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fino_osborneEl Restaurante Guadalete acogió, mediados los años sesenta del siglo pasado a “La Peña Amigos del Fino Quinta”, siendo sus promotores Ángel Alonso Alejo, exportador de pescados y mariscos padre de los Alonso Gómez; Juan Crespo Rodríguez, también exportador de pescados; Cristóbal Romero Raposo y José Fernández Bernal, Pepe ‘Chiquete’, subastadores  de pescados y mariscos, unidos todos con el patriarca del Guadalete Eugenio Espinosa Morales y sus hijos Juan y Eugenio Espinosa Palacios, teniendo una estrecha colaboración con ellos la Firma Osborne, especialmente su departamento de publicidad, cuando la firma vinatera se implicaba en la Ciudad y estaba presente en multitud de eventos de la vida local, devolviendo de alguna manera a El Puerto lo que los trabajadores de El Puerto le dieron para que la entidad vitivinícola llegara a  ser una de las bodegas líderes del Marco del Jerez

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Instantánea tomada el 28 de enero de 1966, en el Restaurante Guadalete, con motivo del homenaje ofrecido por la Peña Amigos del Fino Quinta a Pilar Osborne Fernández, con motivo de su nombramiento como Fallera Mayor de la Falla Cuba-Puerto Rico, de Valencia.

Fila superior, de izquierda a derecha: Manuel Gatica Rivas; Julio Flores (chofer de Juan Crespo); Fila del centro: Luis Callealta Sánchez; José Simeón Caro; Milagros Roselló Tarrío; Tomás Osborne MacPherson; Pilar Osborne Fernández, José Cuevas Flores, Francisca Zamacola, José Luis Gómez Bermudez, del departamento de Publicidad de Bodegas Osborne, Juan Espinosa Palacios, Manuel Espinosa Morales, Cristobal Romero Raposo; Juan Crespo Rodríguez, Angel Alonso Alejo --Padre de los Alonso Gomez--, Juan José García Cressi; Milagros Palacios Álvarez y Eugenio Espinosa Morales. Sentados: Santiago Masa Redondo, Comandante de la Guardia Civil, desconocido, Luis Fisteni, Teniente de la Guardia Civil, Miguel Pacheco Felices, José Fernández Bernal "Chiquete”. En primer término a la izquierda, José Antonio Osborne Vázquez.

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Los anteriores, reunidos en torno a las viandas del restaurante Guadalete y Fino Quinta de Osborne.

Durante años y en la Feria de El Puerto y Jerez sería el recordado Juan Espinosa Palacios quien acogería a la “Peña los amigos del Fino Quinta” en la caseta de ‘Ostras del Sur’, con su compadre y amigo Carmelo (el taxista que acompañaba a Manuel Gutiérrez, ‘Manolito el Cochino’ a Madrid, un hombre legal ya jubilosamente jubilado, de confianza, amigo también de Luis Fernández Chulian, también exportador de pescados y mariscos) y un portugués que se llamaba José Manuel Seixas Dos Anjos; era grande también este  portugués porteño de toda la vida que nos dejó hace algunos años.

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Los camareros que servían a la reunión, a la izquierda Mancera y a ña derecha Gabriel Simeón Caro, hermano de Pepe Simeón.

Juani ‘el de Guadebro’ se reunía con buena gente… Y se fue también a la Feria del Campo, a Madrid, llevando los productos de la zona, ostiones y Fino Quinta. Eran famosos los concursos de apertura y presentación de ostiones, que él preparaba y conocía como nadie. Una Peña no al uso que con exquisiteces del mar y Fino Quinta celebraban sus acontecimientos más importantes, aprovechando también la situación de bonanza de los años setenta que vivió el sector pesquero.

magnificos_finoquinta_puertosantamariaEste cartel, presidía los encuentros de la Peña:

Los magníficos de Fino Quinta
saludan a Osborne y Cª
Si el médico le diagnostica
que alta tienes la tesión, bebe
Fino Quinta
y te pondrás “mejón”.

Fotos: Colección Pepa Alonso.

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En la imagen, Fernando Camacho Arana (ver nótula núm. 1.851 en GdP)

Dedicado al tapatólogo Gabriel Alconchel, gran higuista.

'--A los reondos y durse' cantaban los hombres rústicos por las calles. Conducían unas “amotos” (moto rústica) más viejas que el taparrabos de Tarzán. En la parte de atrás portaban dos peazos de cerones de esparto donde iba el preciado fruto. Todos estaban morenos, no precisamente los pobres míos de ir a la playa y se tapaban con gorrillas, preferiblemente de acuadritos. Recuerdo que en el barrio la gente salía con los platos en la mano para que el hombre rústico les sirviera la “ocena”, unidad de medida por la que se vendían los higos.

No sabía muy bien si su nombre eran higos chumbos o chungos, porque los pobres míos eran de segunda división. Mientras sus primas hermanas las brevas, de suave frescor, y los higos negros, se lucían en las fruterías de tronío con el pomposo nombre de frutas de temporada, el se paseaba en serones por las calles, muertecito de calor y además con un abrigo de púas.

Siempre que mi madre salía a comprar la ocena, me enrolaba en la expedición para disfrutar de la ceremonia del pelado de los higos. Me llamaban la atención las peazos de manos de los hombres rústicos, capaces de derribar hasta un hipopótamo de una sola cachetá y como eran inmunes a clavarse las puyas… aunque yo creo que éstas, cuando impactaban en su piel, hasta rebotaban de lo hartas que estaban esas manos de coger higos, tagarninas, aceitunas y todo lo que se pudiera por el campo. Una vez uno relataba, mientras manejaba con destreza la navaja con la que pelaba los higos,  que una pitonisa intentó leerle las líneas de las manos y le dijo, chiquillo tu más que líneas lo que tienes aquí es la autopista Cádiz Sevilla de lo ancha que es.

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En la imagen, Juan Guerrero Villegas 'el Rifle'.

Enrolarse en la expedición tenía como premio que me comía el higo de regalo que daban por la ocena en una demostración más de que el tres por dos no lo inventaron los chichinabos del Carrefú. Ya no se ven los hombres rústicos por las calles, por lo menos por los pueblos por donde me muevo, pero los higos no han dejado su carácter de segundones. No se venden en los puestos de las plazas, sino en los exteriores, casi clandestinos, en bolsitas transparentes, que sustituyen a los platos de duralex de cuando había que llevar el envase puesto.

Pero los higos “chungos” siguen teniendo el encanto de lo salvaje, de todo lo que se come a chupetones, el encanto de que el caldo que sueltan te llegue hasta el codo. Deben de estar fresquitos y no comerte más de seis porque si te pasas te puede dar un tralará de cuarto baño.

Permitemé una solo pregunta ¿tú de que eres de los verdes o de los coloraos de final de temporada? Y segunda pregunta ¿es tapatológicamente correcto comérselos en una mousse con crujiente de sus pepitas?. /Una reflexión tapatológica de Pepe Monforte.

Más sobre higos chumbos en Gente del Puerto.
Nótula núm. 376 de Luis Suárez Ávila.
Nótula núm. 1.788 de Alberto Boutellier Caparrós.

Según el conocimiento que se tiene al día de hoy, los primeros pobladores que se establecieron en tierras portuenses lo hicieron durante la I fase del Neolítico, hace unos 6.000 años (datado por Carbono 14), en un paraje inmediato al mar y próximo al arroyo Salado de Rota, en el pago de Cantarranas (carretera El Puerto-Rota).

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El territorio de Isla Cartare con los asentamientos más antiguos del entorno del Salado de Rota, con dataciones por radiocarbono.

La presencia humana en nuestro término es muy anterior, constatada en las excavaciones que se realizaron a fines de los 70 y comienzos de los 80 en plena costa, en El Aculadero, donde se localizó –según las últimas revisiones del material- un taller lítico de pescadores y mariscadores del Paleolítico, activo hace unos 110.000 años; pero la primera comunidad que tuvo el fin expreso de arraigarse y crear una pequeña sociedad tribal con intereses comunes y compartidos, esa fue la que se asentó en Cantarranas, probablemente procedente de algún punto –al aire libre o en cuevas- de las sierras gaditanas.

CANTARRANAS Y LA VIÑA
El yacimiento de Cantarranas lo descubrimos –junto a nuestro amigo José Ignacio Delgado ‘Nani’ y en nombre del recién fundado Museo Municipal dirigido por Francisco Giles- en 1982, cuando se desmontaban –para la construcción y las fábricas de botellas- las grandes dunas eólicas de hasta 6 metros de altura que cubrían el paleosuelo de arcillas rojas y margas sobre las que se asentó la población neolítica.

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Algunos de los silos y otras estructuras excavadas en Cantarranas. / Foto, Museo Municipal.

Por vía de urgencia, el Museo realizó una primera campaña de excavación en 1982-83, a la que siguieron otras en 1985 –dirigida por Diego Ruiz Mata- y 1986 –a cargo de José Ángel Ruiz Fernández.

En conjunto, en un espacio de unos 6.000 m2 se detectaron los fondos de algunas cabañas del poblado (circulares y ovales, que tendrían paredes de adobe y cubierta vegetal), un extenso taller lítico (3.000 m2) lindero al hábitat, donde facturaban las herramientas precisas para la actividad agrícola (María Valverde estudió cerca de 9.000 objetos, tallados en sílex, principalmente, y en cuarcita), y numerosos silos –12 se excavaron, todos con perfil acampanado- para el almacenamiento de los excedentes de cereales, que fue la base, junto a la actividad ganadera y los recursos pesqueros y marisqueros, de la subsistencia económica del poblado. Y también la de su continuidad y su desarrollo espacial. 

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Vasos del llamado ‘silo de Enrique’ de Cantarranas y elementos líticos de piedra pulimentada y sílex. / Foto, Museo Municipal.

A comienzos de la Edad del Cobre  (o Calcolítico) –hace unos 5.000 años-, la población de Cantarranas creció para ocupar en toda su extensión (5.000 m2) un cerro (45 m) inmediato a la línea de costa y cerca de la desembocadura del Salado, La Viña, a un kilómetro del hábitat neolítico originario.

En 1984, al comenzarse a urbanizar el cerro –hoy Poblado Naval-, se realizó una primera excavación por la Delegación Provincial de Cultura dirigida por Lorenzo Perdigones y otras en 1986-1987 por nuestro amigo –arriba citado- Pepe Ruiz.

Los trabajos dieron por resultado la localización de unos 200 silos, cuyos materiales ofrecieron el mismo horizonte cultural de Cantarranas en su etapa final de la transición al Cobre Inicial, hacia los años 3000-2500 antes de nuestra era.

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Silo de La Viña que contenían vasijas cerámicas. / Foto, Museo Municipal.

Pero no se ocupó La Viña para ser habitada –no se detectó ninguna huella de cabañas-, sino exclusivamente para almacenar los excedentes agrícolas. El hábitat, probablemente, se encontraría más al oeste, junto a la boca del Salado, por el espacio que ocuparía la aldea andalusí de Casarejos. Y también, en casos puntuales, varios silos fueron reutilizados para acoger enterramientos de inhumación individuales y colectivos, en los que se exhumó un rico material cerámico depositado como ofrenda.

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Enterramiento de la Edad del Cobre de La Viña descubierta en la campaña de 1987. / Foto, José A. Ruiz Fernández. 

Enterramientos que eran contemporáneos a los que se descubrieron, al otro margen del arroyo Salado, al construirse en los años 50 la Base Naval: la necrópolis de ‘cuevas artificiales’ que dio a conocer Berdichewsky; cronológicamente vinculados al hábitat localizado al interior del Salado en el yacimiento de Casa Cortázar, también en término roteño.

Así pues, según los estudios de los yacimientos referidos, a uno y otro lado del arroyo Salado existió un importante núcleo poblacional –inicialmente establecido en Cantarranas en pleno Neolítico- que perduró hasta su transición al Calcolítico, cuando durante algún momento impreciso de la primera mitad del tercer milenio a.C. el poblado de Cantarranas-La Viña fue abandonado. Acaso su espacio y su entorno, después de ser habitado y explotado agrícolamente durante más de un milenio, estaba bien amortizado y fue preciso ocupar nuevas tierras en un tiempo nuevo.

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El yacimiento arqueológico de Cantarranas en 1982, cuando lo descubrieron José Ignacio Delgado y Juan José López. / Foto, Museo Municipal.

EN LA LAGUNA DEL GALLO
El Calcolítico se desarrollará en las tierras de nuestro término municipal en dos áreas: en la Sierra de San Cristóbal –al menos en los poblados de Las Beatillas y La Dehesa (éste, el origen del hábitat del Castillo de Doña Blanca), de los que escribiremos en otra entrega- y en el área de influencia del arroyo Salado de Rota y sus afluentes (ver nótula 2.231), de cuyo poblamiento haremos breve memoria a continuación.

Diez kilómetros tierras adentro del arroyo Salado –la columna fluvial que vertebra la campiña portuense- se encuentra la hoy desecada Laguna del Gallo y su marisma, que antes de que las tierras linderas invadieran, por la reciente acción del hombre, buena parte de su terreno, ocupaba una extensión de 120 a 150 hectáreas; espacio lacustre que se alimentaba, abriéndose camino entre las ‘tierras negras’ bajas, por el arroyo del Gallo, que también vertía sus aguas al Salado.

