Hay dos formas de entender el mundo. Una, como un lugar peligroso en el que lo mejor que podemos hacer es acumular posesiones y prestigio, y desconfiar de todos y de todo, pues el mal acecha en cada esquina y es mejor camuflarse y no arriesgar que decir quién eres y de qué lado estás. Otra, como el barrio de uno, como el patio de vecinos de uno en el que nadie es más que nadie, el puchero compartido tiene el sabor antiguo de la fraternidad y pasar necesidad a solas es un delito de lesa vecindad.
...continúa leyendo "2.856. Pepe Serrato Barragan. A la memoria del Hijo Adoptivo de El Puerto."