Cualquier medida es poca para tratar de salvar una celebración que no termina de encontrar el sitio que le corresponde en el calendario festivo desde la última gran crisis bodeguera y el cerrojazo que le dio Pacheco a comienzos de los noventa, creando en su lugar las denominadas Fiestas de Otoño.
| El viernes 1 de septiembre, a las 20.00 horas se celebrará el tradicional acto de Pisa de la Uva en el Reducto de la Catedral de Jerez. Es un acto institucional en el que se representa el nacimiento del nuevo mosto ante la fachada principal de la Catedral de la diócesis de Jerez-Asidonia, en recuerdo por los aranceles sobre el vino que posibilitaron la edificación del templo
Partiendo de la base de que buena parte de la ciudadanía de Jerez y del Marco vive de espaldas al sector de la vid no sólo en septiembre, sino durante todo el año, resulta complicado atraer la atención hacia las actividades que celebran el nacimiento del vino, que para muchas personas han quedado anticuadas y forman parte de otros tiempos. En esa necesidad de reinventarse --porque Jerez no debería mirar a otro lado al hablar de algo tan fundamental y singular como el vino-- el gobierno local lanza un mensaje a otros municipios con la intención de abrir la fiesta y, como pasa con los vinos, 'refrescar' la solera vieja para que no acabe mermando y muriendo. Quién sabe cómo acabará esta nueva fórmula. En El Puerto, tan vinculado a Jerez no sólo por el negocio vinícola, hace tiempo también que vienen buscando un hueco a las celebraciones en esa época en la que el verano ofrece sus últimas tardes entre fiestas patronales. No lo han encontrado, pues también allí, como en Sanlúcar, el peso de la vendimia como actividad que generaba mucho empleo, ha caído y se desarrolla cada vez más rápido, como si fuera por arte de magia.
No vendría mal utilizar la vendimia como nexo de unión de estas localidades desde el punto cultural, como ya se hizo la pasada primavera, cuando se dedicó la Feria del Vino Fino de El Puerto de Santa María a Jerez. Una excusa más para acercar públicos en torno a una oferta conjunta, superando prejuicios chovinistas y pueblerinos en una zona de valores culturales comunes con cada vez con mejores comunicaciones. Y no debería ser sólo porque ahora coincidan los colores políticos de estos municipios.
| En la imagen, durante la presentación del cartel de las Fiestas de la Vendimia de Jerez 2017. De izquierda a derecha, el teniente de alcaldesa de Urbanismo, Dinamización Cultural, Patrimonio y Seguridad, Francisco Camas, la teniente de alcalde del Área de Gobierno y Organización y delegada de Cultura y Patrimonio Histórico del Ayuntamiento de El Puerto de Santa María, María Eugenia Lara; miembros de la Comisión de las Fiestas de la Vendimia entre los que se encontraba Juan Luis Bretón y Cesar Saldaña, director del Consejo Regulador del Vino y Brandy de Jerez y presidente de la Ruta del Vino y Brandy.
No, no es fácil. El vino y sus oficios, que deberían unir, a menudo dividen. Los intereses económicos unas veces y los políticos otras no ayudan a esa necesaria comunión que nos haría más fuertes. La vendimia es una excelente excusa para tratar de llegar a acuerdos, incluso aunque estén movidos por el único interés de prolongar el período festivo estival que tanto empleo generan en una zona como la nuestra. Si no somos capaces de trasladar sus valores, aunque sea desde un punto de vista estético, mal nos irá. Vivimos tiempos en los que no nos cansamos de decir que los vinos de Jerez vuelven a estar de moda. Si cuando llega la vendimia, que es su origen, no somos capaces de hacer que generen interés dentro y fuera, apañados estamos. Ojalá que por una vez las Fiestas de la Vendimia lleguen a buen Puerto. | Texto: Rafael Navas Renedo.