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Cuando las lluvias son abundantes, aún se puede entrever las dimensiones de la laguna del Gallo, como en esta imagen tomada en 1996 desde Las Animas. / Foto, Juan José López Amador.

El entorno de la laguna está rodeado por cerros de albarizas con cota máxima de 90 metros, que si hoy son terrenos desnudos dedicados –desde hace dos mil años- a la roturación agraria intensiva, en la Prehistoria reciente su espacio lo ocupaba un bosque abierto de alcornoques, encinas, coscojas, sabinas, pinos piñoneros…, envueltos con arbustos de jarales, torviscos, brezos…

Según los resultados de nuestras prospecciones, desde su primera ocupación hacia mediados del III milenio a.C., el entorno de la laguna del Gallo mantuvo una población continuada –con algunas fluctuaciones espaciales- durante 2.300 años, hasta el fin del periodo turdetano, a fines del siglo II a.C., cuando Roma impuso otra organización espacial del territorio, explotándose las tierras de la campiña a gran escala desde villae rústicas (antecedentes de los actuales cortijos), desapareciendo los antiguos núcleos de población. 

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Vista de la cara suroeste de Campín desde la laguna del Gallo. / Foto, J.J.L.A.

No sería hasta la época andalusí, entre los siglos X al XIII, cuando el entorno de la Laguna del Gallo volvió a poblarse con aldeas, en número de cinco: CampixGrañina, FinojeraPoblanina Fontanina. Con la conquista cristiana de la región mediado el siglo XIII, el modelo volverá a ser el romano, dividiéndose el espacio en latifundios en manos de una elite económica y social; distribución que se ha mantenido, en buena parte, hasta nuestros días

EL CÍRCULO Y LOS ÍDOLOS DE CAMPÍN BAJO
islacartare_3_9_puertosantamariaSegún indican los materiales culturales prospectados, fue al noroeste de la laguna del Gallo, a media ladera de un cerro, en las tierras de Campín Bajo, donde se estableció durante la Edad del Cobre una importante población –continuadora de la de Cantarranas-La Viña-, el núcleo que vertebró –también con la actividad agropecuaria como base de su desarrollo- el entorno de la laguna, donde se emplazaron otros asentamientos coetáneos de menor entidad y seguramente de él dependientes, arqueológicamente detectados en Venta Alta y, al mismo pie de la laguna, en Pocito Chico. Otro lo localizamos más al sur, en Vaina, junto al curso del Salado (ver primer plano adjunto).  /En la imagen de la izquierda, detalle del vuelo aéreo de 1979 en las tierras de Campín Bajo, donde se aprecia la huella de una gran estructura circular con dos arroyos que la rodean. 

islacartare_3_10_puertosantamariaEn 1984, el geógrafo del Ayuntamiento José Luis Martín informó al Museo de la existencia de una extraña estructura soterrada en las tierras de Campín, según observó en algunas fotografías aéreas entonces tomadas. Ciertamente, según cotejamos con otros vuelos aéreos, bajo tierra parece existir un recinto circular de 120 metros de diámetro (algo mayor que la Plaza de Toros de El Puerto) con la apariencia de ser un poblado cercado o fortificado, que tiene una amplia abertura en el flanco sureste junto al que discurre el curso de dos arroyos –hoy desecados y derivados del arroyo de Campín- y percibiéndose al interior de la estructura anillos perimetrales menores, derrumbes y construcciones de incierto origen.

En este lugar localizamos un ídolo cilíndrico de mármol (20 cm de altura), que aunque presenta la superficie muy desgastada, conserva en la parte trasera el peinado en zigzag propio de estos símbolos religiosos de la Edad del Cobre que se han hallado en algunos asentamientos de Isla Cartare: en las marismas bajas del Guadalquivir –Lebrija, Trebujena y Sanlúcar- y en Torrecera (Jerez), en el curso medio del Guadalete. /En las imágenes superior e inferior, a la izquierda, Idolo cilindro y  Estatua-menhir (‘la dama del Gallo) procedentes del entorno de Campín Bajo. / Fotos, J.J.L.A.

islacartare_3_11_puertosantamariaY abajo de Campín, junto a la laguna del Gallo y al yacimiento de Pocito Chico, en 1999 descubrimos en superficie, extraída por el arado, una pieza cilíndrica (30 cm de grosor) de mármol, fracturada, con una figuración antropomorfa femenina –la dama del Gallo la llamamos-- al modo de un ídolo cilíndrico pero de gran tamaño, similar al de una ‘estatua-menhir’. Tiene un rostro estilizado conseguido por pulimento y la cabellera tallada a golpes. La pieza conserva 1 metro de altura, encontrándose rota a la altura de una hendidura que recorre su perímetro y parece dividirla en dos mitades, por lo que en su origen tendría al menos 2 m de altura. Cronológicamente, ambos ídolos podrían fecharse –grosso modo- a mediados del III milenio a.C., en los inicios de la ocupación de Campín Bajo durante la Edad del Cobre. 

HUELLAS DEL MEGALITISMO 
Estos ídolos son manifestaciones ideológico-religiosas de una sociedad desarrollada y jerarquizada, asociados a monumentos megalíticos, habitualmente a enterramientos colectivos en dólmenes. En el espacio que media entre las desembocaduras del Guadalquivir y el Guadalete sólo se han excavado dos, el sanluqueño dolmen de Hidalgo que en 1959 exhumó Juan de Mata Carriazo y en Rota el dolmen de Munive, pero su presencia en Isla Cartare sería un elemento habitual de su paisaje.

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Francisco Giles, entonces Director del Museo Municipal, y el profesor de la Universidad de Cádiz José Antonio Ruiz ante una estela en Venta Alta (hoy desaparecida), probablemente asociada a un dolmen existente en el lugar. / Foto, J.J.L.A.

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Rodrigo de Balbín –uno de los grandes especialistas de Europa en megalitismo y arte paleolítico- inspeccionando en Venta Alta la estela anterior. / Foto, J.J.L.A.

Elementos que formaron parte de dólmenes del Cobre son las cuatro estelas –de arenisca de la Sierra de San Cristóbal- que hallamos en el entorno de Campín y la laguna del Gallo: en Pocito Chico, una con la figuración de un guerrero, una gran cazoleta y otros elementos simbólicos (expuesta en el Museo, sede del Hospitalito), y otra con grabados esquemáticos y huellas de uso de pulimentar piedra; en Venta Alta, con un puñal islacartare_14_puertosantamariagrabado, asociada a un amontonamiento de grandes piedras soterradas que podrían corresponder a un dolmen; y una cuarta estela –hoy desaparecida- en un camino que pasa por Campín, de cuyas cercanías debía de proceder.

Como ésta de Campín, son abundantes las lajas de piedra que hemos encontrado (y seguirán apareciendo) en la campiña portuense, extraídas durante las labores agrícolas y que secularmente han servido y sirven para marcar los lindes de las fincas y las mojoneras de los términos municipales. Fracturadas por los agricultores para facilitar su transporte y su ubicación, al menos algunas son ortostatos, las piedras verticales con las que se erigían los dólmenes y otros monumentos funerarios. /En la imagen de la izquierda, estela junto al camino de Campín que sube de Pocito Chico a Grañina. 1999. / Foto, J.J.L.A.

EN LA EDAD DEL BRONCE
Decíamos que la población que se asentó durante la Edad del Cobre en el entorno de la laguna del Gallo perduró en el tiempo. Cerámicas del Horizonte cultural Campaniforme, que marca el comienzo del Bronce (hacia 1900/1800-1500/1400 a.C.), las hallamos en Campín Bajo, Venta Alta y Cortijo de los Santos Reyes; y en lugar más retirado, junto a la laguna Salada, en El Barranco. La distribución espacial de estos cuatro asentamientos –distantes entre punto y punto unos 3 km- parece indicar la existencia de una vía de comunicación con el extremo occidental de la Sierra de San Cristóbal, también habitada en este periodo.

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Área de influencia del Salado con los yacimientos con hallazgos Campaniformes, Cogotas I y Bronce Final I.

Otra vía de comunicación, fluvial, pudo existir durante el Cobre y el Bronce (y posteriormente) a través del arroyo Salado de Rota y sus afluentes para enlazar con los esteros de las marismas del Guadalquivir, como apuntamos –recogiendo antiguos testimonios historiográficos- en la nótula 2.217. De cualquier modo, los contactos, fuesen los que fuesen, entre los asentamientos de la laguna del Gallo y los de las marismas del Guadalquivir –especialmente con la población de Mesas de Asta- debieron de ser constantes en el transcurso de la Prehistoria reciente.

La continuidad del poblamiento en torno a la laguna del Gallo durante el oscuro periodo del Bronce Tardío también está atestiguada en los materiales cerámicos prospectados, que vienen a decir que –como ocurrió en toda la Baja Andalucía- se produjo una disminución de la población, abandonándose algunos asentamientos y concentrándose los grupos humanos en los hábitats más pujantes, con más recursos. En nuestra zona, así parece que ocurrió en Campín Bajo, que durante las últimas centurias del II milenio a.C. parece de nuevo presentarse como la población única o más importante de la campiña portuense a comienzos del Bronce Final.

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Dibujos de materiales cerámicos de Campín Bajo: a la izquierda, Campaniformes y del Bronce; a la derecha, Campaniformes, Bronce y Cogotas I.

Un nuevo tiempo surgirá a partir del siglo XIII a.C., acaso con el aporte de gente procedentes de la Meseta, originarios de la cuenca del río Duero; grupos ganaderos trashumantes que se asentarán en nuestras tierras –como lo hicieron en gran parte de la Península Ibérica- y dejarán su impronta –reconocible por la arqueología- en las cerámicas del Horizonte Cogotas I, que en nuestras prospecciones encontramos, exclusivamente, en Campín Bajo y en Venta Alta, con datación final para este periodo en el siglo X a.C. También se hallan en Mesas de Asta.

Por entonces se estaba fraguando en un alto grado de civilización la cultura indígena que posteriormente los griegos llamarán Tartessos, cuyas huellas se hallan en el entorno de la laguna del Gallo en seis asentamientos que localizamos en nuestras prospecciones –siempre con nuestros amigos José Antonio y Nani- de los años 80.

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Vista desde Pocito Chico hacia Campín Bajo. La ganadería fue una de las bases económicas de los poblados del entorno de la laguna del Gallo. / Foto, J.J.L.A

De esos poblados tartesios escribiremos en una próxima entrega, y también del tiempo en que navegantes fenicios, procedentes de algunas colonias del Mediterráneo, pisaron, por vez primera en el siglo IX a.C., los cerros de la laguna del Gallo y que con los indígenas tartesios entablaron fructíferos contactos comerciales.

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Hacha de bronce del yacimiento de Venta Alta. / Foto, J.J.L.A.

De ello escribiremos después de que en la próxima nótula lo hagamos –con la firma de José Antonio  Ruiz, su director-  de las excavaciones arqueológicas que se realizaron a fines de los años 90 en Pocito Chico con los hallazgos de vestigios de poblados de la Edad del Cobre y del Bronce, a orilla de la laguna del Gallo. Al sur de Isla Cartare. / Texto: Enrique Pérez Fernández y Juan José López Amador.

Más de Isla Cartare en Gente del Puerto:
2.217. Isla Cartare. Un recorrido por la historia del término municipal. (I)
2.231. El arrollo de Salado de Rota y la Aldea de Casarejos. Isla Cartare (II).

franciscojaviermerellogaztelu_puertosantamaria2En 1973, el 19 de julio, el concejal de Turismo y Playas, F. Javier Merello Gaztelu, (ver nótula núm. 1.131 en GdP) era entrevistado por el periódico jerezano La Voz del Sur, que titulaba a toda página “La Costa portuense en pujante desarrollo turístico”, cuyo recorte se conserva en el Archivo Municipal. Paradójicamente, aquel 1973 se produjo la primera Crisis del Petróleo con los importantes efectos que tuvieron sobre la inflación y las devaluaciones de la peseta. /En la imagen,  F. Javier Merello Gaztelu. /Foto: Colección de la familia.

Merello entró como concejal de Turismo en 1971 con Fernando T. de Terry Galarza como alcalde y llegaría a ser primer edil en una corporación pre democrática durante 1977-78. A su trabajo se deben muchas de las primeras piedras --y hasta edificios-- en el que está basado el turismo portuense en la actualidad. Otros no llegaron a ver la luz. Hoy 27S, cuando la Ciudad celebra el Día Mundial del Turismo, Gente del Puerto le recuerda, entresacando algunas de sus declaraciones en el desaparecido rotativo provincial.

“Para sacar a la palestra Puerto de Santa María, tenemos siempre argumentos suficientes de esta histórica ciudad hermana. Pero en esta oportunidad y dado su especial momento turístico, hemos querido recabar la autorizada opinión de la persona que en el equipo municipal tiene encomendada por la Alcaldía la delegación de Playas y Turismo, los dos puntos diríamos posiblemente básicos de ese despegue portuense.

