José Luis Rojas Espino era hijo de Rafael Rojas Arévalo, “Rojitas”, el barbero de la calle Luna, cerca de las Cuatro Esquinas, entre larga y luna, donde vivió su infancia y juventud y le gustaba jugar al futbol. No cambió mucho de niño a adulto, era un chaval simpático y bonachón, que siempre mantuvo la amistad con sus amigos de la infancia, especialmente con los de las Escuelas Profesionales de la Sagrada Familia y, de la misma manera, con los de la calle Luna y Misericordia. /En la imagen José Luis Rojas Espino en el año 1995.
Finalizado los estudios de maestría industrial en la rama de electricidad y realizado el Servicio Militar, se colocó en VIPA (Vidrieras Palma) pero con tan mala suerte que, cuando más afianzado estaba en su trabajo, esta empresa cerró en 1982, a causa de la caída del mercado por lo que, decidió establecerse por su cuenta, montando un taller de electricidad en la calle San Sebastián, número 21, enfrente del Bar Paco