Posiblemente en aquellos años de mi infancia quien mejor transmitía su alegría de que nuevamente El Puerto de Santa María olía a Semana Santa, era mi amigo Vicente Sánchez Arena. Aprovechaba cualquier corrillo para escenificar una interpretación de la música de acompañamiento a las procesiones, con aire marcial, tocando la imaginaria corneta, al estilo del recordado Manuel Arce Beuzón.
Era todo un espectáculo, no necesitaba ningún aliciente para salir airoso de su representación, tan solo la acogida calurosa de sus amigos. En alguna ocasión la función se interrumpía momentáneamente por la inesperada presencia de un familiar que le pedía que fuera para casa.
Pero Vicente ya estaba tan metido en su papel que era imposible hacerle cambiar de actitud. Mi querido Vicente Sánchez Arena, “El policía” de la calle San Juan, hace ya casi 12 años que nos dejó, pero seguro que ahora estará tocando la corneta celestial. /Texto: ACL