Paco, Vicente y otros y otras ilustres jubiletas de mi Centro llegaron a mi vera pedagógica cuando ya llevábamos años de camino. Pero Pepe, Carmen, Tere, Janý y Lola, cómo no, han compartido conmigo cada paso de esta apasionante aventura que ha sido la Educación de Personas Adultas. Quizás por eso la jubilación de Lola, como en su día la de Pepe Bonat, me toca de manera especial, me enternece y a la vez me desespera.
Me costará acostumbrarme a la ausencia de Lola y de ‘sus cosas’. Con ‘las cosas de Lola’ es fácil sonreír y hasta reír a mandíbula batiente. Y si con frecuencia cruzábamos la línea de la puyita y la pequeña ofensa, Lola lanzaba con la misma facilidad el zarpazo defensivo que la sonrisa de perdón. Lola me ha perdonado la grande y la pequeña. ¡Gracias, Lola!
| Una recreación de aquellas fotos infantiles en la escuela.
Y es que la recuerdo a mi lado, sólida, fiel, tierna y amable, en cada momento duro de mi vida ofreciéndome su mano, su hombro, su oído, su cartera y su casa. Y esa amistad fiel, me consta, la extendió a algunas de mis personas más queridas, acompañándolas hasta el final, cuando fue necesario. Y pagó los desapegos de algunas, que sí que hubo, con su propia tristeza pero nunca su inquina.
Y la otra de sus grandezas es que Lola era la misma persona fuera del aula que dentro de ella. Era capaz de la mayor tenacidad --la potencia de su voz desde dos o tres aulas más allá, proponiendo el dictado o el cálculo mental han sido la sintonía de muchas de mis clases de informática-- y el más colosal de los despiste, de reír sus propias equivocaciones sin escudarse en la cátedra magistral. Creo que sus alumnas coincidirán conmigo en que Lola bajaba cada día de la mesa de la profesora para colocarse a la altura del más pequeño de los pupitres.
| Con el autor de esta nótula, Juan Rincón, en una imagen de hace algunos años.
Gracias, de nuevo, Lola. En la merienda del día 6 de Octubre en el Centro, nuestras alumnos y alumnas te homenajearán junto con Vicente y te pondrán en besos y palabras sus recuerdos y su gratitud. Yo tendré otras fechas para hacer memoria y el resto de una vida en la que espero que no me falte tu sonrisa y tu amistad | Texto: Juan Rincón.