Ocurrido en las primeras horas de la mañana del 18 de julio de 1936, cuando la sublevación militar aún no se había producido, el cruel asesinato del guardia municipal de Sevilla, natural de El Puerto de Santa María, Agustín Carmet González quedó ignorado, en el más injusto olvido. Su historia, inédita por tanto, la rescató recientemente el historiador José Díaz Arriaza, autor de obras como Un rojo amanecer o Las fosas del cementerio de San Fernando de Sevilla, con la ayuda de la nieta de Carmet, quien le cedió la imagen que ilustra esta nótula.