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Recorte de prensa del 19 de julio de 1973. La Voz del Sur. Jerez.  /Colección: Archivo Municipal. Digitalización: V.G.L.

--Sr. Merello ¿hasta donde va a llegar esa evolución de la costa del Puerto?.
--La costa portuense desde Valdelagrana hasta Fuentebravía, está en pujante desarrollo turístico a escala internacional. Es un hecho que incluso está sorprendiendo a quienes no dudando de las enormes posibilidades de nuestras playas, no vislumbraban la de una evolución tan real y tan rápida. Cuando se tiene una buena costa para “abonar” yo entiendo que son dos factores decisivos los que cuentan: el primero un Ayuntamiento de equipo entregado y un alcalde, como el nuestro [Fernando T. de Terry Galarza, (ver nótula núm. 749 en GdP)] , que sea hombre de empresa, sin límites de horas para trabajar por su ciudad y a la vez emprendedor y con visión de futuro; y por otra parte la intervención de la iniciativa privada.

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De izquierda a derecha, Javier Merello, Carlos del Poyo primer teniente de alcalde, Fernando T. de Terry, en el despacho de la alcaldía el 1 de enero de 1973. /Foto: Rafa. Archivo Municipal.

--¿Tenéis ambas cosas?
--Ciertamente si y en ello la clave del éxito, dentro de que tengamos algunos errores, como todo humano. [...] En cuanto a la iniciativa privada está totalmente volcada, ella es en parte local y en mucho cercana, aún cuando no faltan de otras regiones, cada vez con mayor interés y ello demuestra la seguridad de nuestro Puerto turístico en marcha.

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Día del Turista, entregando claveles a los vehículos con matrícula de otras provincias, en los accesos a la población. /foto: Rafa. Archivo Municipal.

--Entonces... ¿todo sobre ruedas?.
--Pues sí, pero no tan fácilmente como se puede suponer. A la Alcaldía y a todo el equipo del Palacio Municipal le corresponden para este progreso tareas muy duras y de enorme responsabilidad porque no todo es hacer y atraer a quienes hagan; es preciso planificar, coordinar, ordenar y para que cuanto se está haciendo resulte bien en un futuro. Por otra parte las realizaciones netamente municipales, se ajustan a unos ingresos y en este orden la problemática de la administración local, exige una férrea y controlada política económica.

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Mises en la Feria del Vino de Verano en 1973. De izquierda a derecha, Reyes Alves Lapeña, Miss Valdelagrana;  Miss La Puntilla solo sabemos que es la esposa de Tobi; Angelita Velázquez Gaaza, Miss Fuentebravía y Miss Feria del Vino cuyos nombre desconocemos. /Foto: Rafa: Archivo Municipal.

--Bien, pero hablemos de playas, de sus reformas y demás...
--El actual Ayuntamiento trazó un plan a realizar en varios años, totalmente definido en cuanto a las tres playas en las que se prestan servicios municipales: Fuentebravía, [sic], Valdelagrana y La Puntilla, aunque tiene en su laborar proyectos que afectan a gran parte de sus 18 kilómetros de de costa. En este plan hemos tenido que ser rígidos y si se quiere, en principio antipopulares. Pero la transformación de las instalaciones de cara a una dignificación y a un turismo era necesario y se ha cumplido al pie de la letra cuando ya hemos entrado en este tercer Verano y nos cabe la satisfacción de que el público ya las ha valorado y sancionado con su total identificación y comentarios elogiosos

--¿Muchas inversiones?
Las municipales solamente en zonas de playa, yo calculo así por encima que en estos últimos meses sobrepasen posiblemente los cuarenta millones de pesetas [aproximadamente dos millones y medio de euros en la actualidad].

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Paseo Marítimo de Valdelagrana y obras de construcción de apartamentos en primera línea de playa. 2 de febrero de 1973. /Foto: Rafa. Archivo Municipal.

--¿Y las privadas?
--Esto es más difícil precisamente por ser privadas, pero puedo hacer un cálculo aproximado solo a título de valorar, a dar una idea de lo que está comenzando a surgir en nuestra costa. Digamos que desde Fuentebravía a Vista Hermosa, urbanización modelo, incluyendo lo que en la finca Mochicle va a iniciar el Grupo Garrigues, se está construyendo o a punto de construir en un valor que posiblemente se acerque a los mil setecientos millones de pesetas. Después a la vista están las obras del Puerto Deportivo promovido por don José Ybarra, cuyo coste se habla de unos cuatrocientos millones. En Valdelagrana en primera fase el Grupo de Empresas de Inator Hotel Mar, está llevando a cabo obras muy adelantadas por cierto, del Complejo Puertomar con 396 apartamentos y 96 construidos y el Hotel Puertobahía en un construcción con un valor aproximado de quinientos millones, iniciándose pronto otro conjunto residencial por Provasa que será también de muy fuerte inversión, así como la próxima de Urbis que lleva también otro hotel y un elevado número de apartamentos. Adjudicada asimismo en Valdelagrana está otra parcela de cien mil metros a Stores de Madrid, para ubicar según parece tres torres de dieciséis plantas cada una. Si a ello unimos las zonas de chalets del municipio y de la Diputación Provincial y un Camping de lujo cuya primera fase estará lista este julio, será fácil dejar volar la imaginación para dar con construcciones de miles de millones y aún existe más, pero no me parece deba extenderme, aunque si citaré el futuro Campo de Golf, de 18 hoyos, el nuevo Hipódromo, la Sala de Congresos del Club de Publicistas, etc.

CabeceraLA-VOZ-DEL-SUR--¿Que es Jerez para El Puerto?
--Parte de nuestra propia vida, un hermano tan cercano que está aquí mismo y nosotros en él. Creo en muy mucho que Jerez y el Puerto van de la mano y forman prácticamente un conjunto que vive cotidianamente unidos por lazos familiares, comerciales y de proximidad, siendo la expansión de ambos mutuamente beneficiosa. En verano concretamente, Jerez está en gran parte en el Puerto”.

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Portada del Mercado de Abastos o de la Concepción. /Foto: Ruta de los Sentidos.

La Plaza de Abastos --o Mercado de la Concepción-- fue mandada construir por el Ayuntamiento en 1873 con el material de cantería del derribo del Convento de San Antonio de los Franciscanos Descalzos en 1868, tras la Desamortización de los bienes de la iglesia decretada por la Junta Revolucionaria creada en El Puerto. Muchas han sido las reformas que ha visto la plaza, remodelaciones, añadidos, cambios y hasta usos, que mantiene una capilla con el cuadro de la Inmaculada que encontramos en uno de los corredores del edificio, testigo de una tradición de más de dos siglos.

Ofrecemos una primera parte de puestos del Mercado de la Concepción, productos frescos y de calidad superior, en esta ocasión pescados y mariscos, carnes, aves y casquería, originales de Francisco Soto Alarcón ‘el Misterio’', tomadas hace unos años, con la identificación de las mismas por parte de la colaboradora de Gente del Puerto, María Jesús Vela Durán.

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Pescadería de Jesús Romero.

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Pescadería de Eloy Franco Sánchez, viudo de Consuelo Sánchez García, prima de los Ceballos.

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Pachi y Enrique Pérez Angulo de la Pescadería Ventura. Más información de la familia Ventura, en la nótula núm. 1.018. Pedro Cairón Calatayud, Pedro Ventura, en Gente del Puerto.

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Juan Barrero Marchena, de la Carnicería Centro. Más información en la nótula núm. 244, el carnicero metido a empresario, en Gente del Puerto.

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Juan Rafael Moreno Naval, de la Carnicería Hermanos Moreno. Más información en la nótula núm. 443, Hermanos Moreno, monodosis en manteca

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Carnicería de Juan Manuel González Borrás, hijo del tablajero Juan González Herrera. Nótula 260 de su hermano Fernando 'Tito', carnicero y futbolista, en Gente del Puerto.

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alvarovalientecuevas_puertosantamariaÁlvaro Valiente Cuevas, nació en el número 51 de la calle Federico Rubio --Pozuelo--, el 13 de febrero de 1952, siendo el cuarto de ocho hermanos: Lolichi, Margara, Paquito (+), Álvaro, Mari, Sofía, Inés y Antonio. Estudió poco tiempo, en el colegio La Salle, pues a los 10 años empezó a ayudar a la economía familiar como mandadero en el almacén de ultramarinos Pedregal, regentado por su viuda Ángeles Valenzuela Carribero, donde hoy está el Bar Triana, en la esquina de la calle Federico Rubio con San Bartolomé. Compañeros de juegos de la infancia fueron Antonio Carbonell, los hermanos Baleirón Segura, Manolín, Pepín y Antonio 'el Gordito' (+), Luis Cárave, ‘el Gorri’, ...

1952

El año de su nacimiento era alcalde de El Puerto Luis Caballero Noguera. Se estrenaba la película ‘La Niña de la Venta’, dirigida por Ramón Torrado y protagonizada por Lola Flores y Manolo Caracol. En julio se celebró en el Tiro de Pichón la tirada de Copa del Campeonato del Puerto de Santa María, con 58 escopetas. La Plaza de Toros es adjudicada hasta dciiembre de 1953 al empresario Manuel Belmonte García, a razón de 50.000 pesetas mensuales. El 3 de agosto de ese año se celebra una corrida de toros con Luis Miguel Dominguín, Rafael Ortega y Antonio Ordóñez; ese día entraron en El Puerto para ver el espectáculo, según estudio encargado al efecto, 1.522 vehículos, de los cuales 1.431 fueron automóviles y 71 autobuses.

enriquebartolome_1956_puertosantamariaEse año de 1952 llega a El Puerto, destinado al Instituto Santo Domingo, el profesor de Geografía e Historia Enrique Bartolomé López-Somoza (ver nótula núm. 222 en Gente del Puerto). Mariscos Romerijo iniciaba su andadura empresaria. Rafael Alberti publica ‘Buenos Aires en Tinta China’ y ‘Retornos de lo vivo lejano’. El pintor porteño, afincado en Sevilla, Juan Miguel Sánchez pinta el cartel de la Feria de Primavera. Francisco Dueñas Piñero empieza a dirigir la Banda Municipal de Música hasta el año 1982. Y desde 1952 y, hasta 1977, la Academia de Bellas Artes, Santa Cecilia organizaba la Cabalgata de los Reyes Magos. En 1952 los hermanos Merello se hacen cargo de la empresa Cacao Pico. Nacen el historiador local Javier Maldonado Rosso, Director del Centro Municipal de Patrimonio Histórico y el profesor de judo Tadeo Díaz; el notario José Ramón Salamero Sánchez-Gabriel; las políticas nacionales Rosa Díez y Esperanza Aguirre, la actriz Teresa Rabal, el cantante italiano Umberto Tozzi. Muere Eva Perón. /En la imagen de la izquierda, el profesor Enrique Bartolomé, a los pocos años de llegar a El Puerto.

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Álvaro, con la máquina de café, en el Bar Liba. Año 1963.

INICIOS EN LA HOSTELERÍA.
Y con 10 años, tras unos meses en el almacén de Pedregal, sus inicios en la hostelería: en el Hostal de Doña Irene --el Hostal San Nicolás-- (ver nótula núm. 1.933 en GdP) en la calle San Bartolomé; fue compañero suyo Manolo de la Flor ‘Cositagüena’ e iba a comprar tabaco al Bar La Concha, dado que tenían una importante clientela americana. Tras un año, pasó a trabajar en el Bar Los Tres Reyes, en el número 13 de la calle Nevería, con José Sánchez ‘el Nene’ (ver nótula núm. 1.023 en GdP).

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De izquierda a derecha, 'el Rubio', Julio Romero 'el Cordobés' y Álvaro Valiente. Bar Liba.

APRENDIENDO A LEER CON DIARIO DE CÁDIZ.
Luego, pasado algo mas de otro año, su siguiente aprendizaje fue en al Bar Liba, frente al muelle del Vapor, con Eloy López Vergara, que le enseñó a leer y escribir --le corregía y animaba-- con el Diario de Cádiz y la prensa deportiva. La siguiente etapa fue en el Bar La Ponderosa, propiedad antes que de José Basteiro, de los jiennenses Vicente y Alejandra, donde permaneció por espacio de dos años, marchando al servicio militar obligatorio que hizo en la Marina, primero en Cartagena (Murcia) y luego en la Base Naval de Rota, donde ejerció de camarero en el Bar hispano americano del Club ‘Hay Motivo’. Y por las tardes, --podía dormir en casa-- trabajaba con José Basteiro Pereira (ver nótula núm. 467 en GdP) en la Cervecería Cruz Blanca, hoy Cervecería de El Puerto.

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De izquierda a derecha, Paquito, Vicente el jiennense propietario del Bar La Ponderosa, Álvaro, Esteban y Manuel Caraballo. Bar La Ponderosa. 1969.

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Álvaro y Manuel Caraballo Pacheco, en la cervecería La Guachi, en 1975.

