celosa de su hija. Pero se le acaba cogiendo cariño. Porque, además, es un personaje que creo que camina tan solo que todo el mundo reconoce a su madre, o a algún ser de su familia femenino, una tía, una abuela... El personaje es muy de verdad. Eso es lo que me gusta de él. Después de tantos años haciendo este personaje, pues ya Gloria camina sola. Como actor me despreocupo mucho del personaje, está ya muy muy metido en mí.

—Usted interpreta a Gloria Jiménez, la madre de la artista. Un papel para el que tiene que travestirse, ¿cómo lo lleva?
—Lo abordé como un personaje más. Lo que me asombró más es que me propusieran hacer flamenco. Porque la compañía es de flamenco. Llevo 20 años haciendo teatro y nunca había hecho nada de flamenco. Tuve que tomar clases de baile, de cante y de compás... Siempre he sido muy atrevido y casi nunca digo que no a nada. Pues me lancé. Hay mucha gente que aún leyendo el programa de mano y tal, al final cuando saludo y me quito la peluca y aparezco sin pechos, se asombran, porque es muy de verdad, es muy mujer. No es un hombre haciendo de mujer.

La gloria de mi mare es una mezcla entre el teatro y el flamenco. ¿Con qué parte disfruta más?
—La función es para disfrutarla. La función es totalmente disfrutona y es una gozada hacerla. Hay una parte de unas bulerías que bailamos las tres, Alicia Cuña, Choni, y yo, que es muy divertida, muy final, muy asombrosa. Me gusta mucho hacerla. En general, la obra la disfruto desde el momento uno. Es una gozada. Parece mentira que después de estar cuatro años haciendo este espectáculo, cada vez que salimos al escenario lo pasamos tan bien y lo disfrutamos tanto. Es un espectáculo que está muy vivo. Suceden cosas nuevas. Los cuatro lo disfrutamos muchísimo.

—En la hora y 40 minutos de función se encuentra junto a usted Asunción Pérez Choni, Alicia Cuña, y Raúl Cantizano. Tiene que ser un lujo poder compartir escenario junto a ellos…
—El tándem es estupendo. Hemos aprendido todos de todos. Los flamencos son muy especiales, no quiero decir con esto ni mejor ni peor, trabajan de otra forma. Y hemos hecho un tándem súper preciso, y un engranaje súper guay entre los cuatro. Ellos hacen un personaje, no sólo Raúl toca la guitarra y no sólo Alicia canta, y no solamente Choni baila, cada uno tiene su personaje. Ahí está la mano de la directora, Estrella Távora, que ha hecho una labor de bordado, como yo digo. Ha hilado muy fino, muy fino. Creo que el éxito del espectáculo radica también un poco en eso, en habernos atrevido a hacer del flamenco humor, haberlo mezclado con el teatro, y que la gente vea un gran espectáculo de flamenco y que se lo pase súper bien.

—Javier Prieto comentó acerca de esta obra que es "una comedia flamenca de proporciones perfectas". ¿Con tan poco cómo se puede conseguir tanto?
—La obra tiene una escenografía muy finita. Tiene una parte trasera que es como si fuera el camerino de la niña, y luego fuera está el escenario sólo con una mesa y dos sillas que es donde están el empresario y la cantaora. El vestuario está también muy conseguido, es de Rosalía Zahino, y las batas de cola son de Justo Salao, un grandísimo que ha vestido a las más grandes. El vestuario también da un toque muy particular, está muy bien hecho. Y luego, claro, nosotros, que lo hacemos bastante bien (risas).

—Gracias a la obra le han otorgado un Premio Escenario de Sevilla 2011 y el Premio de Teatro Andaluz 2014. Parece que por fin van llegando los reconocimientos…
—Los premios están muy bien, la verdad es que el reconocimiento de los profesionales, de la profesión... están muy bien. Pero yo siempre digo que es mucho mejor tener trabajo que tener premios. La verdad es que no nos va nada mal con el espectáculo.

—Esta representación se estrenó en la XVI Bienal de Flamenco de Sevilla, y desde ese día no ha parado de dejar de actuar. ¿Va siendo hora de tomarse un descanso?
—El espectáculo está tan vivo que no nos cansa. Estamos encantados cada vez que nos vamos de gira. Hace algunas semanas estuvimos cinco días fuera, por Castilla y León, y cada vez que nos montamos en la furgoneta es un subidón. Estamos todos deseando. Es un espectáculo que se disfruta mucho, porque además el público lo disfruta tanto que te hace sentir muy bien. Es una gozada.

—Pero, siendo usted de El Puerto de Santa María, parece evidente que las funciones celebradas en Andalucía tendrán para usted connotaciones especiales.
—Es donde más miedo paso. Especialmente, en el Teatro Muñoz Seca de El Puerto. Hay mucha gente a la que conozco, me he criado allí. Empecé a hacer teatro en El Puerto con Paco Teja en las Escuelas Municipales de Teatro, primero, luego con Emilio Flor, con Luis Cuesta. He hecho teatro con todos los grupos que había ahí, con todos. Luego decidí irme a Sevilla muy joven, con 16 añitos. Me impone mucho, mi familia, mi madre, mi club de fans (risas) que tengo ahí en El Puerto, mis amigos de toda la vida... impone muchísimo. Tu tierra siempre causa mucho respeto, mucho. Y eso sí se extiende a toda Andalucía. Creo que no solamente me pasa a mí, que le suele pasar a todo el mundo.

—Además de proseguir con la gira de La gloria de mi mare, ¿qué más proyectos le deparan?
—Estoy trabajando con el grupo La Tarasca, de Sevilla, que estamos haciendo una obra que se llama La Roldana, sobre una imaginera sevillana. Y otra que se llama Augusto, El Emperador, en la que yo soy el protagonista, hago de emperador. Con ella hemos estado por los teatros romanos de Andalucía este verano, estuvimos en Itálica, en Bolonia... Impresionante fue actuar en esas ruinas de Bolonia. Luego yo sigo actuando con mi compañía cuando tengo tiempo, lo justo para seguir comiendo. | Texto: Adrian V.B.

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