Hoy día, el libro nos sale al paso por doquier, hasta el punto de que ha llegado a ser, como tantas otras cosas, un verdadero objeto de consumo. Cuando Guttenberg comenzó a emplear los primeros tipos móviles estaba poniendo en marcha un proceso que ni él mismo podía imaginar, aunque lo intuyese oscuramente. Pero hubo un tiempo en que el libro era algo que distaba de estar al alcance de cualquiera. Cada libro era una pieza única, aún las tiradas de libros escolares que vendían los estacioneros de las universidades y escuelas, sencillamente porque eran libros manuscritos, hechos, con más o menos cuidado, uno a uno.
Retrato al óleo sobre lienzo. 1,14 x 0,92 m. de tamaño natural de un joven Alfonso X, obra de Joaquín Domínguez Bécquer. Se le representa bajo una arquitectura islámica, sedente, ostentando corona y manto adornado con castillos y leones, con el cetro en la mano derecha. En la otra porta un libro, que alude a su afición y protección a las letras y ciencias. Resulta curioso que la iconografía tradicional de este monarca lo represente joven, imberbe. El cuadro es copia de Alonso Cano. Domínguez Bécquer parece seguir el prototipo de este rey que encabeza el denominado Libro de los Dados. Patrimonio del Ayuntamiento de Sevilla.
...continúa leyendo "2.627. El libro manuscrito en la corte de Alfonso X ‘el Sabio’."