EN ROMERIJO.
En 1974 al licenciarse de las milicias, se incorporó a la Cervecería ‘La Guachi’, propiedad de Pepe Romero Zarazaga (ver nótula núm. 013 en GdP) cuyo responsable en aquel entonces era Baldomero Rodríguez Sánchez (ver nótula núm. 2.045 en GdP), retrasando éste la inauguración del establecimiento hasta que nuestro protagonista finalizara en el ejército de la Marina Española, siendo sus compañeros en aquella época Leoncio y Manolo Leveque como cocineros, Manuel Caraballo Pacheco, Manolo Laínez entre otros...

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De izquierda a derecha, Antonio Valiente, Isidoro, Álvaro Valiente y Pepito, el cocinero en 1979.

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De izquierda a derecha, Antonio y Álvaro Valiente Cuevas, en el Bar Transporte.

BAR TRANSPORTE.
Su periodo mas largo en la hostelería los cumplirá en el Bar Transporte, donde permaneció por espacio de 24 años. En 1978 empieza a trabajar en el establecimiento propiedad del transportista Lorenzo Cauqui Badallo, que pasará a propiedad de nuestro protagonista al poco tiempo. Aquello era algo así como un  centro logístico de transporte del que carecía El Puerto en aquellas fechas y Álvaro una especie de Cosario sobrevenido. Allí se podía contactar y hacer encargos para cualquier sitio de España, mientras muchas horas detrás de la barra iban fortaleciendo el negocio. Allí tuvo de cocinera a Jeroma Oreni, cuñada del ex alcalde Antonio Álvarez Herrera  (ver nótula núm. 362 en GdP).

callejonsandiegoBODEGA DE CARMEN CUVILLO.
Álvaro creció expandiendo el negocio con un espacio para celebraciones numerosas, propiedad de Carmen Cuvillo, en la la confluencia calle San Bartolomé, 61 y el desconocido  Callejón de San Diego, un callejón sin salida, oculto por una portada bodeguera, situado hacia el centro del tramo de la calle San Bartolomé comprendido entre la calle de los Moros y la calle Valdés. (ver nótula núm. 893 en GdP). El cocinero era Jesús Ramírez. En esta etapa deja el Bar Transporte y se dedica a la bodega, hasta que, --por mor de las obras que PRASA iba a realizar destruyendo el complejo bodeguero de Campo de Guía (ver nótula núm. xxx en GdP) y que por la oposición ciudadana no vio la luz-- acaba finalizando su contrato con los propietarios del espacio que había sido bodega de vinos.

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En la Venta Simeón, en la celebración de las Bodas de Oro de la boda de Pepe Simeón: de izquierda a derecha, Rafael Daza y esposa, Almudena Valiente hija de nuestro protagonista, Pepe Simeón y María del Carmen, Álvaro, Olga, Carmen y desconocido.

VENTA EL RUBIO.
Durante unos meses llevará, en el Camino Viejo de Rota la restauración de la Venta Simeón (también en su día ayudó a Juan Luis Arévalo en el restaurante La Choza) hasta que es vendida por la propiedad y Álvaro recupera un espacio que tuvo durante algún tiempo: la Venta El Rubio, en la carretera de Sanlúcar, donde permanece desde hace 11 años.

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De izquierda a derecha, el equipo familiar de la Venta El Rubio, su hija Almudena Valiente Daza, Álvaro, en la cocina su sobrina Anabel Daza Perdiguero y su hija Beatriz Valiente Daza y su yerno Ramón. Todo amabilidad, además de buenos y mejor cocinados alimentos.

Es un negocio familiar, atendido por miembros de la misma familia y dirigidos tras 52 años de experiencia, por Álvaro. En las redes sociales: Tridavisors, Foursquare o en Cosas de Comé solo se pueden leer buenos comentarios de esta apuesta gastronómica de Álvaro, y que tiene una devota clientela que repite con asiduidad para conocer la tradición y las nuevas propuestas que ofrece a sus clientes desde que empezara a regentar el mítico Bar Transporte, hace más de 30 años.

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Siempre sorprenden con sus creaciones culinarias, pero es de obligado cumplimiento probar la ensaladilla de pulpo, un plato que triunfa.

Entre sus amistades se encuentran, entre otros: Minervino Cortina, Miguel Mateo, Patino de Venta la Vega, Paco Rodríguez ‘el Escayola’, Andrés, otro escayolista que se fue a Brasil, ...

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Álvaro está casado con Leni Daza Peña, en la imagen.

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virginiahernandezlopez__puertosantamariaVirginia Hernández López nació en El Puerto de Santa María en 1889 falleciendo en 1962. Mujer extrovertida, alegre y emprendedora fue pianista y profesora de música en la Academia de Bellas Artes ‘Santa Cecilia’. Tiene una calle dedicada a su memoria en la barriada de Durango.

1889.

El 20 de mayo de dicho año, el alcalde de la Ciudad solicita a la Real Academia de la Historia que sea declarado Monumento Nacional la iglesia del Castillo de San Marcos, propuesta apoyada por la Comisión de Monumentos de Cádiz. El 22 de julio de 1889 hubo una espectacular bronca en la corrida celebrada en la Plaza de Toros, con Mazzantini y Lagartijo.

En 1889 se recibía en el Ayuntamiento escrito fechado el 25 de septiembre en el que la Superiora de la Provincia de Castilla de las Hermanas Carmelitas, comunicaba su intención de instalarse en El Puerto. Aquel año eran maestros en El Puerto ese año, entre otros, Milagros Gago, auxiliar en N.S. del Carmen; Josefa Blandino Roso, en N.S. de los Ángeles; Eduardo y Francisco Palou, auxiliares en S. Joaquín; Gumersinda y Antonia García Guillotto, maestra y auxiliar en Guadalupe y Eduardo Veneroni Arcos, ayudante en S. Cayetano/S. Agustín.

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José Zarco Moreno y Virginia Hernández López, a finales de los años 20 del siglo pasado

Doña Virginia, como era conocida, estuvo casada con el ubriqueño José Zarco Moreno, comerciante de tejidos nacido en el seno de una familia de curtidores de cuero, que llegó a trabajar como administrativo de unas bodegas de El Puerto, viviendo en el número 43 de la calle Palacios. Tuvieron tres hijos:  Ramón (1908-1986) músico y contable de bodegas; Matilde (1916-1979) maestra de escuela que solo ejerció con sus hijos y Manuel, afinador de pianos y del órgano de la Catedral de Sevilla y controlador aéreo.

Sus hermana mayor, Asunción, regentó durante muchos años una confitería en Jerez de la Frontera y su otra hermana, Carmen, fue ama de llaves de los Condes de Osborne. Merche Macaria, la eurovisiva portuense que acompañó a Masiel en 1969 con el Trío La la la, fue alumna de nuestra protagonista.

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Doña Virginia, en el centro de la imagen sentada con una niña con abrigo en brazos y un grupo de alumnas en el patio del Convento de Santo Domingo, entonces sede de Bellas Artes. Detrás de la profesora vemos a Merche Macaria. 22 de noviembre de 1953, festividad de Santa Ceclia. /Foto: Colección Vicente González Lechuga.

Todavía recuerda un ex alumno, que prefiere permanecere en el anonimato, a Doña Virginia “Los ánimos que le infundía a Repeto, miembro de la Junta Directiva de Bellas Artes, llegada la Navidad la inolvidable profesora de canto, Doña Virginia Hernández López, que por cierto me expulsó de la clase de canto por la ruptura de una cristalera. Corría el año de 1960, cuando apenas tenía 9 años de edad, así que el enfado duró poco a Doña Virginia ya que días después de la travesura, al no poder contar con su nieto Ramón Zarco, me mando a hacerle unas compras a la Frutería de Agustín Vela Mariscal”.

jorgemanriqueplaza_puertosanamariaLa Pizzería Pasta Gansa ha vuelto a abrir en El Puerto después de que el establecimiento haya estado cerrado desde marzo de 2013. El establecimiento, que en su última etapa funcionó como restaurante de cocina mediterránea vuelve a sus orígenes como pizzería, faceta en la que consiguió bastante fama. /En la imagen de la izquierda, Jorge Manrique Plaza. Foto: Benjamín Colsa.

El nuevo establecimiento está bajo la dirección de Jorge Manrique Plaza, quien fundó el restaurante en 1991. El local mantiene su famoso patio con un cierto toque romántico y dos salones interiores que mantienen una decoración basada en  maderas de color claro, que le dan luminosidad, que han recibido como una especie de cañón de luz gracias a una nueva decoración que permite a esta entrar desde el exterior y que da una gran luminosidad a sus comedores con capacidada para 140 personas. En lo gastronómico ofrecen varios platos de pasta fresca con las salsas más tradicionales de la cocina italiana, algún carpaccio, ensaladas y, sobre todo, una amplia colección de pizzas, cuya masa elaboran ellos mismos.

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La imagen que ofrece el restaurante, tras la restauración de 2010, obra del arquitecto italo-suizo, afincado en Cádiz Marcello Maugeri, en estrecha colaboración con Jorge Manrique.

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Un toque romántico en el jardín del restaurante.

Hay algunas propuestas originales como una de berenjenas y humus, una pasta basada en los garbanzos u otra con crema de quesos, morcilla de Burgos, queso de cabra y compota de manzana. Llama la atención también la “Scamorza” que lleva tomate seco, butifarra, tapenade (una crema basada en las aceitunas) y el producto que da nombre al plato, la Scamorza, un queso fresco italiano. La lista de pizzas gourmet incluye otra propuesta poco vista con bacalao, pimientos del piquillo y crema de quesos.

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Pizza vegetal con berenjena y hummus.

Mantienen también uno de los productos de éxito de la firma  una original pizza fondue, un plato en el que la masa de la pizza se presenta en unas tiras que se mojan en una especie de fondue realizada con queso, cebolla y bacon frito y la aportación local, un chorrito de Vino Fino de El Puerto. /Texto: Pepe Monforte.

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Adrián Morillo. /Foto: Vanessa di Gregori.

La formación principal de Adrián Morillo González (El Puerto de Santa María, 1986), ha sido en Comunicación Audiovisual, en las Universidades Juan Carlos I y en la Complutense, ambas de Madrid. Se especializó en Cine y sobre todo en Cine Documental. Durante los años que estuvo estudiando hizo algunos cortometrajes documentales con algunos amigos, donde hacía de cámara, editaba… Estaba muy centrado en el Vídeo y el Cine, donde llegó a trabajar en alguna película comercial: Miel de Naranjas (2012),  Libertador (2013).

La fotografía no le interesaba especialmente, llegó a ella por accidente. Fue viendo el blog Gente y Habitantes de El Puerto, cuando dio con una imagen de Francisco Rodríguez Mateo, 'El Pajarito' (nótula 365 en Gente del Puerto), que le impactó bastante y gracias a la cual empezó a trabajar la fotografía.

elpajarito---puertosantamaria“--La mirada del torero, los compañeros que tenía, la bandera franquista de fondo… Tenía un punto cómico-trágico-esperpéntico que me dejó como poco sorprendido. Sobre todo teniendo en cuenta que la fotografía solo tenía 3 o 4 años. Estuve varios días pensando en esta fotografía hasta que decidí que sería una buena idea hacer un trabajo documental acerca del torero y sus compañeros. No sabía realmente casi nada de él pero estaba seguro que la aventura merecería la pena”. Tomó esta decisión a comienzos de verano de 2011.

Por diversas razones, el grupo con el que desarrollaba documentales se disolvió, por lo que se vió en una situación difícil para desarrollar él solo un documental. Pensó entonces que tal vez no sería mala idea realizarlo mediante fotografías. “--Aunque tenía experiencia como cámara, en lo que realmente me había especializado era en edición de vídeo, por lo que el proyecto se me planteaba como un reto”. Decidió comprar entonces una cámara analógica (Nikon FM2), hacerse con un objetivo 50mm y un buen número de carretes. “--Ya que me planteaba un nuevo reto, quería tener límites en el número de disparos del carrete para obligarme a pensar qué era lo que quería captar, no estar probando sin tener claro qué quería, algo a lo que invitan a veces las cámaras digitales”.

En aquel entonces Adrián vivía en Madrid. Ya con el equipo se plantó en su ciudad natal: El Puerto de Santa María, conoció al torero de la fotografía, apodado “El Pajarito”, así como a otras figuras de la zona. “--Fui con ellos a ver distintas corridas de toros, salimos de fiesta… Me sumergí de lleno en el ambiente taurino, un mundo que hasta entonces me era completamente desconocido”.

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El Bimbo, portada de la Exposición 'Toreros de Provincias. Ritos y Nostalgias'.

Y prosigue: “--Al final del verano volví a Madrid con muchos carretes. Los revelé, empecé a ver todos los fallos que había cometido y a darme cuenta lo difícil que es crear una serie fotográfica que tenga cierta coherencia. Con todo, muchos meses después, finalicé el trabajo Toreros de provincias, Rito y Nostalgia (nótula 2o11 en Gente del Puerto), proyecto final de un Master en Arte, Creación e Investigación que estaba realizando en la Universidad Complutense. Ese trabajo me permitió conseguir una beca para estudiar en la escuela de fotografía MadPhoto”.

