La Justicia tarda, pero, a veces, es ejemplar. Lo digo por la sentencia del Tribunal Supremo en el caso del derribo de la parte trasera de la Casa de las Cadenas. Y esto no es más que un paso. El segundo será de orden penal, que ya queda bastante consolidado con esta sentencia. En El Puerto se ha estado jugando con fuego durante muchos decenios. Desde los años 60 del siglo pasado los derribos de edificios singulares han sido la tónica. De nada ha servido la declaración de Conjunto Histórico Artístico del casco antiguo.