Gerardo Alonso Muñoz, natural de Segovia y residente en El Puerto de Santa María, en el número 21 de la Avenida de Cádiz en Valdelagrana, desde hace muchos años. Maestro, licenciado en Filosofía y Letras, doctor en Pedagogía y profesor de Lengua y Literatura Española en su última etapa laboral en el Instituto Pedro Muñoz Seca hasta su jubilación, nos dejaba en la madrugada del pasado 15 de julio. Fue inspector de Educación y teniente de Artillería en el Marruecos Español antes de su independencia.
Gerardo tiene una vida realmente apasionante desde que nace en Segovia. Su infancia fue difícil y tuvo una ajetreada juventud. Sus padres le internaron en un colegio de monjes agustinos en Valladolid. Casi estuvo a punto de ingresar en la orden cuando decidió salirse. Según dice porque le gustaban mucho las mujeres, entre otras razones. Seguro que por muchas mas.
¿Que hace entonces Gerardo? Pues a la edad de diecisiete años ingresa en el ejército y va ascendiendo hasta llegar enseguida al grado de Teniente de Artillería. Y pide destino a Marruecos. Ya en Tetuán ejerce la carrera militar, pero siente que no es lo suyo, abandona el ejército y decide estudiar magisterio. En un año hace la carrera, nunca mejor dicho, aprueba las 30 y pico de asignaturas.Tenía todo el bagaje de la carrera eclesiástica. Con ese título es contratado por el gobierno marroquí del sultán Mohamed V y el destino será Uad Lau, un pequeño pueblo perteneciente a la región de Tetuán.
Contaba multitud de anécdotas de su andadura por la la Kabila de Beni Said. Luego será destinado a Jerez de la Frontera donde ejercerá el magisterio por poco tiempo. Mas tarde se licencia en Filosofia y Letras y se doctora en Pedagogía, oposita a Cátedra de Instituto y se dedica a escribir al mismo tiempo que ejerce la docencia para, mas adelante, opositar a Inspector de Enseñanza Media y ejerce de Inspector de Zona durante poco tiempo, pues prefiere la enseñanza al papeleo, siendo su última etapa como profesor de Lengua y Literatura en el IES Muñoz Seca de El Puerto de Santa María hasta su jubilación.
Siendo meteórica la carrera de Gerardo y su trayectoria profesional, podemos destacar con énfasis su sensibilidad poética, su afición por la naturaleza y los animales, y en especial su amor hacia los perros. Gerardo vivía en una casa en Valelagrana, junto a su esposa Nieves y sus dos perras, Luna y Mar. He aqui una poesía dedicada a su perra Sola, también desaparecida:
Yo he visto un alma
descansaba a la sombra de un quejigo.
Hablaba con mi perra.
Oí que le decía:
"Hace tiempo que te sigo
Y te he visto danzar en el corazón del hombre.
Enséñame a danzar en el corazón del hombre."
¿Donde están tus pies y tus manos?
--le preguntó mi perra,
Yo no tengo pies y manos
--le contestó el alma-- ,
Soy espíritu.
Mi perra la miró fijamente
y se fue
Vino hacia mi y me cubrió con su aliento
Y sentí que danzaba en mi corazón
y nació un alma.Y me sigue todo el día
Por las noches,
duerme en el costado azul de mi perra Sola.
Algunas de la obras de Gerardo son, Cárcava. 1980. Copisur. Jerez de la Frontera. Carcoma. 1982. Copisur. Saudade. 1984. Impresur. Chiclana de la Frontera. El valor didáctico de la poesía. 1982 Copisur. Saudade. 1984. Galmuz. (El titulo del libro es el acrónimo de Gerardo Alonso Muñoz, compendio de su polifacética vida). 1996. Editorial Opera Prima. Madrid. A veces me duele ser hombre.1998. Ediciones Altazor. Lima (Perú). Alezeia. 1999.Francesco Policastro. /Texto: José Manuel Iglesias García.
Necesito ponerme en contacto con familiares, amigos, conocidos, etc de Gerardo Alonso. Este es mi correo: alienkitten@gmail.com. gracias
Un gran profesor, filósofo de corazón, gozaba de una sensibilidad especial y sabía llegar a los más jóvenes. Parece ser, por lo que veo en un comentario, que falleció, ¡qué lástima! Es de esas personas que dejan una impronta en su viaje por este mundo y siempre lo recordaremos.
Yo fui alumno suyo y debo decir que es de las mejores personas que me han dado clases en mi vida y del que ahora entiendo ese amor incondicional que tenía por los animales en general y principalmente por los perros. Un abrazo muy grande estés donde estés, querido profesor y tutor.
Toda su poesía es un ejemplo máximo de Magisterio ante la vida. El pueblo que le vio nacer, el mismo que el de mi madre, Campo de Cuéllar, en donde también quedaron mis mejores sueños y anhelos de mi infancia.
Una vez escribió Gerardo: "Te recuerdo Hombre, que la vida no tiene otro fin que la propia vida. Y mientras tanto, mientras llega tu eterna nada sé inocente. No asustes a los pájaros".
Y así, pensando constantemente en estos versos, trato de vivir mi vida.
Adiós Adelio. Pocas muy pocas personas sabían que mi tío, mi profesor, se llamaba Gerardo Adelio. En Campo de Cuéllar, bien lo saben. Tarde muy tarde, llega este epitafio, a la persona que me enseñó a ser humilde y tolerante. Hasta pronto amado tio
Que alegría en contra esto pues era mi tío hermano de mi padre y padrino y ahora estaran juntos sus padres y su hermano
Muy contento al descubrir esta publicación del tío de mi madre
Fue una gran persona. D E P