El portuense José Delgado Palou es el autor, entre otros trabajos de diversa temática y estilos, de un lienzo de grandes dimensiones: “Aparición de la Patrona a Alfonso X” encargado expresamente para decorar el ayuntamiento, cuadro que sería colocado en la meseta de la escalera imperial de dicho edificio, días después de su inauguración, figurando estos últimos años presidiendo el frontal del Auditorio Municipal San Miguel Arcángel. /Delgado Palou en la revista “Eco Artístico” del 15 de noviembre de 1910, publicada en Madrid.
El cuadro de la aparición de la Virgen de los Milagros a Alfonso X, obra de Delgado Palou. 4,10 m. por 6,20 m., ocupando una superficie de 25,42 metros cuadrados
El cuadro, según publicaba el Diario de Cádiz del 21 de marzo de 1993 con la firma de Tili Santiago, fue pintado en solo dos meses, un tiempo récord si se tienen en cuenta sus dimensiones, nada menos que 24 metros cuadrados (Según mis datos, el cuadro, pintado al temple con refuerzo de óleo, sobre tela con bastidor, tiene unas dimensiones de 4,10 m. por 6,20 m., ocupando exactamente una superficie de 25,42 metros cuadrados). El autor puso manos a la obra después de que, en el mes de julio de ese año, el ayuntamiento aceptara su ofrecimiento, dándole 450 pesetas por su trabajo, y otras 425 pesetas para materiales, según reza en las actas municipales de la época que se conservan en el archivo local.
Sorprende negativamente la ausencia de datos en torno a este artista, notable pintor escenógrafo, excluida la ´época en que realizó el cuadro de la leyenda de la milagrosa aparición de Santa María al rey Alfonso X el Sabio en una almena del castillo hoy de San Marcos, alentándolo en la conquista del puerto y alquería musulmana denominada “Alcanate” e invitándolo a repoblar dicho lugar al que llamaría con su nombre: Santa María del Puerto.
Ha sido todo un desafío, poder hacer una pequeña e incompleta semblanza biográfica de la trayectoria profesional de este paisano que tan siquiera figura citado en el Diccionario Enciclopédico de la Provincia de Cádiz, buscando en diversas hemerotecas y en los padrones de la localidad. Era hijo único del matrimonio formado por José Delgado Delgado y Dolores Palou Bembenuti, quien lo trajo al mundo en 1861, al límite de su edad fértil, pues tenía 37 años en esa fecha, en la casa de San Juan 32, donde vivía la familia. Nació el 10 de enero del año indicado, bautizándose en la iglesia Mayor Prioral cinco días después, apadrinado por D. José María Pazos, como se indica en el acta bautismal, que hemos localizado para no dejar dudas sobre su lugar de nacimiento, que algunas citas refieren como Sevilla. (Es posible que la época de mayor auge artístico, Delgado Palou comentase que había nacido en Sevilla, suponemos que para dar mayor énfasis a su oficio)
Dos muestras de los telones pintados por centenares por Delgado Palou para obras teatrales en la capital en la primera década del siglo XX
Siguiendo la información que los padrones nos proporciona, décadas después, en 1880, continuaba censado junto con sus padres en la casa número 32 de calle San Juan, indicándose su condición de estudiante, aunque desconocemos las materias, el lugar y el grado de esos estudios que con 20 años de edad estaría a punto de finalizar, pues en el siguiente padrón consultado, el del año 1883, figuran además de los padres él mismo, ya casado, siendo su esposa, una joven de 21 años llamada Carmen Fernández Maza quien, según se indica, es también natural de El Puerto de Santa María.
A partir de aquí, solo podemos suponer cuales fueron las circunstancias que vivió en los años que transcurrieron hasta la década siguiente, la última de ese siglo XIX, fecha en la que lo hemos localizado en la capital de la nación, ejerciendo el oficio de pintor, realizando retratos y otros encargos al tiempo que daba clases en un modesto estudio. Nos referimos a la actividad docente desarrollada en su estudio de pintor para complementar los ingresos obtenidos de sus trabajos y encargos en una fase en la que aún estaba en formación. Desde bien joven ejercía una especie de pupilaje, preferen-temente con discípulas del sexo femenino (una alumna suya, Ubaldina Rubín de Celis, presentó un trabajo, una marina, en la Exposición Nacional de Bellas Artes de 1895) aunque cesó en esta actividad en su segundo estudio/academia que montó en El Puerto al finalizar el siglo XIX, coincidiendo con la creación de la actual academia de Bellas Artes, auspiciada bajo la protección y el amparo de las autoridades municipales.
En 1892 exponía Delgado Palou en el escaparate de un céntrico establecimiento de la capital de la nación un retrato del tenor Angelo Angioletti, y ese mismo año, en una entrevista periodística realizada en su estudio madrileño, en la que se le califica como pintor de Historia, se comenta la obra que tenía en preparación para presentar en la Exposición Nacional de Bellas Artes de ese año, un cuadro titulado: “Reparto de Botín”
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Destaca ya en estos años en la producción de obras de gran tamaño, realizadas en un corto espacio de tiempo, como por ejemplo las dos pinturas murales ejecutadas en 1893 en sendos transparentes situados entre dos grandes farolas en la explanada frente al palacio de La Granja de San Ildefonso, en Segovia, en una popular fiesta veraniega que se celebraba en sus jardines. En uno de estos murales se representaba al acueducto y en el otro la colegiata del Real Sitio. Virtudes estas, su desenvoltura para realizar trabajos sobre grandes superficies y rapidez en su ejecución, que le convertirían, años después, en un afamado y prolífico pintor escénico.