La experiencia vivida con los toreros, tanto realizando las fotografías como después dándoles forma, le enseñó mucho sobre fotografía. Descubrió que era un medio que daba mucha más libertad que el Cine, que hacía más sencilla la conexión con quienes trabajaba y, sobre todo, “--Que podía transmitir de una forma que hasta entonces desconocía ciertos sentimientos y sensaciones. Por lo tanto decidí seguir trabajando con la fotografía”. Luego vendría el Flamenco con Jondo, pero esa es otra historia. /Texto: Juanjo Villalba.

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La perla 'Peregrina' que no se llama así por sus cambios de propietarios sino porque, en siglos anteriores, el adjetivo «peregrino» significaba «raro, caprichoso, especial». Esta perla fue también llamada «la Sola», «la Margarita»...

Si mencionamos a 'Pedro de El Puerto' enseguida se nos viene a la memoria Pedro Rico, el veterano comparsista que ha dirigido con tanto arte y acierto hasta hace bien poco la agrupación carnavalesca de la 'Peña Los Majara'; pero el 'Pedro del Puerto' al que me refiero, existió hace más de quinientos años. La vecindad en nuestra ciudad varios lustros antes del Descubrimiento de este personaje así llamado está debidamente contrastada y es citado como tal por cronistas antiguos, vinculado a la figura del marino portuense Charles de Valera, marino y aventurero como él, capitaneando una carabela que debía participar en la expedición a Guinea organizada por la Corona en 1476, al mando de Valera. Hizo una primera singladura hasta la isla de Santo Tomé y desde allí, retornó a Sanlúcar, de donde había salido, desistiendo de continuar, lo que se interpretó como una deserción que originó perjuicios a la Corona que confiscó todos sus bienes para resarcirse.

SU HIJO PEDRO.
Al parecer, un hijo suyo, de igual nombre, dedicado al comercio, cuya vecindad en esta ciudad no puedo avalar, se instaló  en Tenerife, siendo citado entre los “sujetos más conocidos” que formaron parte de la segunda expedición a aquellas islas, comandada por Alonso de Lugo. Desde allí pasó al Darién centroamericano, la provincia de Castilla del Oro, en donde empezaron a asentarse colonos españoles en la primera década del siglo XVI. Frente a la costa de la actual Panamá,  en el océano Pacífico, está la isla llamada por los nativos “Terarequi” y por los cristianos “Isla de las Perlas” y también “Isla de las Flores”.

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El archipiélago de Las Perlas, en Panamá.

LA PERLA ‘PEREGRINA’.
El cacique de paz de aquel territorio entregó al capitán Gaspar de Morales, en el año 1515, como vasallaje, gran cantidad de perlas, entre las que figuraba una, de las denominadas “perla pera”, tasada en 31 quilates, es decir de un peso de casi siete gramos (6,882 g.) “de muy lindo color y muy oriental”, junto con 4000 pesos de oro. De este botín, correspondía un quinto a la Corona y para poder satisfacerlo y repartir con la tropa mercenaria que controlaba aquellos parajes para los españoles, subastaron públicamente este hermoso ejemplar que cumple ahora medio milenio y que fue bautizada con el nombre de “Peregrina” no por los personajes de distintos países que la poseyeron en todo este tiempo y el trasiego que sufrió, sino por la acepción de esta palabra en aquellos años que definía su rareza y la condición especial de sus capas de hermoso nácar, comparada con millares de ejemplares de igual procedencia.

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Ilustración moderna a lápiz de Greta Hammond, sobre intercambios ocurridos entre indígenas en Las Perlas y españoles.

En la puja, Pedro del Puerto, subió por encima de todos sus oponentes, siéndole adjudicada con un remate de mil doscientos castellanos, una cantidad realmente exorbitada en aquellas fechas, convirtiéndose en el primer propietario de esta gema que está considerada una de las más valiosas y legendarias de la historia. Existen otras versiones de su origen diferentes a la aquí expuesta. Nosotros nos basamos en el testimonio de un reconocido cronista e historiador y, prácticamente, casi contemporáneo de este hecho, el eclesiástico Francisco López de Gomara, que lo cita en su “Historia General de las Indias”.

CAMBIO DE MANOS.
Cuando se calmó de la excitación de la puja, en frío, Pedro del Puerto llegó a la conclusión de que había pagado demasiado, descapitalizándose para poder continuar con en el comercio que ejercía y arrepintiéndose “no hacía sino suspirar y se tornó cuasi loco”. El gobernador Pedrarias Dávila para evitar el deterioro del naciente comercio en esta novísima colonia y, posiblemente, por considerarla una buena inversión a largo plazo, se la compró por el mismo precio y se la obsequió a su esposa Doña Isabel de Bobadilla quien la tuvo en su poder dieciséis años.

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Isabel I de Portugal, mujer de Carlos I de España y V de Alemania, luciendo 'la Peregrina' en el pecherín  de su vestido.

CARLOS I E ISABEL DE PORTUGAL.
Ésta a su vez la vendió por dos mil pesos, junto con otra perla de muchos quilates que también poseía, a la emperatriz Isabel de Portugal, que esa fecha celebraba el primer lustro de casada con Carlos I de España y V de Alemania que, posiblemente lo engarzó junto con un diamante denominado “El Estanque” en un broche o joyel que lucirán diversas reinas y primeras damas de la corte europea.

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Felipe III en un retrato ecuestre pintado por Velázquez, luce en el sombrero 'la Peregrina'

FELIPE III Y LA REALEZA.
A partir de aquí, heredada por su hijo Felipe II, la “Perla Peregrina” forma parte de las joyas de la Corona de España que se transmitían de padres a hijos. La lucieron Felipe III y su mujer, Margarita de Austria, Isabel de Borbón, María Luisa de Parma… y hasta Julia Clary, la esposa de José Bonaparte, que se la llevó consigo y la dejó en su testamento a Napoleón III.

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El collar con 'la Peregrina' y Elizabeth Taylor luciéndola en el escote.

LIZ TAYLOR.
Este último la vendió en 1848 al marqués de Abercorn y así llegamos en esta apresurada historia de esta gema, a la que se refirieron Cervantes o López de Vega, que pintaron Ticiano y Velázquez al año 1969, fecha en la que fue subastada en Nueva York y adquirida por un testaferro de Richard Burton en 37.000 dólares para regalarla a Liz Taylor que la lució por primera vez en la película “Ana de los mil días”. Cuando falleció, ésta y toda la amplia colección de joyas de la actriz fueron subastadas para fines benéficos, siguiendo las instrucciones de su testamentaría, alcanzando en esa fecha, 13 de diciembre de 2011 la espectacular cifra de nueve millones de dólares. /Texto: Antonio Gutiérrez Ruiz. - A.C. PUERTOGUÍA

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El Diccionario Enciclopédico ilustrado del Flamenco dice literalmente: Roberto Ceballos. Este era el nombre artístico de Roberto Rodríguez Sánchez (El Puerto de Santa Maria, 22 de Febrero 1951 - 11 de Abril 2005). Guitarrista no profesional, sus actuaciones tuvieron lugar en peñas, festivales y reuniones con aficionados cabales de este género de la provincia de Cadiz.

Todos sentimos mucho su marcha con los que callan y no vuelven. A Robertito como le llamábamos sus amistades, amigos y socios de la Tertulia Flamenca ‘Tomás El Nitri’, lo queríamos porque demostró ser muy buena gente y amigo de sus amigos. En 1981 la Tertulia Flamenca , le impuso la insignia de oro por su labor en esta entidad. En muchas ocasiones colaboró acompañando con su guitarra a cantaores y participó en algún festival más que otro en dicha peña. Era todo un bohemio, comparsista, guitarrista y enamorado del flamenco hasta las trancas, su guitarra, tenía el compás y el aroma de la marisma gaditana, cuando suspira el levante en calma.

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El padre de nuestro protagonista, con Manolo Gutiérrez ‘el Cochino’, con nótula múm. 284 en GdP, al que le unía una gran amistad.

EL PATRIARCA RODRÍGUEZ CEBALLOS.

Este hombre perteneció  a una familia muy conocida del El Puerto, su padre fue el fundador en 1946, del Bar Casa Paco Ceballos, nombre de Francisco Rodríguez Ceballos, (ver nótula núm. 1.113 en GdP). Su madre, Balbina Sánchez Rosso, nació en 1912, --el año en el que se hundía el buque de pasajeros ‘Titanic’--, con quien tuvo cinco hijos:  Milagros, Francisco, Baldomero, Robertito e Ignacio.

En Bar Casa Paco Ceballos se comen las mejores frituras rebozadas de merluza, conocidas por el nombre de pavías,  de la provincia de Cádiz. Su hermano Baldomero, (ver nótula num. 408 en GdP) llevó a esta tienda a cotas muy altas, hoy en día lo regentan Ignacio, hijos y sobrinos.  Tienen otro establecimiento en la Plaza de las Galeras Reales, conocido como Bar Liba, lo dirigía su hermano Paco, hoy en día lo llevan hijos y sobrinos.

Roberto, vivía en calle Ribera del Río, 54, con sus padres,  casa situada  junto a los portales de la Plaza de la Herrería, muy amplia de tres plantas y en la zona baja tenía una bodeguita con seis botas de unos excelentes vinos; fino, amontillado, moscatel y un estupendo oloroso. En esta bodeguita hemos echado sus amigos íntimos muy buenos ratos con él y  con Paco su padre. Es una familia encantadora.

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De izquierda a derecha, arriba, José María Barrigá (propietario que fue de la Academia San Cristóbal), Joselito Escribano, Carrasco policía municipal, cantando Robertito Rodríguez. Debajo, Juan Lara, Guillermo Aguilar, Manuel Ceballos Arniz ‘El Fontanero’ y a la sonanta, Antonio Núñez Buhigas. La imagen, en la Tertulia Flamenca 'Tomás El Nitri', 

ANÉCDOTAS.

Existen muchas anécdotas que podría contar de este portuense. Se me viene una a la memoria: en un bar de Chiclana, cuando fuimos a pagar no teníamos el dinero suficiente para abonar la consumición. Roberto se dirigió al dueño del restaurante  muy serio y le dijo: “--Mire usted, yo me quedo en prenda mientras mi amigo Antonio Cristo, marcha a El Puerto para traer el dinero que nos falta, de lo que hemos comido y bebido”. El dueño del establecimiento lo miró sorprendido y no he visto una persona reírse más en mi vida. En esta ciudad dejamos a un amigo que visitábamos en muchas ocasiones. Este suceso ocurrió porque  le echamos  más dinero del que debíamos,  a una maquinita de estas que le llaman de traga perras, a las que yo quitaría del mercado por el bien de muchas personas que se enganchan a este juego, con el trastorno para sus familias.

CON JOSÉ ‘EL NEGRO’.

Le recuerdo en una noche de juerga con José de los Reyes Santos “El Negro”, Roberto Ceballos, Miguel Pastor de los Santos “El Gitano de Bronce”, (Rota, 1943), y mi amigo entrañable, Juan  de los Santos Pastor “El Gordo Agujeta”, (Jerez, 1936, Rota, 2006), gitano de los que llamamos en el argot flamenco de dulce. En su tumba hay un epitafio que dice: ‘Juan de los Santos Pastor, El Gordo Agujeta, Cantaor flamenco, hijo de Agujeta El Viejo’. Cuando terminamos la fiesta, se dirigió José “El Negro” a Roberto: “--Ruperto, picha mía llevas dos meses sin pagarme el butano”,  le contesta Roberto “--Y tu llevas dos meses que te empresté dos mil quinientas pesetas y todavía no me la has pagado”, a lo que le responde José El Negro: “--Perdona Ruperto, picha mía, no te he dicho ná”. El caso es que Roberto, le pagaba a José el Negro la luz y el butano que consumía durante el mes, eran muy amigos y se profesaban un gran cariño.

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Sentados, de izquierda a derecha, el ex alcalde Rafael Gómez Ojeda, el pintor Juan Lara, 'el Fontanero, y de pié, Joselito Escribano, Bejarano, José María Barrigá y Robertito.

CON JUAN LARA.

Hay una anécdota con Juan Lara Izquierdo, (ver nótula núm. 1.328 en GdP) el pintor de la luz. Nos encontrábamos un grupo de amigos, en la Casa Grande de Vista Hermosa, tomando unas copa y se dirigió Roberto a Juan Lara: “--Si yo tuviese en estos momentos dinero me gustaría que tú me pintaras”,  le respondió Juan Lara, “--A los seres como tú, me es imposible plasmarlos y  te puedo jurar que no te miento Roberto”.  Aquí  comprobaréis la calidad de persona de este pequeño gran hombre y tengo testigos que lo pueden verificar.

robertoceballos_guitarra_puertosantamariaAMIGOS FLAMENCOS.

