Luis Companys Jover, fue un político español, nacido en Tarrós, (Lérida), en 1883 y muerto en Barcelona, en 1940, pasado por las armas. Hijo de una acomodada familia campesina, ingresó en el Liceo Políglota de Barcelona, donde coincidió con F. Layret, con quien fundó la Asociación Escolar Republicana. Sus inicios en política fueron como militante de Unión republicana. Fue director del periódico 'La Publicidad' y junto a Layret y Marcelino Domingo, fundó 'La Lucha', sin dejar de colaborar en otras publicaciones de marcada trayectoria izquierdista. Siendo presidente de la Generalidad, proclamó la independencia de Cataluña hace 83 años y cumplió parte de su condena, tras el arresto y juicio por el Tribunal de Garantías Constitucionales, en el antiguo Penal de El Puerto de Santa María. | Luis Companys, en el centro de la imagen, recluido con parte del gobierno de la Generalidad de Cataluña, en el Penal de El Puerto de Santa María.
En 1917 fue elegido concejal del Ayuntamiento de Barcelona; en estos años se cimentó su amistad con Segui y con Layret y continúa con su amplia actividad sindical, lo que le costó en 1920 el ser recluido en el penal de La Mola de Mahón, junto con los dirigentes de la C.N.T. Consiguió la libertad al ser elegido diputado por Sabadell, en sustitución de Layret, que había sido asesinado. Fundó la Unión de Rabassaire, con el fin de introducir el sindicalismo en las zonas rurales. Conspiró contra la dictadura de Primo de Rivera, y en 1928, formó parte del comité de partidos catalanes que estuvieron en contacto con Sánchez Guerra para derribarla.
| Carta de Companys desde el Penal de El Puerto. Octubre 1935.
Con la caída de la Dictadura, en las elecciones de 1930 fue elegido de nuevo concejal del Ayuntamiento de Barcelona, cargo al que renunció como protesta frente al régimen monárquico. En 1931 participó en la fundación de ERC (Izquierda Republicana de Cataluña), partido con el que en las elecciones de abril obtuvo acta de concejal del ayuntamiento de Barcelona, posteriormente se hizo cargo de la alcaldía y desde allí proclamó la II República. Se hizo cargo también, de modo transitorio, del gobierno civil de la capital catalana. En 1932, como candidato de Esquerra, fue elegido como diputado y, posteriormente designado ministro de Marina en el gobierno de Manuel Azaña entre junio y septiembre de 1933.
INDEPENDENCIA Y PRESO EN EL PUERTO.
En diciembre del mismo año, habiéndose aprobado ya el Estatuto de Autonomía, fue elegido presidente del parlamento catalán, y a la muerte de Francisco Maciá Llusa, lo sustituyó como líder de ERC, siendo investido presidente de la Generalidad de Cataluña el 1 de enero de 1934.
El 6 de octubre de 1934, después de la formación del gobierno radical-cedista, se sublevó contra el gobierno central y proclamó el 'estado catalán de la república federal española'. El Bando promulgado destacaba que: "En esta hora solemne, en nombre del pueblo y del Parlamento, el Gobierno que presido asume todas las facultades del Poder en Cataluña, proclama el estado catalán de la República Federal española, y al establecer y fortalecer la relación con los dirigentes de la protesta general contra el fascismo, les invita a establecer en Cataluña el gobierno provisional de la República, que hallará en nuestro pueblo catalán el más generoso impulso de fraternidad en el común anhelo de edificar una República Federal libre y magnífica".
| El presidente de la Generalidad de Cataluña, Luis Companys Jover
Intervino el ejército. Companys y su gobierno al completo fueron detenidos y encarcelados en el buque Uruguay, fondeado en el puerto de Barcelona, que fue requisado para ser usado como prisión provisional hasta su traslado a Madrid donde fueron procesados por rebelión militar. Se le condenó a treinta años de reclusión mayor e inhabilitación absoluta, que cumplió en parte en el penal del Puerto de Santa María, siendo elegido durante su estancia en el centro de cumplimiento penitenciario, como diputado del Frente de Izquierdas el 16 febrero de 1936. En El Puerto permaneció hasta el 21 de febrero, fecha en la que recobró la libertad tras la amnistía promulgada tras el triunfo del Frente Popular, y fue restituido de nuevo como presidente de la Generalidad de Cataluña.
