El compositor, cantante y guitarrista Javier Ruibal ha sido galardonado ayer con el Premio Nacional de Músicas Actuales 2017, que concede el Ministerio de Cultura y está dotado con 30.000 euros. Según consta en el fallo del jurado, se le otorga esta distinción por «su excelencia» como autor e intérprete, por el desarrollo «de un lenguaje propio que ha influenciado a artistas de varias generaciones» y por «la calidad de su larga trayectoria desde la independencia y coherencia artísticas» | Foto: Román Ríos.
Con treinta años de trayectoria y una decena de discos editados, el estilo de Ruibal se caracteriza por ensamblar jazz y «rock de la vieja escuela» con sonoridades del flamenco, la música del Magreb, de India y del Caribe. Entre sus trabajos destaca la letra que puso a la música de Erik Satie y las melodías con que abrazó los poemas de Federico García Lorca y Rafael Alberti. Medalla de las Artes del Gobierno de Andalucía y finalista al Goya a la mejor canción por «Atunes en el Paraíso», ha acompañado a artistas de la talla de Paco de Lucía y ha compuesto para compañeros como Ana Belén, Javier Krahe y Martirio.
Del jurado, presidido por la directora general del Instituto Nacional de las Artes Escénicas y de la Música (INAEM), Montserrat Iglesias, han formado parte los músicos Santiago Auserón y Martirio, galardonados también con el Premio Nacional de Músicas Actuales en las ediciones de 2011 y 2016, respectivamente. El jurado lo han completado el director de Radio 3, Tomás Fernando Flores, así como Juan Carlos Espinosa, Carlos Galilea, Pilar Parreño (a propuesta de la Asociación de Mujeres en la Música), las artista Amparo Sánchez (Amparanoia), y el subdirector general de Música y Danza del INAEM, Eduardo Fernández Palomares, como vicepresidente.
--¿Cómo se siente tras recibir este premio?
Halagadísimo. Sorprendido y muy estimulado para lo que viene por delante. En este oficio uno hace las cosas en solitario, lanza su globo sonda desde su monte y de pronto acuden a la llamada los reconocimientos. Es una palmada de complicidad en la espalda.
--¿Se ha acordado de alguien en especial?
De todos mis cómplices, de todos los músicos que me han alentado a seguir en este oficio. También recuerdo a los seguidores que, cuando mi nombre no salía en los medios, seguían buscándome y encontrándome.
--¿Por qué cree usted que merece este premio?
Esto ha sido un paso detrás de otro, una corcha detrás de otra, un verso detrás de otro. He intentado ser leal a la música y a la poesía, y ser leal con algo que me parece fundamental, que es la formación y la educación que recibí como estudiante. Creo que estamos en un tiempo en el que se ha ido perdiendo el debido respeto a la formación, porque cuando luego sales a la calle lo que te encuentras es un mundo de lobos, en el que lo único que importa es ver quién muerde el primero. En este momento reflexiono sobre eso. Y me acuerdo de aquel profesor de literatura que me dijo que si quería ser más feliz, leyera muchos libros. Eso también me lo dijeron los artistas de mi generación, los Beatles, los Rolling, Bob Dylan, Paco de Lucía, Camarón, Enrique Morente y tantos otros. La falta de formación es un perjuicio económico y una sangría cultural. Vamos como en un tren que va a más velocidad de la que realmente puede ir.
--En estas fechas sigue viajando con su último espectáculo, «Suresencias».
Sí. El título da a entender que más que mostrar una postal de nuestra cultura sureña, lo que ofrecemos es algo más aromático, algo que flota más en el aire. Cuando disfruto más los lugares es cuando empiezo a saber a qué huelen. Propongo un aroma andaluz que está en todas mis canciones. En el espectáculo recorro canciones de todos mis discos, algunas son más flamencas, otras menos, algunas pueden ser un blues, pero con el aroma andaluz latente.
--¿Para cuándo un nuevo disco?
Seguiré con este espectáculo prácticamente hasta la primavera. Ahí espero estar ya terminándolo. O eso espero, porque a veces las musas se quedan en casas de otros artistas, y éstos no las sueltan ¡jajaja!
--Las composiciones están ya muy avanzadas, entonces.
Voy más o menos por la mitad, pero este reconocimiento me va a espolear para terminarlo cuanto antes.
--De las composiciones que ha hecho para grandes artistas de la escena nacional, ¿cuál es la que le ha dado más alegrías?
Lo que más alegrías me ha dado ha sido el mero hecho de que me las pidan. Una vez me las piden, yo me pongo en su tesitura, en su modo de entender la música y subirse al escenario, y trato de cortar el atuendo y hacerlo lo más parecido a lo que ellos son, sin perder mi esencia porque por algo me lo han pedido.
--Lleva ya casi cuatro décadas en este oficio. ¿Cómo le gustaría ser recordado al final del trayecto?
Me gustaría ser recordado, con eso me basta y me sobra. Como decían Les Luthiers de Mastropiero: «compuso obra». ¡Jajaja!
--Se hace bastante inevitable preguntarle cómo está viviendo la situación de Cataluña.
Me siento apabullado por los acontecimientos, y decepcionado por la escasa profesionalidad de los políticos | Texto: Nacho Serrano.