Hace años que vengo escuchado que los gobiernos municipales van a contemplar, en el ámbito de sus competencias, la creación de un novedoso departamento para la gestión pública local: la Concejalía del Tiempo. Son tantas las cosas que hemos visto cambiar a lo largo de las últimas décadas que se hace extraño que no la hayan materializado antes para que “nuestra historia, como la conocemos, no cambie” O sí. Una concejalía secreta que realice viajes en el tiempo para evitar que cambie nuestro pasado, evitando catástrofes irreversibles en nuestra historia o cambios de calado en nuestro futuro: Casas-Palacio que nunca hubieran conocido la piqueta, un cordón ferroviario diferente al que constriñó nuestra expansión, el incendio del Teatro Principal o la explosión de la Alcoholera, el hundimiento del Vapor… Una apuesta arriesgada y brillante, pardiez.