Tenía grandes amigos relacionados con el flamenco, como fueron: Juan Lara el pintor de la luz, José El Negro, José Cortés Jiménez “Pansequito” (ver nótula núm. 131 en GdP), José Cortés Pansequito hijo,  apodado “El Pocholo”,  guitarrista que fue compadre de Roberto, padrino de su hija, con  la hija de la Faraona, Lolita Flores de madrina, Julio Flores, Ramón Nuñez ‘Orillo del Puerto’, (ver nótula núm. 518 en GdP), Alonso Nuñez Nuñez, ‘Rancapino’ (ver nótula núm. 2.139 en GdP), Eduardo Muñoz, Miguel Marroquín (ver nótula núm. 220 en GdP), Luis Gatica Rivas (ver nótula núm. 112 en GdP), Pedro el de los Majaras y todos sus componentes, José Luis Arniz, Antonio Núñez, Guillermo Aguilar,  Joaquín Albert (ver nótula núm. 499 en GdP), Manuel Ríos Ruiz, Antonio Villar, Alonso “El Cepillo”, Pepe el Barbero, de la calle Cielo, etc.,   y me dejo muchos amigos y grandes artistas en el tintero.

EN MADRID.

En el año 1988, marchó a Madrid con José Cortes “Pansequito” y con Alonso Núñez “Rancapino”. Estuvieron en la capital de España durante varios días y aquí conocieron a muchos artistas del flamenco. Como curiosidad  Antonio González,  “El Pescadilla”, el marido de Lola Flores, me comentó de Roberto lo siguiente: “--He conocido a tú amigo, es una persona estupenda y tiene un corazón de oro”. En honor a la verdad Antonio González fue un buen artista y, sobre todo,  mejor ser humano al que tuve el placer de conocer y tratar en muchas ocasiones.

Tengo muchos y grandes recuerdos de Roberto, sobre todo uno de los que no se me olvida. Yo solía llamarlo por teléfono varias veces por semana y durante cinco o seis días no le pude llamar por  que estaba en Vitoria en un tema de mi trabajo, me llamo una noche y me dijo: “--¿Antonio, te has olvidado de tu amigo Roberto?,  le conteste: “--Roberto, cuantas copas te has tomado”, me contestó, “--Perdona Antonio, varias”...

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De la calidad de personas con estas dotes debían de tomar ejemplo los políticos. Yo creo que a los políticos habría que hacerle unos test de personalidad, porque nos están fallando en cuanto al trato con el pueblo y como personas con sentimientos y honradez, y no lo digo por todos, porque los hay correctos y buenas personas.

DICCIONARIO ENCICLOPÉDICO FLAMENCO.

Yo le inscribí en el Diccionario Enciclopédico del Flamenco junto a los grandes artistas de este magisterio. Le recuerdo una noche acompañando al cantaor gaditano Joaquín Alegrías, noche que fue apoteósica. Su guitarra sonaba y olía a Cádiz, en su totalidad. Era partidario de todo lo que fuera el flamenco gitano, tanto el baile como el cante y  las letras  perteneciendo a esta raza. Por cierto yo le escribí al  Gordo Agujeta, una toná  a la que Roberto dio su aprobación y le gustó mucho, que dice así:

A los gitanos que lloraban
la manta que cubría sus cuerpos
los guardias se la quitaban 
y en el frío y desnudo suelo
los gitanos se acostaban

Se dedicó algún tiempo a la enseñanza de la guitarra, pero como buen bohemio  se aburría, sus alumnos decían de él que las clases que impartía eran muy amenas y alegres y se lo pasaban muy bien y nunca imponía un orden.

Sentí mucho su marcha y tuve la mala suerte que me cogió en La Coruña, trabajando y no me pude despedir del él como a mí me hubiese gustado. Como hombre bueno, del uno al diez, le daría un diez. No se nos  pueden olvidar las personas que pasaron por este valle de penas  y  alegrías dejando huella de su talento y demostrando su calidad humana. Este fue mi amigo Robertito. Si hay cielo, seguro, seguro que estarás en él. /Texto: Antonio Cristo Ruiz

pepefernandez_pregon_puertosantamariaEl empresario hostelero José Fernández Sánchez (ver nótula num. 122 en GdP) fue el encargado de anunciar la X edición de la Feria Gastronómica de la Bahía, en cuyo pregón celebrado el pasado martes 16 de septiembre en el Centro de Congresos de San Fernando,  ensalzó las virtudes gastronómicas de la tapa ofreciendo una hermosa y trabajada alocución que sorprendió a los presentes en la que cantó a una Bahía unida por la cocina desde la llegada de los fenicios “hace 3.000 años mas o menos” lo que le sirvió de hilo conductor y aplaudió "la capacidad de La Isla para reinventarse de nuevo y convertirse en un referente gastronómico". El pregonero habló con cariño y profesionalidad de la tapa, a la que llamó "la reina de la cocina", aderezó su texto con hermosos recuerdos familiares y anécdotas del negocio y alentó a los ciudadanos a convertirse "en piezas fundamentales de un proyecto común" al referirse a las posibilidades turísticas y económicas que implica la hostelería. Esta fue su intervención:

«Supe de ti,  
frente a la mar de Cádiz, --¿acaso en la Isla?--
en las mismas arenas y al pie del mismo río 
adonde tú, tal vez patrono y marinero
de las naves de Ulises, llegaste una mañana.» 

Menesteo. Fundador y Adivino.
Así iniciaba mi paisano, Rafael Alberti, su poemario Ora Marítima.

Excelentísimo señor alcalde y presidente de la Diputación Provincial, autoridades civiles y militares, presidente de Acosafe, amigas y amigos todos, queridos pueblo de San Fernando y de la Bahía de Cádiz:

Quiero mostrar mi agradecimiento, a las personas que han confiado en este ciudadano de la Bahía que les habla, para pronunciar este pregón.

Pero permítanme recordar a nuestro querido amigo Pepe Oneto, pregonero el pasado año, quien haciendo uso del dicho popular, afirmaba que “--No se es de donde se nace, sino de donde se pace”. Digo esto, porque mi padre, que nos estará viendo desde su balcón del Cielo, era un andaluz de la parte norte o sea de Pontevedra, concretamente de Tuy, que se vino de jovencito a esta bendita tierra, en busca de una oportunidad. Y aquí, lo recibieron como siempre, con los brazos abiertos. Nunca he visto a un gallego mas gaditano ni mas enamorado de este rincón. Y, por la otra parte,  la familia de mi madre era de Málaga. Luego está claro que yo soy un gallego de Málaga nacido en Cádiz, que es lo normal

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Pepe Fernández, durante un momento de su intervención en el Centro de Congresos de San Fernando.

La feliz circunstancia que nos une y nos reúne hoy aquí, “La Feria Gastronomica de la Bahía”,  expresa de forma clara, cual es nuestra vocación y nuestro futuro. Nos unen 3000 años de historia, poco mas o menos; nos unen el Atlántico aunque nuestra cultura sea mediterránea; nos unen mas de 3000 horas de sol al año con uno de los ocasos mas espectaculares del mundo; las salinas, históricamente fuente de riqueza y los esteros; los vientos de Levante y de Poniente –“Somos los mismos que el viento, nos tiró en las mismas olas” prosigue Alberti--, los pinares y las playas, el pescaíto frito, los vinos, el arte de saber vivir y la calidad de vida y hasta las piedras del puente Zuazo. También nos recuerda el poeta:

«Creímos en las sirenas
que cantan entre las olas. 
Sus cantos nada nos dieron, 
ni ayer ni ahora».

Pero sobre todo nos une la gastronomía, una gastronomía que no es competencia sino que nos complementa, pudiendo comenzar en Rota, con un plato de arranque o una urta a la roteña con la recuperada Tintilla, que aunque no está en la Bahía, la tenemos muy cerquita; Sanlucar de Barrameda, con unos langostinos o una raya al pan frito, regado a su vez con una copa de Manzanilla en rama. Y aunque ahora no la bañan las aguas de la Bahía, pero lo hicieron hasta finales del siglo XIX con las playas de San Telmo, Jerez, saboreando una copa de Vino Oloroso, con una berza gitana. O beber una copa de Vino Fino en El Puerto, con un caldillo de perro y unos fideos con langostinos. O unos muergos en Puerto Real. O unos chicharrones y unos garbanzos con chocos, con una copa de vino de Chiclana, fino o moscatel y seguir para San Fernando, a tomar las inigualables tortillitas de camarones, o el bienmesabe, o unas bocas de la isla, o una sopa de ostiones, o unas caballas asadas con piriñaca, o papas a la puercachona, o un cocido de calabaza y habichuelas verdes, o simplemente unas cañaíllas, para terminar en la capital, tomando unas caballas con babetas y de postre pan de Cádiz. Y de brandies  centenarios, licores de diseño, y cervezas artesanas, y destilados multipremiados, …

Porque si nos remontamos al pasado, solamente 3000 años, aproximadamente. ¿Se imaginan ustedes a esos fenicios entrando con sus barcos por la Bahía, con este sol, con ese viento de levante,  --que ese día  soplaba flojito-- y divisan la entonces islas de Cádiz y siguen avanzando y se encuentran la Isla de León, y en la medida que se acercan a sus costas, van percibiendo un aroma desconocido para ellos, hasta descubrir que se trataba de bienmesabe en sobrehúsa. Posiblemente, ese fue el principio de la tapa.

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Fernández, recibiendo un obsequio de manos del alcalde de San Fernando, José Loaiza, en presencia del presidente de ACOSAFE, Manuel Luna.

Esos fenicios que continúan subiendo y se encuentran con Puerto Real cuyos aguas se confunden con las de San Fernando, llegan a El Puerto de Santa María, donde hoy está el yacimiento arqueológico de Doña Blanca y comprueban que pueden navegar hasta las puertas de Jerez, cuando la desembocadura del Guadalquivir y sus marismas era un gran lago... el Lago Lugustino, donde desovaban los hoy famosos langostinos de Sanlúcar. Y se quedan prendados  de la luz, de la belleza de sus mujeres, --mas adelante serían famosas las Niñas de Cádiz, las puellae gaditanae, y disculpen mi acento pero soy de Ciencias y no se me da muy bien el latín--.

Les sorprende nuestra generosidad y beben de la fuente de nuestra sabiduría y se quedan maravillados de nuestra espontaneidad y nuestra imaginación, esa que nos permite hacer un barco con cuatro tablas, o unas papas con carne, sin necesidad de echarle carne. Desde entonces hemos estado compartiendo, sabiduría y conocimientos, con todos aquellos pueblos que nos han visitado, desde romanos, árabes y franceses, hasta gallegos y montañeses. Eso nos ha llevado a ser una sociedad diversa, tolerante y con un sentido de la vida que es la envidia de casi todos. Por contra tendríamos un grave problema, para hacer  “8 apellidos andaluces” porque remitiéndonos a los mas recientes, a los franceses, tenemos el Apellido Poullet, de una entrañable familia de educadores y artistas portuenses, o los Joly, de los fundadores de Diario de Cádiz, y sin ir mas lejos, el señor alcalde, de apellido Loaiza es de origen francés y proviene del latín y significa si no estoy mal informado “preferido de Dios” y les puedo asegurar, que no estoy haciendo campaña.

...continúa leyendo "2.235. PEPE FERNÁNDEZ. Pregonero de la X Feria Gastronómica de la Bahía."

A principios de los 70, mi madre --Pepa-- trabajó de limpiadora en Viajes Marsans, en la agencia de El Puerto entre 1972 y 1977. En verano, me gustaba acompañarla. Mientras ella adecentaba la oficina, yo viajaba, con la imaginación y con el Capitán Tan, por todo lo largo y ancho de este mundo, de la mano de unas revistas gordísimas que expedían sueños a unos precios que estaban al alcance de cualquiera que no fuéramos nosotros.

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Parte del equipo del desaparecido Viajes Marsans de El Puerto, Aurora, Ángela y Joaquín, junto al entonces concejal de Turismo, Fernando Gago, al inicio de la presente década.

A veces, a la vez que bruñía el suelo o le sacaba brillo al cristal del escaparate, mi madre me hablaba de las dignidades del trabajo y de mi obligación inexcusable de estudiar para ser el día de mañana un hombre de provecho, pero yo andaba ya muy lejos de allí, celebrando un gol de Gárate en el Calderón, comprobando a pie de volcán que el Teide medía los 3.718 metros que decía mi libro de Sociales, o batiéndome en duelo contra un barco pirata a pocas millas de Mallorca.

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Manifestación en contra de la gestión del otrora presidente de Marsans y de la Patronal Empresarial de este país.

Algunas tardes, la fantasía también se iba de vacaciones, y mi avión, a poco de despegar, aterrizaba como podía en la mesa de la señorita Emilia, o en la de Don Joaquín, un señor que, a pesar de venir de una familia tan humilde como la nuestra, se había labrado un porvenir como escribiente.

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Un pirata, [ver nótula núm. 1.946 en Gente del Puerto] con el alma de palo y demasiadas cuentas pendientes, mucho más peligroso que aquéllos contra los que yo luchaba de niño mientras mi madre hacía de la necesidad virtud, ha mandado al paro, esa tierra hostil donde habita la angustia, a los 1.400 empleados de Marsans, una sociedad rentable hasta que comenzó el saqueo. Las navidades anteriores, ya consiguió que Air Comet no levantara nunca más el vuelo. /En la imagen de la izquierda, en junio de 2010, el concejal de Turismo, Fernando Gago visitaba a la plantilla de Viajes Marsans, solidarizándose con su situación.

viajeslucero_2_puertosantamaria/En la imagen de la izquierda, tomada en enero de 2011, el mismo local de Viajes Marsans albergaría un nuevo proyecto empresarial formado por los ex trabajadores de la agencia: Viajes Punto Lucero, aunque de efímera existencia.

