José María nace en Galarde-Arlanzón, (Burgos) en noviembre de 1940. Sus padres, Pedro y Francisca, tuvieron cuatro hijos y cuatro hijas. Dos de ellos sacerdotes, José María y Julio; ambos ejercieron en El Puerto de Santa María. Eran una familia trabajadora dedicada a la agricultura y la ganadería, que inculcaron a sus hijos los valores del cristianismo.
1940.
En 1940 fue alcalde de la Ciudad Ramón Barba Ordóñez. La población censada era de 22.264 habitantes, mientras que la del tristemente célebre Penal del Puerto, alcanzaría los niveles de poblamiento más altos de su historia: 5.479 reclusos, cinco veces más que durante la Guerra Civil. Ese año, el ex presidente del PSOE, Ramón Rubial, permanece encarcelado en dicho recinto. La cofradía de la Flagelación, fundada un año antes en San Joaquín, realizará su primera salida procesional.
Rafael Álberti zarpa de Marsella, con María Teresa León, rumbo a Argentina donde intelectuales y artistas los reciben. La Editorial Losada le publica Poesía (1924-1939). Hipólito Sancho publica su libro 'La colonia portuguesa en El Puerto de Santa María en el siglo XVI. Notas y apuntes inéditos'. El profesor y escritor Quintín Pérez, con la salud quebrantada, residió en El Puerto entre en 1940 y el año anterior. Se estrena en Madrid, 'Las cuatro paredes', de Pedro Muñoz Seca, en el Teatro de la Comedia, con el título de "Entre cuatro paredes". Se publica su obra: 'La tonta del rizo'.
Volviendo a nuestro protagonista, José María estudió Teología General de la Vida Religiosa en la Universidad Pontificia de Salamanca, y la especialidad Psicología. Llegó a El Puerto de Santa María a finales de los años 60 del siglo pasado, a la edad de 29 años, viviendo en la comunidad de franciscanos existente en las viviendas de profesores en la Rotonda de la Puntilla y permaneciendo por espacio de 10 años. Fue coadjutor con Ramón González Montaño en la parroquia del Carmen y San Marcos. Y fue profesor de Religión en los institutos Santo Domingo y Pedro Muñoz Seca. En el primero existía un chascarrillo sobre el fraile: “No es lo mismo el padre Juez, que el juez padre”.
En El Puerto Juez Ahedo fue impulsor de Jufra (Juventudes Franciscanas), con Maldonado, Peci, Vargas, Chacón y María Antonia Mulet, entre otros. Aquella Jufra fue embrión para algunos en sus inquietudes políticas asociativas, militando en organizaciones políticas subversivas para el régimen de la época. Estaba situada en la Casa de la Acción Católica, en calle Larga, con acceso por la calle Diego Niño.
Un grupo de integrantes de la JUFRA, de izquierda a derecha: Pepe Ordóñez, Juan Calatayud, Manolo Polanco, Emilio Aldana y Fini Bejarano, en la Plaza de Isaac Peral delante del monumento a Muñoz Seca.
En la noche de Fin de Año de 1970, los hermanos de El Lute, robaron el vespino del Padre Eugenio, aparcado en la casa de la Rotonda de la Puntilla. José María siempre ha relatado la anécdota a sus compañeros, amigos y feligreses cuando la ocasión era propicia o salía a relucir El Lute.
En 1976 anima a su hermano, el sacerdote Julio Juez, para que pida traslado desde la diócesis de Burgos, a la recién creada de Jerez-Asidonia, donde existía un problema ante la escasez de clero regular, siendo el primer destino de éste la Prioral, como coadjutor de Antonio González Montaño. Previamente, Ramón, el hermano de Antonio, había organizado los trámites para que viniese a El Puerto.
José María, el segundo por la izquierda, durante la ordenación sacerdotal de su hermano Julio que se encuentra entre José María Juez y el Obispo Segundo García de Sierra, el día de su ordenación el 8 de junio de 1968, poco antes de venir a El Puerto de Santa María.
