Ayer se enterró Miguel Molina Peña --el marido de Uchi Muñoz Gil, la presidenta de la FLAVE-- y el hermano mayor que no tuve. El que cuidó de mi desde muy niño. El que se quedaba conmigo cuando mi abuela y mi madre se iban a currar. El que siempre me escogía para su equipo en las pachangas de la Fábrica de Harina, por muy malo que yo fuese jugando al fútbol. El que me guardaba los huesos de amascos. Es que se quedaba por mí cuando me tocaba recibir ‘los picantes’ en el salto múa. El que me llevaba siempre el primer plato de pescao frito que sacaba su madre. /En la fotografía Miguel Molina que, desgraciadamente se ha sumado a la terna de los Reyes Magos de 2011, José Serrano y Benito López-Cepero, tristemente desaparecidos:
El que me cogía de la mano cuando había que correr porque venía el guardia de la porra y estábamos haciendo alguna puñetería. El que me ponía detrás de él cuando jugábamos a las guerrillas para que no recibiera ningún chinazo; aún recuerdo en una de las guerrillas con los de la calle Melero y Zarza: me dieron un cantazo con una piedra picuda de las blancas de la vía del tren, me cargó a borricate calle Postigo abajo hasta llegar al Hospital; cuando llegó ya ya tenía los ocho puntos puestos y el Migue diciéndole a mi madre: “--No es ná, Carmeluchi, no es ná”.
El matrimonio formado por Uchi Muñoz y Miguel Molina.
El que, cuando nos poníamos a partir piñas tostadas en el patio, siempre partía adrede algunos piñones para dármelos a mí. El único con el que mi madre me dejaba ir al Lejío de San Juan. En fin, podría llenar un libro hablando de mi hermano mayor, ese que no tuve. Descansa en paz, Miguel. /Texto: Daniel Gálvez Marín.
Mi mas sentido pesame a Uchi y todos sus familiares, un beso
Lo siento uchi no me he enterado de nada mi pésame a la familia