Sostiene mi madre que igual que se dictan órdenes de alejamiento contra los maltratadores, también deberían prohibir acercarse a las empresas a aquéllos que maltratan a los trabajadores. Y dice también, mientras limpia cansada el cristal amarillo de la memoria, que le da mucha pena que haya cerrado la oficina de Marsans en El Puerto. /Texto: Pepe Mendoza.

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hipolitosancho_cuadro_puertosantamaria"Santas cosas son llamadas los muros et las puertas de las çibdades e villas".  Alfonso X ‘el Sabio’. Código de las Siete Partidas.

Se cumplen cincuenta años de la muerte del humanista e investigador portuense e Hijo predilecto de El Puerto de Santa María, Hipólito Sancho. Traemos a Gente del Puerto a dos historiadores con opiniones diferentes sobre el personaje.

‘IN MEMORIAM’.

El 17 de agosto de 1964 fallecía en su casa nº 26 de la calle Luna Hipólito Sancho, tal vez el estudioso de mayor relieve de nuestro pasado y del de la provincia de Cádiz. Para quienes desconozcan la labor de tan importante historiador, para rescatarle del injusto olvido o escaso reconocimiento quiero dedicar en la conmemoración del 50º aniversario de su muerte estas líneas a tan ilustre portuense, Hijo Predilecto de la Ciudad, entre otras muchas distinciones.

Hipólito Sancho Mayi Díez de Aux-Sopranis, nació y falleció en El Puerto de Santa María (1893-1964). Fue, principalmente, un gran humanista de amplios conocimientos (adquiridos mediante sus licenciaturas en Derecho, Filosofía e Historia en varias universidades) que sabría plasmar en sus trabajos históricos y artísticos, fruto de su infatigable labor de investigación en múltiples archivos.

Además de su faceta literaria e historiadora, reseñamos su labor docente en varios centros portuenses y jerezanos y algunos cargos en la gestión de varias instituciones municipales (secretario del Alcalde, Cronista Oficial, hermano mayor de la cofradía del Nazareno...). Buena parte de la fisonomía actual del castillo de San Marcos (con sus aciertos y errores en criterios de restauración) también se debe a él. Pero sobre todo debemos destacar sus más de 450 escritos reconocidos, desde 1913, fecha de su primera publicación conocida, hasta su muerte, además de los múltiples apuntes y anotaciones que no le dio tiempo a ampliar.

En su extensa obra sobresalen sus estudios acerca de los períodos medieval y moderno de las ciudades de Jerez y El Puerto con un rigor científico poco usual en aquella época. La mayoría de ellos fueron publicados en libros y artículos en revistas y periódicos firmados con seudónimos (Sancho de Sopranis el más frecuente). Si como portuenses tuviéramos que seleccionar alguno de sus muchos estudios, sin duda, el primero sería Historia del Puerto de Santa María. Desde su incorporación a los dominios cristianos en 1259 hasta el año mil ochocientos, publicado en 1943.

Resulta de gran interés el primer volumen de la colección Biblioteca de temas portuenses que Fernando Toscano de Puelles, bajo el título Bibliografía y recuerdo de Hipólito Sancho de Sopranis, publicó en 1993. En él se repasa desde su nacimiento y educación hasta su vocación científica, obra y atribuciones y su extenso repertorio bibliográfico (escritos impresos, póstumos, inéditos y probables). También es de obligada consulta la nótula 780 de la página web Gente del Puerto, en la que hace cuatro años se dedicó una semblanza a Hipólito Sancho. En ambas fuentes pueden ampliar información sobre su biografía y obra quienes estén interesados en aproximarse a la faceta de historiador de este insigne erudito portuense a quien tanto debe esta ciudad por hacernos partícipes de su esplendoroso pasado, al que muchos han criticado en múltiples ocasiones (por desfasado, errado o ya superado) y al que todos hemos terminado plagiando en más de una. Siga descansando en paz, 50 años después. /Texto: Francisco González Luque. Lcdo. en Historia del Arte.

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¿POR QUE, HIPÓLITO?

En los últimos días han aparecido en algunos medios artículos reivindicando la memoria de Hipólito Sancho de Sopranis. Quienes nos dedicamos a la historia de Jerez hemos de consultar con frecuencia algunas de sus numerosas publicaciones, en las que versó sobre la Edad Media o la escultura del XVI, por poner sólo algunos ejemplos.

En su defensa hay que decir que fue el primero que realizó una historia sistematizada de la arquitectura jerezana y que dio a conocer infinidad de noticias inéditas que localizó en los archivos. Sin embargo, no creo que don Hipólito merezca homenajes, ni que una vía urbana lleve su nombre, como han pedido algunos. Ciertamente para aquellos que se llaman investigadores y no han pisado en su vida un archivo, Sancho es Dios. Pero a poco que uno empiece a revisar legajos, se da cuenta de que el portuense no jugaba limpio.

Rey de la investigación local durante las décadas centrales del XX, en la que la mediocridad era la norma, Sancho jamás daba una referencia correcta de los documentos que citaba, para que nadie pudiese localizarlos y darse cuenta de que no dominaba la paleografía (aquella disciplina que nos permite interpretar la escritura de otras épocas) y que, por tanto, muchas de sus transcripciones son erróneas. Además, no dudaba en inventarse documentos, algo inadmisible y que deja en entredicho a cualquier historiador, por muchos libros que haya escrito y más renombre que tenga. Quizás la falta de otros autores rigurosos en su época le hizo pensar que sus vilezas jamás serían descubiertas. Sin embargo, la senda abierta allá por los 80 por autores como Esperanza de los Ríos y Fernando Aroca y continuada por otros muchos, ha sacado a la luz cadáveres que huelen bastante mal. Para que vean que no me invento nada, les pongo un caso práctico: el de la capilla bautismal de San Miguel, de la que Hipólito Sancho escribió una fantasía animada que nada tiene que ver con la realidad.

A la misma fase constructiva que el crucero de San Miguel, levantado en torno a 1525, corresponde la capilla bautismal, si nos atenemos a ciertos motivos estilísticos. Este baptisterio, según Hipólito Sancho es "un verdadero problema para el investigador". Realmente hasta el momento, él había sido el único que lo había estudiado en profundidad, relacionándolo con el cardenal Cisneros en una enrevesada argumentación histórico-artística. Entre las razones estéticas el historiador portuense señala la similitud de esta obra con otras realizadas bajo el patrocinio de los Reyes Católicos, como son la fachada de la iglesia del monasterio de Santa Cruz de Segovia, la fachada de la iglesia del monasterio de Santo Tomás en Ávila, "alguna [portada] de San Juan de los Reyes de Toledo y el antiguo palacio ducal de Torrijos entre otros", correlatos que no parecen tan evidentes si no es dentro del marco general de la arquitectura tardogótica castellana. Pero ahí no queda la cosa, ya que Sancho se refiere sin pudor a "la armonía existente entre la arquitectura de las obras del cardenal dirigidas por su alarife Gumiel y esta portada del baptisterio de San Miguel". Cualquiera que conozca el Paraninfo de la Universidad de Alcalá de Henares o las dependencias capitulares de la catedral de Toledo podrá comprobar que dicha armonía no existe. Además, la aparición del motivo del cordón anudado en la embocadura del arco del baptisterio jerezano, presente en otras obras patrocinadas por Cisneros, le sirve a Sancho para reforzar sus teorías.

Pues si las razones artísticas resultan peregrinas, las históricas lo son aún más. Tratando de buscar una relación del cardenal con Jerez, don Hipólito afirma que "el Dr. Cisneros leyó luengos años la cátedra de artes en la parroquia de San Lucas antes de ordenarse", dato que no mencionan los biógrafos del prelado y que él documenta en "las actas capitulares de 1489 que se conservan en el archivo del Marqués de Casa Vargas"(1), actas cuya existencia no está constatada.

...continúa leyendo "2.233. HIPÓLITO SANCHO DE SOPRANIS. Controversias."

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Una reunión en el Tabernón de Merello, de izquierda a derecha Rubeque, ‘el Churrete’, el niño Juan Benvenuty Morales, Caracol y Garrucho. /Foto: Colección Antonio Fernández Feria.

Apenas quedan tabernas y bodegones en El Puerto: Obregón y las Siete Esquinas se reconvirtieron de Despacho de Vinos a tabernas. Iniciativas relativamente nuevas como ‘La Media Chica’ en la calle Alquiladores o ‘El Bodegon’ en calle Pagador, vienen a recordarnos que lo que fue El Puerto de otros tiempos donde las Bodegas y el Vino jugaban un papel preponderante, junto a la pesca, en la economía de la Ciudad.

Para Enrique Pérez Fernández, en su libro de ‘Tabernas y Bares con Solera’ publicado en 1999, escribía: «No podemos sino dejar patente nuestra pena y rabia –sabemos que compartidas por muchos portuenses– por la pérdida de este emblemático bodegón. Aquí, como en casi todo este cochino mundo, sigue primando, y va a más, sólo el dinero; no el valor intrínseco de las cosas y de las gentes. Los yanquis hubiesen conservado el bodegón de Merello como oro en paño. Aquí lo tiramos»·.

El Tabernón de Merello, visto por Manuel Martín Morgado. en Gente del Puerto.

 

 

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Situación de los cursos de agua, caminos y aldeas andalusíes del término.

Como decíamos en la presentación de esta serie (ver nótula 2.217), comenzaremos nuestro recorrido por las tierras portuenses –en las que sus paisajes y la Historia serán protagonistas- en el arroyo Salado de Rota, el que nace en el lugar nombrado Pozo Salado y captando aguas dulces de arroyos menores, tras 9 kilómetros zigzagueando por los términos de Sanlúcar, Rota y El Puerto –en tramos marcando sus divisorias municipales-, desemboca en la bahía de Cádiz en terrenos ocupados por la Base Naval. Terrenos de marismas se abren en su curso bajo y alto, en el entorno de la desecada laguna del Gallo.

Hoy el Salado de Rota no es ni sombra de lo que fue. Por último, las intervenciones antrópicas realizadas intensivamente durante la segunda mitad del siglo XX con la parcial invasión de su lecho por las tierras de los campos linderos y su canalización artificial para el regadío (obras que a fines de los 80 realizó el Iryda y en 2008 la Agencia Andaluza del Agua) fueron minando y desfigurando la antigua fisonomía del curso fluvial que en el siglo XIII llamaban río de Casarejos y durante la Edad Moderna arroyo Ratonero y Paparratones.

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El Salado, abriéndose camino en la campiña. /Foto: Juan José López Amador. 1987.

En la década de los 80, cuando repetidamente recorrimos su curso en compañía de nuestros amigos José Antonio Ruiz y José Ignacio Delgado ‘Nani’, presentaba un estado de conservación notablemente mejor que hoy. Y como para conocer un curso fluvial no hay mejor modo que navegarlo, empleamos una barquita que habíamos construido expresamente para recorrer la laguna Salada (ver nótula 788).

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Navegando por el Salado en 1987. / Fotos: Nani y J.J.L.A.

Realmente era delicioso remontar, a percha, como en la laguna, el Salado; especialmente en primavera, cuando sus márgenes estaban repletos de flores. Conocimos entonces un arroyo lleno de vida vegetal en sus riberas –abundante el salado y, más al interior, los carrizos donde anidaban patos y fochas- y sus aguas repletas de lisas, anguilas, robalitos, cangrejos americanos, camarones, almejas, coquinas…

arrollosalado_5_puertosantamariaEn la imagen de la izquierda, vemos como las nasas también poblaban las aguas del Salado. / Foto: J.J.L.A. 1985

Acaso fuimos los últimos que navegaron por el Salado, porque hasta los últimos años 50 –cuando los campesinos aún habitaban los campos– sus vecinos bajaban el arroyo en barcazas cargadas con los productos hortícolas de sus tierras para venderlas en Rota y Cádiz. Un viejo campero del cortijo de Vaina, que contaba con embarcadero propio, nos lo contó. Hoy sólo navegan los submarinos nucleares que fondean junto a la boca del Salado.

LOS AFLUENTES

Que el Ratonero o Paparratones fue una importante vía de comunicación cultural y comercial –desde fines del tercer milenio anterior a nuestra era y hasta época andalusí (siglo XIII)- es una afirmación que las prospecciones y las puntuales excavaciones arqueológicas realizadas en sus inmediaciones han constatado. (De las aldeas que desde la Edad del Cobre poblaron las riberas del Salado y su zona de influencia escribiremos en próximas entregas.)

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Las frondosas riberas del Salado en 1987, antes de su canalización con hormigón. / Foto, J.J.L.A.

arrollo_villarana_1_puertosantamariaEl curso del Salado y sus afluentes vertebran al Este gran parte de las ‘tierras negras’ y albarizas que configuran la campiña portuense, siendo cinco los principales arroyos secundarios que irradian sus aguas por el término, que son, desde la boca del Salado aguas arriba y en su margen izquierdo:

-El arroyo de Villarana recorre el extenso pago y donadío de su nombre hasta alcanzar la laguna Salada, cuyas tierras conformaron –ya en época romana- un núcleo agrícola muy destacado dedicado a la explotación de cereales y durante siglos, la despensa de trigo de El Puerto; las tierras que hacia el año 1319 adquirió doña María Alfonso Coronel –entonces viuda de Guzmán el Bueno y señora jurisdiccional de El Puerto- y luego pasaron a manos de los condes y duques de Medinaceli, sus sucesores en el señorío.  /En la imagen de la izquierda, puente de madera sobre el arroyo Villarana en 1984. / Foto, J.J.L.A.