Tras su paso por El Puerto, fray José María fue nombrado Maestro de Novicios del Santuario de Regla (Chipiona) y, con posterioridad, en 1981 Rector de dicho templo. Muchos serían los destinos posteriores de nuestro protagonista. En la diócesis de Jaen, en Úbeda y Baeza, atendía a las Clarisas y Bernardas, además de la parroquia.
En Ronda (Mälaga), donde permaneció por espacio de seis años, vivió un episodio que recuerda con nitidez: el infarto al corazón que sufrió viajando en tren desde Madrid con destino a Ronda, hace 10 años, con posterior operación quirúrgica a corazón abierto. Allí atendía como párroco a tres municipios de la Serranía de Ronda, en la conocida como Ruta de los Bandoleros: Júcar, Franjan y Alpandaire, donde Fray Leopoldo.
En la parroquia de San Joaquín, durante la concelebración de la misa de las Bodas de Plata de José María Rivas, párroco de dicho templo. Detrás de José María, que está a la derecha de la mesa de altar, el arcipreste de la Ciudad, Manuel Salido Gutiérrez y el obispo auxiliar de Jerez, Monseñor Juan Antonio del Val Gallo, primo del que fuera director del Colegio Cristobal Colón, Felix Gallo.
Los últimos años los ha vivido en la provincia de Jaen. Párroco de San Amador y Santa Ana, en Martos en 2013 y en 2015 es nombrado confesor ordinario del Monasterio de Ntra. Sra. de la Piedad de las MM Dominicas en Torredonjimeno.
Luego vendría Lebrija, atendiendo la gestión de la iglesia de San Francisco y como Superior y Guardian del Convento de Franciscanos. Allí viven cinco frailes --bueno, uno solo pernocta, pues Ángel Angulo Fernández, miembro de la Comunidad, trabaja como abogado en El Puerto de Santa María, «en un bufete prácticamente a gratuidad», señala Juez quien indica orgulloso que el abogado ha sido nombrado hijo adoptivo de El Puerto por su trabajo con los presos y personas sin recursos económicos--.
José María, en una imagen de 1970, cuando llevaba poco tiempo entre nosotros.
En El Puerto, suele visitar a sus hermanas Sole --que atendía a Julio-- y Blanca que es profesora del Colegio SAFA San Luis, donde imparte matemáticas y miembro del Camino Neocatecumenal. Este verano, a primeros de julio, tendremos ocasión de verlo de nuevo por nuestra Ciudad, mientras prepara su nuevo destino, mas tranquilo --que nunca lo será porque, seguro, se acabará implicando en la vida del pueblo--, en Estepa, cuna de Ramón González Montaño, párroco que fue del Carmen y San Marcos, natural de dicho municipio sevillano y que curiosamente fue el primer destino de José María, en El Puerto.
Será en el Cerro de San Cristóbal, en el Convento de San Francisco, dedicado a casa de espiritualidad, salvo la zona de fraternidad, donde José María pueda “dedicar mis últimos años de vida a preparar el encuentro con Dios. No nos jubilamos prácticamente hasta la muerte», puntualiza.
Lo conocí cuando, "veinteañero", llegó al Puerto junto con Javier, al que a veces me encuentro por Chiclana. Compartí con ellos y con el Padre Eugenio muchas horas en su casa de la Puntilla, mientras preparaba los murales sobre las reformas litúrgicas para la Parroquia del Carmen, que me encargaba Eugenio. Muchas veces comí o cené con ellos. También con Miguel Vallecillo y Ángel Angulo. También recuerdo a otros franciscanos que no se mencionan en la nótula como Justo, Onofre, y algunos más...
José María y Javier creo que fueron alumnos del Padre Eugenio en el Seminario de Martos, dato que no se recoge en la nótula.
Un abrazo, José María, de este ya "viejo" amigo.