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3.016. Carmelo Ciria Pino. Obituario, Elegía y Memoria.

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El pasado domingo fallecía en El Puerto de Santa María Carmelo Ciria Pino, (ver nótula núm. 2.571 en GdP) militante que fue del Partido Comunista --tras una breve incursión en el Partido Socialista Andaluz-- y hombre de confianza del poeta universal Rafael Alberti. en la Ciudad. Persona inquieta en múltiples facetas desde muy joven, músico, impresor, fotógrafo, un tiempo Gerente de la Fundación Municipal de Cultura, que supo como nadie plantar cara a la enfermedad hasta el final sobrevenido el pasado domingo.

El escritor y maestro Juan Rincón hizo su obituario en el funeral civil celebrado en el Tanatorio el pasado lunes; el poeta Jesús María Serrano le recuerda en una elegía y el joven investigador Mario Fleming reconoce su trayectoria como co fundador con Paco Artola (ver nótula núm. 961 en GdP) del Foro de la Memoria Histórica.

Obituario
Lourdes, María, Javier, Miguelón, Lurditas, Carmela, nietas y nietos, demás familia, amigas y amigos, compañeras y compañeros, camaradas: Nos hemos reunido aquí para honrar a un compañero, a un padre, a un abuelo, a un amigo,  a un camarada que nos dejó ayer después de pelear a nuestro lado  toda la vida, a Carmelo Ciria Pino.  Y lo despedimos con una reunión, con una asamblea, como a él le gustaría saberse recordado.

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Reunión de músicos, año 1.964, de izd. a dcha., Caco (Bateria), Carmelo Ciria (Cantante de "Los Simbroni", Pete (Bajista de "Los Radar's"), Koky (Guitarra de "Los radar's) y Lele Cárave (Guitarra de "Los Simbroni"), en el Bar Central de El Puerto de Santa María

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Los Simbroni, Plaza de Toros de Jerez 1965 con la bateria de Los Royers y Carmelo Ciria de vocalista.

Yo conocí a Carmelo en el año 1979 y las primeras palabras que cruzamos fueron para discutir, cómo no,  airada, apasionadamente. Casi llegamos a las bofetadas ante el piquete de la “secreta” que controlaba mis movimientos.  En aquellos años acercarse a hablar conmigo conociendo mi currículo político recién estrenado  no podía traer nada bueno y Carmelo, que lo sabía,  cruzó insensato aquella  barrera de miedos.  Apenas un día después,  y a instancia suya,  ya nos tomábamos las primeras cervezas y ya me había abierto  las puertas de su corazón, de su casa y de aquella mítica librería de Lourdes en  la calle Santo Domingo. Desde entonces y van para cuarenta años ha compartido  conmigo su círculo de amistades,  su vida, su  familia y sus a veces disparatados itinerarios laborales.

Desde entonces he sido Juanito para su inmensa prole y nunca un diminutivo,  en los labios de alguna de sus  nietas o hijas,  me ha sido más placentero, confortable y definitorio. De su historia, de sus historias, supe que fue gimnasta, vocalista, tipógrafo, vendedor  de humos --cuando hizo falta-- de ollas y de tinta, entre otras cosas, generoso hasta la ruina  propia y de los suyos, que supo llorar y reír y contagiar risas y lágrimas.

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Carmelo fue un hombre profundamente apasionado, de brillantes luces y humanas sombras. No recuerdo de Carmelo grandes análisis políticos, ni intentos de lecciones de estrategia o moral revolucionaria.  Lo recuerdo en la faena de organizar proyectos, de poner en marcha las cosas necesarias, clandestinas o públicas.

Cuando llegó el momento, peleó contra la enfermedad con una fuerza y unas ganas de vivir que nos han asombrado.  Y, cuando otras y otros ya se habrían retirado, peleó contra el olvido haciendo de la Memoria con mayúsculas, la Memoria de las personas asesinadas que aun habitan fosas y cuentas por ser honradas y leales a República,  hizo que la Memoria no cayera.  Y hasta un día antes de su muerte trabajó por esa causa grabando su testimonio para la televisión.  Dice Jesús Serrano, su amigo querido,  citando a Michel Rostain: “Lo que se recuerda nunca muere, siempre vive¨. ¡Gracias por tu vida, Carmelo!

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Con Rafael Alberti. /Foto: Pilar Peruyera. Colección Mario Fleming.

