José Luis Ariza Villar nació en 1961. Jugador del RC Portuense, había formado parte de los infantiles del CD Zeppelin y de los juveniles del CD La Salle, donde estudió y mas tarde Empresariales en Jerez de la frontera, formando parte de su tuna. Promotor del equipo de Paddel de ‘Las Redes’, en 2008, el pasado año se celebró el I Torneo de Paddel a su memoria en dicho club social de la Coste Oeste. Delegado de una compañía de seguros en Algeciras –iba a diario a la ciudad campogribaltareña-, nos había dejado el 21 de mayo de 2016. Mañana domingo se celebra el memorial ‘Jose Luis Ariza Villar' en el Complejo Deportivo 'Marcos Monje'.
1961
Entre 1960 y 1969 fue alcalde de El Puerto Luis Portillo Ruiz (ver nótula núm. 966 en Gente del Puerto). Aquel año de 1961, en Madrid, el artista Manolo Prieto, pintaba un cartel publicitario para Anís Castellana. Rafael Alberti visitaba a Picasso para felicitarle en su 80 aniversario y se publicaban las versiones italianas de Imagen Primera y El Trebol Florido.
Los Quasimodos, en 1961.
En El Puerto, la comparsa Los Quasimodos, ganaba el Primer Premio --y las 1.000 pesetas-- en el Concurso de Agrupaciones de las Fiestas Típicas Gaditanas, hoy Carnaval. El poeta José Luis Tejada, pronunciaba el pregón de la Semana Santa. La Hermandad del Olivo hacía su primera salida procesional. En el antiguo Penal se celebra un partido de fútbol entre la familia Benjumeda, contra los penados el 7 de enero. El grupo musical Los Starfis, dirigido por los hermanos Diego y Manuel García Mateos, actuaba en la Sala de Fiestas ‘El Oasis’¡, hoy restaurante ‘El Faro de El Puerto’. Los novicios y estudiantes --que ocupaban el edificio del Colegio San Luis Gonzaga-- se llevaron a Córdoba consigo los fondos de la Biblioteca del citado colegio-noviciado, dejando las estanterías que hoy contienen el Archivo Histórico Municipal.
José Luis estaba casado con Arancha Gaztelu Díaz, siendo padre de dos hijos de 22 y 18 años, respectivamente, Pablo y Marga.
Bernardo Gómez, presidente del la Peña Madridista, recuerda que “su puesto en el campo era de centrocampista, interior derecho, su dorsal era el 8, y destacaba por su visión de juego y sobre todo por su remate de cabeza, pues tenía un gran parecido tanto en el aspecto físico como en el salto al maestro de los rematadores, Carlos Santillana, jugador del Real Madrid. Era simpatizante madridista y había asistido en el 2015 al Bernabéu para ver un partido de su equipo
Ariza, con la camiseta del Zeppelin, agachado en el centro de la imagen; entre otros podemos ver a los hermanos Morro, Ojeda, Neva, ...
El Zeppelin, en la temporada 1976/77
En los infantiles y juveniles tuvo de compañeros a Faelo, Murillo, Maño, Javier Alba, Méndez, Paradela, Velazquez, Bernardo, Alejandro, Julián, Hidalgo, Rebollo y tantos otros. Se da la circunstancia de que su padre también conocido en el futbol como Ariza, jugó también el CD Zeppelin, equipo que compartió con el Lupo, Rafalin, Poniqui, etc”.
Componentes del equipo Zeppelín: Poniqui, (Manolín), López (G. Romero), Gandu, Salmerón I (J. Cárave), Lupo II, Barri, Rafaelín, Ginés, Nene y Chele, en 1965
Mañana domingo 23 se celebra el memorial ‘Jose Luis Ariza Villar' , con un partido de fútbol entre los veteranos del CD La Salle - CD Zeppelin y los veteranos de una selección Portuense a las 10 de la mañana en el complejo deportivo ‘Marcos Monge’ , celebrándose luego una convivencia en la Peña Madridista.
El colaborador de Gente del Puerto Pepe Mendoza retrata, con su certera pluma, su primeras impresiones de José Luis, haciendo un relato de la época: hace casi 45 años.
Ariza, el interior alegre
En el otoño de 1973, mi familia se mudó a Crevillet. Crevillet era entonces un paraíso casi virgen, con unas cuantas barriadas enclavadas entre arboledas perdidas bañadas por las olas cálidas y domésticas de La Puntilla. De la plaza de toros para adelante, todo era Crevillet. Nosotros recalamos en la barriada Francisco Dueñas, que pronto fue rebautizada por los oriundos del lugar como los pisos del Sindicato y por la policía como el Distrito 21.
