Salida de una prueba de 125 c.c. hacia 1960, recién inaugurado enfrente los vestuarios públicos de Valdelagrana /Foto: Bar Tadeo-Nani Delgado Poullet.
Este verano se cumplirá medio siglo de la última vez que la playa de Valdelagrana acogió la celebración de carreras de motos. La primera, un tanto especial, fue una gimkhana que el Ayuntamiento organizó para la mañana del 25 de julio (festividad de Santiago) de 1956, en la que los pilotos participantes debían sortear una serie de obstáculos llevando de ‘paquete’ a señoritas. Se otorgaron premios de 500, 300 y 200 pesetas a los tres primeros pilotos clasificados, recibiendo un detalle las acompañantes. Ganó tan suculento primer premio el gaditano Carlos Bernal, mientras que su acompañante, la señorita Esquilino, fue distinguida con una polvera. Aquel año, en enero, el Ayuntamiento había aprobado el ‘Plan Parcial de Ordenación de Valdelagrana’, el primer paso para la ocupación turística y urbanística de la playa y su marisma.
Preparándose la salida de una prueba de 75 c.c.
Mirando al juez de salida, en 1958.
En 1957 no hubo carreras. Al verano siguiente sí, de velocidad, que comenzaron una vez que a la playa llegaron los motoristas participantes en una carrera de regularidad entre Sevilla y El Puerto, organizada por el Moto Club sevillano.
Francisco Pacheco (1917-2010), alma máter de las carreras de Valdelagrana, con su Derbi, en Jerez.
Desde entonces las carreras se sucedieron de forma continuada hasta 1965, cuando dejaron de celebrarse. Todas las patrocinó la Delegación de Deportes del Ayuntamiento con la organización y asesoramiento técnico del Moto Club Jerezano, el que en 1954 fundó su alma máter, Francisco Pacheco Romero, toda una vida dedicada a las motos a quien también se debe la idea y los primeros pasos dados para la construcción del circuito de Jerez (1985).
El jerezano Luis Sáez virando en el circuito. Enfrente, el primer kiosco de Tadeo Sánchez.
En nuestra playa, todas las carreras se disputaron bajo el nombre oficial de ‘Gran Premio Motorista de la playa de Valdelagrana’, durante las mañanas de los domingos –variables según las mareas- de la segunda quincena de agosto. Lo acostumbrado fue disputar las pruebas en un circuito de 2 kms de ida y vuelta que giraban entre 10 y 40 veces según las cilindradas: velomotores de 50 y 75 c.c. y motos de 125, 250 y de ‘fuerza libre’ (hasta 350 c.c.). Siendo la norma en la época que las arrancadas se hicieran a empujón con el motor parado, en Valdelagrana, por la inestabilidad de la arena y el agua, las salidas se hacían con las motos encendidas.
En la imagen de la izquierda, uno de los grandes de la época: Ramón Torrás en 1962, con su Bultaco de 125 cc. /Foto: Colección Tomás Rivero.
Por tan peculiar circuito corrió lo más granado de los pilotos andaluces y nacionales de la época: los catalanes Jordi Sirera y Ramón Torras (que murió en el 65 en su tierra durante una carrera), el alicantino José Medrano (siete veces campeón de España, fallecido en 2014), José María Añón, Manuel Román… o los jerezanos Luis Sáez ‘el Ubbiali de Jerez’, Juan Gallego, Ricardo Contador y, destacadamente, Antonio Sánchez Garrido ‘Peluqui’, que si no se le hubiera cruzado la muerte en el jerezano “circuito” de La Constancia en el 63, dicen los entendidos que hubiera subido a los más altos pódiums del motociclismo mundial.
En la imagen de la izquierda, otro de los grandes, el jerezano Antonio Sánchez ‘Peluqui’ (1932-1963), un clásico de las carreras de Valdelagrana.
Y hasta un piloto extranjero corrió en las arenas de Valdelagrana; bueno, era de Gibraltar, ‘llanito’, de nombre Juan Gracia, pero se hacía llamar John Grace (que tuvo una destacada vida deportiva en Bultaco). Pilotos que todos montaban con marcas nacionales: Montesa (1944), Derbi (1949), Motobic (1949), Gimson (1955), Bultaco (1958), Lube-Renn (1960)…
Según las crónicas deportivas, la competición más interesante y reñida fue la de 1960, el domingo 28 de agosto, con recorridos en sus tres pruebas de 10, 25 y 30 vueltas al arenoso circuito y premios de 500, 2.000 y 3.000 ptas y trofeos.