Yo, que  soy un rojo descreído y ya solo aparezco por lugares “sagrados” como este  para despedir a amigas y amigos,  quiero creer que la buena gente roja  como tú, cuando muere, no va a ninguna gloria, ningún cielo pero, en su defecto, ingresa en una especie de ATENEO de la Memoria y que allí te vas a encontrar a los poetas que me ayudaste a descubrir --a Rafael Alberti y Marcos Ana-- a los camaradas Paco Artola y Lola, a Pepe Jiménez, el Manlu, el Pirripia, a mi querida Sole Ibáñez… Saluda a Luis y a Sole y a Vicente Caamaño a quienes no hace mucho tuvimos el honor y el dolor de despedir desde habitaciones contiguas.  Diles que no olvidamos su lucha y, mal que bien, seguimos resistiendo.

Solo quiero dar desde aquí un encargo a su familia.  Cuidad a Lourdes.  Cuidarla tanto y tan bien como habéis cuidad a mi amigo Carmelo porque si os descuidáis un solo momento en su mimo, iré a correros a gorrazos en cuanto me entere y pediré refuerzos, si hace falta,  al ATENEO laico celestial. Carmelo, amigo, compañero, camarada, tus bandera no caerán al suelo.  ¡Que la tierra te sea amable y leve!  ¡Salud, memoria y república! /Texto: Juan Rincón Ares

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En la fotografía, empezando por la izquierda podemos ver a Carmelo Ciria, Juan Güelfo, José Serrano -, Teodoro Ignacio Gallego Bezares, Presidente del Partido Comunista de los Pueblos de España (PCPE), Miguel Marroquín Travieso, Jesús Espinar Galá y Joaquín González; debajo Antonio Gatica, Pepito Alberti con su hijo y Selu Sánchez Alonso, quien con el tiempo sería concejal de Fiestas y de Vías y Obras en los primeros gobiernos del PCE. /Foto: Archivo PCE

Elegía a Carmelo Ciria.
Te recuerdo engrasando la máquina offset en la calle Santo Domingo con tu bata azul y la enorme cizalla de cortar papel me imponía. Imprimías por entonces ‘Ritmos Bravíos’ de nuestro común amigo Ignacio Rosso. Frente a la misma vivía Josemi que se acercaba a la puerta de la imprenta sonriendo y recostado en la jamba de la puerta, fumando mientras nos acunaba el vaivén del volante, las tintas, el olor del papel y el ruido de las motos.

Habíamos conseguido que José Luis Tejada, nuestro querido José Luis lo prologase y nos bebíamos los volcanes y desayunábamos las guerras que perdimos, las mismas que seguimos perdiendo.

Te has ido, qué triste es la noche cuando no se navega por las azoteas o el levante se agacha como un gatito. Te has ido y te has llevado compañero al joven cabizbajo que mirará ya siempre el brasero y la perdiz en su jaula. Te has ido y hoy harán huelga los caracoles, negándose a bajar por las cascadas de las ilustraciones de los libros. Te has ido compañero pero no te apartarán jamás de mi corazón, no te preocupes porque yo tomaré tu micrófono para cantarte hoy Pregueró, Il cuore e uno zíngaro y Arrivederci Roma. /Texto: Jesús María Serrrano Romero

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Carmelo Ciria y Paco Artola, fundadores del Foro de la Memoria Histórica.

Foro por la Memoria Histórica de El Puerto.
Carmelo:  Hace una década pusiste a andar la idea del Foro por la Memoria Histórica de El Puerto junto con el compañero Paco Artola construisteis las bases, y poco a poco se fueron añadiendo pisos a esa base que juntos forjásteis.

Paco se fue hace algunos años y hoy te fuiste tú, dejándonos este Foro que tanto quisiste como herencia, la mejor posible, la tristeza y el sentimiento de pérdida han irrumpido en nuestros corazones. Nos invade también el orgullo, el orgullo de haber podido compartir contigo momentos irrepetibles e históricos para la Memoria de esta Ciudad, y de haberte tenido en primera línea siempre que has podido.

Te has ido, pero solo físicamente, tu memoria y nunca mejor dicho, seguirá viva, tu recuerdo más latente que nunca y esta organización que fundaste también, porque tenemos más ganas que nunca de estar al pie del cañón, tal y como tú lo hubieses querido y sabemos de sobra que estarás con nosotros. No vamos a despedirnos de una manera triste, lo vamos a hacer como te hubiese gustado a ti, con el puño en alto, ese por el que tanto luchaste y defendiste al grito de: Salud y República. /Texto: Mario Fleming Cumbreras.

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