Yo tenía nueve años y el Brasil del 70 me cautivó de tal manera que tuve clarísimo a una edad tan precoz lo que quería ser de mayor: feliz y futbolista, por ese orden. No un tuercebotas cualquiera, sino un pelotero de categoría. Pelé mismo. Y si no podía ser, porque pedirse Pelé era mucho pedir, por lo menos Tostao, que además del nombre también tenia la cara como el pan del desayuno. O Rivelino, que metía golazos de falta justo por el hueco que había dejado tras agacharse un compañero incrustado en la barrera contraria.
José Luis, posando con la camiseta de cuadros verdiblancos del CD Zeppelin, recogiendo la copa de campeones.
Así que entendí aquella mudanza como un regalo del destino que me llevaría irremisiblemente a convertirme en un futuro no muy lejano en un fijo de la selección de Kubala. En la calle San Sebastián, nuestro domicilio anterior, era imposible romper en futbolista con una pelota gigante de Nivea en una diminuta casapuerta de tres por tres. Pero en Crevillet, donde había un campo de fútbol en cada esquina y partidos a todas horas, mi ascensión al olimpo de los dioses del balón estaba cantada. Lo que allí disputábamos no eran exactamente partidos, sino desafíos, palabra que tenía un componente épico añadido del que carecían los enfrentamientos en el recreo del colegio. Que los de Fermesa me han pedido un desafío. Que los de la barriada La Playa dicen que estamos cagaos y que por eso no queremos desafíos con ellos. Que los de Los Marineros dicen que hay que repetir el desafío del sábado porque el gol que nos dio la victoria fue alta. Y que les devolvamos las Caseras, que si no nos vamos a enterar.
Justo enfrente de mi calle, en la barriada San Francisco Javier, vivía un chaval algo mayor que yo, del que me hice pronto amigo, que manejaba las dos piernas con exquisita solvencia y remataba de cabeza como si fuera Santillana. Además, mientras todos los del equipo salíamos a jugar con los dientes apretados y con la cara de los indios en las películas del Oeste, él saltaba al campo siempre riéndose, como el que va a contar chistes en un bautizo en lugar de jugarse la vida contra los enemigos acérrimos de la barriada de enfrente.
Equipo de Paddel de Las Redes. Campeones 2009, con José Luis en el centro de la imagen. El equipo estaba formado, entre otros, por Carmelo Navarro, Diego Pérez, Miguel Ángel Vega, Carlos Ramírez, Javier Sánchez, Josemi Gilabert, Antonio Jurado, Enrique Luque, Gonzalo Fernández de Córdova y Javier Fernández. Para este campeonato se incorporaron Paco García Trigo, Rafa Navas, Paco Gómez, Falele Cózar y Felipe de Cozar, que se sumaron a los integrantes de 2008, cuando a iniciativa de José Luis y Javier Fernández se formaba dicho equipo.
Era tan bueno, que pronto vinieron a por él y empezó a jugar en un equipo federado, que era como alcanzar la internacionalidad en el barrio. Fue el interior derecho, el interior alegre, del Zeppelín y de La Salle, un 8 con llegada y disparo, cuando los números en el dorsal todavía decían algo. Jugar en un campo de verdad, con dos porterías de verdad en vez de dos piedras, y con la cal delimitando el campo en lugar de tener que marcar las líneas arrastrando las Tórtolas por la arena, no estaba entonces al alcance de cualquiera. Yo ya me lo imaginaba saliendo de un sobre de estampas vestido de blanco, pues era madridista confeso, y pegándolo con engrudo en el álbum de la Liga. Amancio, Ariza, Santillana, Velázquez y Roberto Martínez.
José Luis Ariza Villar, nuestro amigo Ariza, jugó siempre como jugaba con nosotros en el barrio, defendiendo la alegría, disfrutando cada minuto dentro y fuera del campo. Se juega como se vive. Pasaron los años y cada vez que nos veíamos uno siempre salía mejorado del encuentro. Si cierro los ojos, puedo verlo en un cromo de la época, mediados de los 70, en un álbum en el que ya hay demasiadas ausencias, posando, atlético y feliz, con la camiseta a cuadros verdiblancos del Zeppelín, en el centro del campo del colegio La Salle. Y riendo, siempre riendo. /Texto: Pepe Mendoza
Articulo muy interesante en memoria de una gran persona que derrochaba optimismo. Descansa en paz Jose Luis.
No tenia ni idea de su fallecimiento, extraordinaria persona y vivimos muy cercanos unos años inolvidables, descansa en Paz José Luis y desde estas letras mis sentimientos a su familia.
Hola ese es mi primo digo es pues para mi no se ha ido este junto a mi mi pena fue que no pude despedirme junto a mi familia ya que por motivo de trabajo me encuentro en Cabo verde pero 15 días antes estuve con el en el hospital en Sevilla y estuvimos riéndonos un buen rato que eso es lo que tengo de el siempre sonrisa y buenos momentos con el jamas lo olvidare un beso muy fuerte para ti donde este JOSE LUIS