El presentador del cartel y su autor, Francisco Andrés Gallardo y José Fernández Villegas, respectivamente. /Foto: Col. Carlos Coronado Rosso.
En la dulzura de la mañana [de ayer 14 de Febrero, en el Convento de las Concepcionistas], cuando el día casi no ha comenzado y todo está por hacerse y planearse, El Puerto suena a silencio y a recogimiento. Sabe a ecos de mar, a bruma que envuelve a quienes van a trabajar. Sabe a frío escolar calmado por las abrigadas manos de una madre que te lleva protegida a su lado hasta el colegio. A esa hora en que todo está por aclararse y encuentras a pocos para desearle los buenos días, la mañana huele a aire limpio, a felicidad en los bolsillos y a esperanza en el corazón. Es la hora donde las horas todavía se desperezan y el reloj parece ancho, generoso, y el tiempo casi infinito. Es la primera hora donde se escuchan a fondo los pensamientos y donde Ella espera Divina y airosa, entre luminosos lirios y espumas de claridad, encuentra su mirada con aquellos que le murmuran una oración, que le piden y le agradecen. Es la intimidad de una madre con un hijo, el amparo y la certeza de quien te escucha y te quiere.