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juan_melgarejo_osborneEl pasado viernes 7 de noviembre, la Comunidad de Propietarios de Vista Hermosa y el Club de Golf ofrecieron un homenaje al que fue su alma y aliento, por no decir su creador, Juan Melgarejo Osborne (ver nótula núm. 890 en GdP). Este reconocimiento a su figura no se lo deben solo los comuneros y socios de Vista Hermosa, sino también todos los vecinos de El Puerto de Santa María y su representación institucional, que es el Ayuntamiento. Porque pocas personas han hecho más por El Puerto de Santa María, para su conocimiento en el resto de España y para su desarrollo turístico que este manchego, quinto de los quince hijos que tuvo el duque de San Fernando, que se casaría con una portuense, su prima Magdalena Osborne y de la que tuvo a sus hijos, Juanito, Malén, Aurorita, Mavi y Patri a los que puedo llamarles así, por haberlos conocido de niños. /Juan Melgarejo visto por Torres Brú.

Juan fue alcalde de El Puerto en 1969, aunque no jefe local del Movimiento, como entonces era obligado y quizás obtuvo este privilegio, alegando que era descendiente directo del Rey Alfonso X, El Sabio, que conquistó la ciudad a los musulmanes.

Yo le conocí a primeros del año 1968, cuando me contrataron como asesor para aquella incipiente Vista Hermosa, S.A., que habían constituido en 1964 los hermanos Osborne Vázquez para la promoción y desarrollo de terrenos e inmuebles que eran de su propiedad, aportando así Felipe y Eduardo la Casa Grande, Roberto Los Arcos y Amparo, la madre de Juan, La Misericordia. Juan iba a gerenciar esta promoción porque ya antes había hecho sus pinitos turísticos, de la mano del Belga Van Moerkerkel, en el Cangrejo Rojo y Andalucía la Real. Para su gestión en Vista Hermosa y contó con la ayuda de los hermanos Muñoz (Mecsa), que se habían asociado con los Osborne para la realización de las obras de infraestructura. Tuvo también gran apoyo de sus parientes, consejeros de la sociedad, Eduardo y Enrique Osborne Isasi, Carlos Soto, Javier Rivero, Roberto Osborne Pérez de Guzman, Ignacio Ibarra Mendaro y José Luis Ibarra Llosént. De este último, surgió la idea de reservar 40 hectáreas de la finca para construir un campo de golf, instalaciones deportivas (tenis, piscina, etc.) que se aportarían a una sociedad, propietaria de estas instalaciones, junto con la Casa Grande, para constituir un club, que oficialmente se llamaría Vista Hermosa Club de Golf y que coloquialmente se le conoce Club El Buzo, que era la instalación de la playa y en la que en 1968 y algunos años después se decoraba con el traje y la escafandra real de un buzo. Como compartí con aquellos consejeros, además con el director general que se nombraría, Ángel Moresco, reuniones durante 30 años, fui testigo de excepción de los desvelos y dedicación de todos a la empresa y fundamentalmente de su mascarón de proa que era Juan Melgarejo.

Creo que el ayuntamiento de El Puerto y todos los portuenses están en deuda con él, porque puso de moda El Buzo y Vista Hermosa en toda España. Hoy corren tiempos peores para esta gran Ciudad. Equivocadamente algunos vieron a Vista Hermosa como "otro Puerto" y se le han puesto multitud de trabas e inconvenientes. Por ello es la hora de que en el sencillo homenaje que se le tributó, se sumen los portuenses agradecidos, a quien lo fue de sentimiento. A lo que acudieron a él los recibió, con aquella risa suya, espléndida y contagiosa y pudo repetirles en silencio, lo que dijo en su toma de posesión como alcalde: "que Dios nos dé a todos la serenidad y la claridad de juicio, el sentido de la justicia, el conocimiento del deber, la conciencia de la responsabilidad (y esto lo añado yo) para hacer más grande El Puerto de Santa María". /Texto: José Ramón del Río.

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