En la temporada de 1896, estando de gira por tierras andaluzas con la compañía de comedias, para la que trabajaba como pintor escénico y habiendo fallecido ya su madre, que vivía con él en Madrid, es probable que aprovechase la ocasión para reincorporarse a su familia y pasar una temporada en su ciudad natal, donde expuso en el escaparate de un céntrico comercio local una pintura al óleo, “un bello y melancólico paisaje” decidiendo quedarse y establecerse de nuevo en El Puerto de Santa María.
Estos dos óleos corresponden a la época juvenil del pintor. Son retratos de sus vecinos Norberto Gutiérrez y Magdalena Rodríguez de Madrazo que vivían en la casa contigua, el número 34 de calle San Juan y son los bisabuelos de Luis Suárez Ávila, cuya familia conserva estas pinturas. Éste último nos comentó que Delgado Palou era conocido como el "Niño Bonito" y, posiblemente, sus bisabuelos fueron mecenas artísticos de dicho personaje en sus comienzos como aficionado a la pintura.
En esta su ciudad natal, abrió un estudio y academia, inaugurada en marzo de 1897. Aparte el encargo del cuadro para el nuevo edificio municipal, del que dimos amplia referencia anteriormente y de una exposición que ese mismo verano realizó conjuntamente con otro pintor y escultor local llamado Ángel Rodríguez Magaña, en la que expuso pinturas y tapices, las pocas referencias que hemos podido obtener sobre trabajos realizados en estos años que estuvo de nuevo en El Puerto, aunque debieron existir otros que desconocemos, fueron tan solo: un retrato para una orden religiosa de Cádiz de su fundadora, pintar varios telones de fondo para el estudio fotográfico de José Cepeda y pintar el telón de boca de un teatrito que hubo en la calle San Juan por esa época, llamado “Salón Variedades” con un grupo de figuras que representaban diversos “tipos” del Teatro. También hemos conocido que presentó un boceto para el cartel de los festejos veraniegos de 1898, ignorando si fue elegido.
No debieron cumplirse sus expectativas y volvió a emigrar a la capital del país al iniciarse el siglo XX y comenzar de nuevo a hacerse un hueco en el mundo teatral, aprovechando las circunstancias del fallecimiento en 1902 de su suegro, el anciano Fernández Rendón, y en consecuencia, la mejora de su economía, pues aunque ignoramos si el suegro era propietario de la casa donde vivía y la cuantía del capital que pudo dejar a su hija y nietos, parte del cual procedía del reparto de bienes de su hermano Francisco, rico hacendado que falleció soltero y tío carnal de su esposa, liquidación que no se había celebrado hasta cinco años después de fallecido, en 1899, posiblemente por las diferencias existentes entre los beneficiados de la testamentaría, desavenencias por otra parte harto frecuente y habituales en casos como éste. Cuando toda la familia Delgado Fernández se traslada en estos primeros años del siglo XX a Madrid, ya de forma definitiva, sin retorno, está compuesta la misma por el matrimonio y los hijos: José Luis, que tiene 17 años, María, de 15 y Rodolfo, de 11.
Finalizamos ésta incompleta semblanza biográfica de José Delgado Palou con una referencia a sus mejores años profesionales, alcanzada la madurez, como pintor decorador de numerosas revistas, zarzuelas y piezas teatrales, época que hemos acotado en el lustro que comprende los años 1906 a 1911. Intervino en la decoración de decenas de obras teatrales, especialmente las denominadas “Revistas” que exigían una decoración más llamativa y lujosa. Citaremos algunas de ellas, de las que hemos noticias gracias a la prensa de la época o revistas especializadas como “Madrid Cómico”. Cuando se estrenó en el teatro Novedades, por ejemplo, “Las Maravillas del Progreso” comentaron: “… la primera decoración, de las seis que han sido pintadas para esta obra, representa una inmensa ciudad a vista de pájaro… la labor del pintor, Sr. Delgado Palou fue premiada y el artista ovacionado en la presentación de esta y de las demás decoraciones.” Algo similar ocurrió en los estrenos de “La Loca Fortuna”, “Álbum Galante”, “El Derecho de Asilo” o “Reservado de Señoras” y en todas las críticas de estos estrenos se alaba al “notable y aplaudido escenógrafo” autor de sus decorados, “muy celebrados por el auditorio, que requirió la presencia del autor de ellos en el palco escénico”.
La revista “Eco Artístico” del 15 de noviembre de 1910 publica una breve biografía suya, y la única foto que hemos podido localizar, de la que entresacamos el siguiente párrafo: "Aquí, en Madrid, desde hace algunos años, el nombre de José Delgado Palou es una de las firmas más apreciadas por el público inteligente, que reconoce en él una de nuestros más genuinos re-presentantes del arte escenográfico”, perdiendo su pista como artista en 1911, fecha después de la cual no figuran referencias suyas en las hemerotecas consultadas, desconociendo si abandonó la actividad artística por cansancio o enfermedad. En esa fecha tenía 50 años. /Texto: Antonio Gutiérrez Ruiz. A.C. Puertoguía.
El texto anterior es un extracto de la biografía del pintor portuense Delgado Palou contenida en uno de estos tres volúmenes de MANSIONES Y LINAJES DE EL PUERTO DE SANTA MARÍA, de los que es autor nuestro colaborar Antonio Gutiérrez Ruiz, hace tiempo agotados, que han sido reimpresos y nuevamente editados por A.C. PUERTOGUÍA para estas navidades y se encuentran disponibles en media docena de librerías y papelerías de la ciudad.