| Manifestación catalanista durante la Guerra Civil.
| Miembros de FAI-CNT (Federación Anarquista Ibérica y Confederación Nacional del Trabajo
Ya durante la Guerra Civil, al derrumbarse el frente catalán, Companys, se vio desbordado por el caos que se generó después de la sublevación militar. El golpe de estado del 18 de julio fracasó en Cataluña, pero desató las acciones de grupos incontrolados, especialmente de la FAI. El presidente de la Generalidad intentó controlar a los anarquistas a la vez que facilitaba la huida de miles de catalanes que se encontraban amenazados de muerte por las izquierdas. El historiador Hilari Raguer afirma que Companys logró frenar los crímenes de los incontrolados. Con posterioridad se exilió a Francia, pero fue detenido por los alemanes y entregado al gobierno del dictador Francisco Franco el 29 de agosto de 1940.
| Arriba, el castillo de Montjuic
Apenas mes y medio después, el 14 de octubre de ese mismo año, daba comienzo el Consejo de Guerra sumarísimo donde Companys era acusado de rebelión, quedando el caso visto para sentencia a las pocas horas: pena capital. Por la tarde, Franco, dio el Enterado. La condena se debía cumplir al alba del día siguiente. Procesado por incitación a la rebelión, fue fusilado en el Castillo de Montjuich (Barcelona), de madrugada.
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Mal momento para ver esta entrada en el bloc, en mi opinion.
Me imagino el estupor de los catorce altos cargos de la Generalitat cuando vieron llegar a los guardias civiles y escucharon el famoso ¡Queda usted detenido!, o frase semejante. Y vieron que a continuación eran conducidos a dependencias judiciales.
Por si las moscas, Oriol Junqueras, que en ese momento se encontraba en una radio, evitó acercarse a la consejería de Economía que encabeza, invadida por los agentes, y se dirigió a la sede de la Generalitat para reunirse con Puigdemont y diseñar la reacción inmediata.
Una providencia tan drástica, como es la detención de personas con cargos ejecutivos en el gobierno regional, puede impresionar a algunos, por lo inaudito y extremo de la medida. Y hacerles temer una respuesta desesperada por parte de los radicales independentistas. No creo que vaya a ocurrir.
Me permito traer a la memoria unos episodios semejantes, desarrollados hace pocos años en el País Vasco, cuando aquella tierra seguía viéndose ensangrentada por las pistolas de ETA.
Se procedió al cierre del diario Egin, órgano oficioso de los terroristas. Y no pasó nada. Buen número de herriko tabernas se vieron clausuradas. Y no pasó nada. Y, por si fuera poco, la Mesa Nacional de Herri Batasuna al completo quedó ingresada en prisión. Y no pasó nada.
Antes de que tales cosas acaecieran, en el imaginario político esas acciones se veían como la chispa que provocaría el acabose en el País Vasco, la hecatombe, el holocausto final. Algo que no ocurrió.
El uso (proporcionado, por supuesto) de la fuerza que el Estado tiene, la aplicación de las leyes, son la solución a desafíos como el que plantean los independentistas catalanes.
No se anduvo con chiquitas el Gobierno republicano cuando, el 6 de octubre de 1934, a las ocho y diez de la tarde, Lluis Companys traicionó al Estado y proclamó la República Catalana.
Como es bien conocido, a las siete de la mañana del día siguiente, las tropas entraron en el Palacio de la Generalidad y detuvieron a Companys y su gobierno; a los diputados Josep Tarradellas, Antoni Xirau, Joan Casanellas y Estanislau Ruiz; y al presidente del parlamento, Joan Casanovas. Posteriormente, en el Ayuntamiento, arrestaron al alcalde, Carles Pi i Sunyer, y a los concejales de ERC. Todos ellos fueron trasladados al buque "Uruguay", anclado en el puerto de Barcelona y convertido en prisión.
El presidente y el gobierno de la Generalitat fueron juzgados en el Tribunal de Garantías Constitucionales y condenados por rebelión militar a treinta años de prisión, que pasaron a cumplir en los penales de Cartagena y Puerto de Santa María.