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Cuando la marea vacía, las piedras sobrepuestas en el Vado de Villarana forman esta cascada. / Foto, J.J.L.A. 1984.

-Le sigue el arroyo de Campillo –al comienzo del siglo XVI lo llamaban arroyo del Serrano-, que brota de las inmediaciones del cruce de las carreteras El Puerto-Sanlúcar y Jerez-Rota. Hoy sólo se alimenta de las aguas de lluvia y de las escorrentías del vecino cerro de Venta Alta, pero antaño nacía en un manantial junto al paraje donde se levantó la alquería andalusí de Fontanina y próximo a donde están los viejos pozos del Duque (de Medinaceli). En la Antigüedad, su cauce, mucho más caudaloso que hoy, propició que junto al arroyo se estableciera un poblado tartésico en los siglos X-IX, del que se excavaron, por vía de urgencia, dos fondos de cabañas en 1984 (Museo Municipal) y 1985 (Diego Ruiz Mata), exhumándose cerámicas que denotan los primeros contactos comerciales tartésicos con navegantes fenicios, antes de que se establecieran en la bahía de Cádiz. 

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El arroyo de Campillo con sus márgenes inundados, en 1986. / Foto, J.J.L.A.

-El arroyo del Gallo aporta sus aguas al Salado desde la laguna y marisma del Gallo, cuyo entorno, en las laderas de los cerros que lo flanquean, se poblará con aldeas desde la Edad del Cobre –ininterrumpidamente- hasta época andalusí.

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El arroyo del Gallo desbordado, en 1996. / Foto, J.J.L.A.

-El arroyo de Campín cruza al norte del término portuense hasta adentrarse en el jerezano. Junto a este curso fluvial nació el poblado del Cobre de Campín, sólo conocido por las prospecciones arqueológicas que realizamos –con José Antonio y Nani- en la década de los 80, pero que si algún día se excava deparará el hallazgo de una importante población, seguramente amurallada.

-Y el arroyo Hondo, que es una bifurcación del de Campín y se adentra en tierras sanluqueñas, cubriendo con los otros cuatro arroyos secundarios y el principal del Salado gran parte del territorio de Isla Cartare.

LA UNIÓN DEL GUADALQUIVIR CON EL SALADO.

Escribir de la historia natural del arroyo Salado y sus afluentes precisa que nos hagamos eco de una antigua tradición que diversos autores recogieron durante la Edad Moderna y la Contemporánea. Desde mediado el siglo XVI, la historiografía repetidamente apunta a que el curso del Salado formó parte –en un tiempo impreciso- de un antiguo cauce del Guadalquivir, identificado por diferentes autores como la boca occidental “perdida” referida a fines del siglo I antes de Cristo por Estrabón: “…después se halla la desembocadura del Betis [Guadalquivir], dividida en dos brazos; la isla comprendida entre ambas bocas abarca un trecho de costa que tiene cien estadios [18’5 km] o más, según algunos.” (Geographia, III, 1, 9)

Esta identificación la contemplaron, entre otros, Florián de Ocampo (1543), Agustín de Horozco (1598), Bernardo Aldrete (1614), Martín de Roa (1617), Rodrigo Caro (1634), Esteban Rallón (1665) y un largo etcétera. Según ellos, un estero nacido del Guadalquivir se adentraba por las sanluqueñas tierras de Maina y conectaba con el Salado (suponemos que por el afluente de arroyo Hondo).

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Una segunda conexión la establecieron otros autores a partir del siglo XVIII desde el brazo de la marisma de las Mesas, donde se sitúa la romana Hasta Regia, de cuya cola nace el arroyo Tabajete (junto al que transcurría la calzada de la Vía Augusta). De esta supuesta unión se hicieron eco, entre otros, Enrique Flórez (1752), Bartolomé Gutiérrez (1787), Miguel Cortés López (1835) o Adolfo de Castro (1858). Al respecto, el citado Flórez decía en su España Sagrada (t. IX, cap. I): “...no necesitaremos recurrir a la costa occidental de San Lucar, para buscar la otra boca pues en esta parte junto a Rota se verifica la distancia que Estrabón señala a la costa marítima de la Isla, diciendo que tenía tres leguas y cuarto, o más según otros, […] y esto viene bien con el sitio de junto a Rota, donde vemos actualmente un Arroyo, llamado Ratonero, que baja desde las peñas de Asta y Trebujena, entre las cuales pudo también correr la boca antigua del Betis, pues aun hoy dista poco el nacimiento del Arroyo de la Isla mayor del río, como vemos en el moderno mapa del Reino de Sevilla, ejecutado por el Ingeniero Jefe Don Francisco LLobet…”.  /En la imagen de la izquierda, detalle del Mapa del Reino de Sevilla (1748) del ingeniero Francisco Llobet. / Real Academia de la Historia.

Aún en el siglo XX se incidía en este segundo enlace. Así, José Chocomeli precisó en 1940 en su En busca de Tartessos: “…el primer brazo oriental derivaba del lago Ligustino [marismas del Guadalquivir] por bajo de Lebrija, siguiendo las marismas del Bujón, de las Mesas y de Tabajete, arroyo de este nombre, vereda de Ferias [que muere junto a la laguna del Gallo], arroyos del Gallo y Salado de Rota, a desembocar donde hoy lo hace este mismo arroyo.” El mismo trazado lo había marcado en agosto de 1935 el portuense Francisco Ciria (‘Canales y desembocadura del Tartessos’, Diario de Cádiz).

Y es probable que así fuera. Mucho han cambiado los paisajes –más de lo que parece- en los dos últimos milenios, por la acción de la naturaleza y sobre todo por la del hombre. Y hay que tener presente que este paisaje es el espacio en el que Estrabón decía que las poblaciones de los márgenes de las hoy marismas bajas del Guadalquivir –nombraba a Asta (Mesas de Asta, Jerez) y Nabrissa (Lebrija)– habían abierto en sus esteros canales artificiales: “La serie de canales que han sido abiertos por doquier ayudan al tráfico y a las relaciones, tanto entre ellos mismos como con los forasteros. Del mismo modo también en la pleamar se utilizan los brazos confluentes [de los esteros] cuando los istmos que los separan se hacen navegables al quedar anegados. Las naos pasan entonces de los ríos a los esteros y viceversa.” Sobre los esteros, el geógrafo griego remarcaba: “Se llaman esteros a las escotaduras litorales que el agua del mar llena en la pleamar, y por las que se puede navegar remontando la corriente como por los ríos hasta el interior de las tierras y las ciudades de sus orillas.” (Geographia, III, 2, 5 y III, 1, 9)

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Marisma de las Mesas de Asta. / Foto, José y Agustín García Lázaro (web entornoajerez).

La conexión del Tabajete con el inmediato arroyo del Gallo –o acaso, apuntamos nosotros, con el de Campín, que se sitúa frente al de Tabajete– quedó cortada en 1877, cuando se construyó la vía férrea entre Jerez–Sanlúcar–Bonanza.

De cualquier forma, dejamos apuntada la vieja tradición (cuando el río suena…) de la antigua unión por vía fluvial de la bahía de Cádiz, a través del Salado de Rota y las campiñas de El Puerto, Sanlúcar y Jerez, con los esteros marismeños del Guadalquivir.

LA ALDEA ANDALUSÍ DE CASAREJOS.

Decíamos que el primer nombre conocido del arroyo Salado de Rota fue el de río de Casarejos, topónimo con el que fue bautizada –en el Libro del Repartimiento (1268) del término portuense- la aldea hispanomusulmana (de nombre árabe desconocido) que existía junto a la orilla izquierda de la desembocadura del Salado en el tiempo que la región gaditano-jerezana fue definitivamente conquistada para el mundo cristiano por Alfonso X.

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Detalle de la desembocadura del Salado, donde estuvo Casarejos . / Foto, Google. 2014.

Fue la de Casarejos una de las ocho alquerías andalusíes (de las trece que se distribuían por el término) que se fundaron, probablemente en los siglos X-XI, en el entorno del Salado y de sus afluentes y la laguna del Gallo, nombradas en el Repartimiento como Villarana, Bayna, Finojera, Fontanina, Grañina, Campix, Poblanina y, contiguo a la boca del Salado, Casarejos.

Aporta el documento medieval una interesante información para conocer algunos aspectos de la alquería andalusí, cuyas casas, solares y tierras fueron repartidas en 1268 a 77 repobladores castellanos.

casarejos_2_puertosantamariaSu término limitaba al sureste con el de Al-Qanatir (El Puerto), al norte con las tierras de las alquerías de Villarana y Bayna  y al oeste, en la otra margen del río, con la roteña de Flayna (probablemente emplazada en el yacimiento arqueológico de Las Mezquitillas). La ubicación de Casarejos junto a la boca del Salado indicaría su control del paso del cauce del río –probablemente con barcas- a la otra orilla y al interior de su curso, donde se emplazaban las otras siete aldeas andalusíes. Menciona el Libro del Repartimiento un camino –la carrera de Rota- que enlazaba Al-Qanatir, Casarejos y, por Flayna, con el ribat de Rota.  /En la imagen de la izquierda, reconstrucción del entorno de la alquería de Casarejos.

Se desconoce si Casarejos estuvo fortificado -como consta que lo estuvieron otras alquerías del Salado-, pero la repetida mención en el reparto a una pared  (o paredes) que servía para delimitar las entregas de los solares y casas a los repobladores, así podría indicarlo: por ejemplo, al decirse “…los palacios grandes como se sigue con la pared aiuso [abajo] o “…salvo los palacios que se siguen como va la pared ”.

arrollosalado_15_puertosantamariaEn el centro de la población se situaba su mezquita y –como los arriba citados- varios palacios grandes, que han de entenderse no como hoy, sino casas con más porte constructivo que los del común de la población. Y menciona el Libro dos calles, la rúa “que está de parte del río, la que va a Porluengas y “la de los Colmeneros”. Y un pozo comunal junto al camino de Al-Qanatir, y junto al pozo tierras públicas, el ejido. Y una cueva –“las casas que están sobre la cueva”-, que seguramente era un gran silo de la Edad del Cobre como los excavados en las inmediaciones del Salado en los años 50 dentro de la Base y en los 80 en La Viña. /En la imagen de la izquierda, ‘Cueva artificial’ de la Edad del Cobre en el yacimiento portuense de La Viña. / Foto, J.J.L.A. 1987. 

También menciona el texto alfonsí una isla e isleta, cuyo terreno también se repartió a los repobladores y que con seguridad se situaba en medio del río, al modo de un bajo formado por la colmatación de sedimentos marinos y fluviales, como aún se reflejaba en la cartografía del siglo XVIII.

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La isleta de la boca del Salado en un mapa de 1762.

La economía de Casarejos debió de basarse en la actividad pesquera con la explotación de corrales marinos, que aún se perciben en la margen izquierda de la boca del Salado, nombrados en la cartografía del XIX corral del Cueto. A una estructura pétrea que aún se ve en la misma boca del arroyo –tal vez la huella de un espigón o muelle de incierto origen- parece aludirse al comienzo del deslinde alfonsí (1268) de los términos de Rota y Casarejos: “El primer mojón es el Estapudal que llaman de los Camellos y Casarejos, que parte término con Rota. Han por mojones unas piedras que estaban en el mar que había nombre el Albequer.” Y una segunda base de la economía de Casarejos fue la explotación de las arenas litorales –al igual que en tiempos púnicos y romanos- como viñedos (vino, pasas, uvas), siendo 64 aranzadas las que se repartieron en 1268, linderas a las viñas de los arenales de Al-Qanatir. También tenía Casarejos, hacia el término de Bayna, un terreno menor dedicado a la explotación de cereales, y tierras de jaras con higueras y perales.

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Litoral entre El Puerto y Rota. Mapa de Francisco Coello, 1868. La flecha marca el Corral del Cueto.

Tras la ocupación cristiana de la alquería de Casarejos, su repoblación –como ocurrió en las demás a excepción de Al-Qanatir (El Puerto)- no cuajó y la vieja aldea andalusí se abandonó o, quizás, ni siquiera el conjunto de las casas y solares fuesen habitados por sus 77 beneficiarios. Sí perduró en el tiempo la ‘pesquería de Casarejos’ y la explotación de las arenas como viñedos y huertas.

Cuándo el término portuense de Casarejos pasó a integrarse en el roteño es cuestión que no podemos precisar, aunque lo más probable es que ocurriera poco después de 1341, cuando el señorío portuense pasó a manos de Juan de la Cerda I, hijo de Leonor Pérez de Guzmán y nieto, por vía materna, de los arriba citados Guzmán el Bueno y María Alfonso Coronel, también señores, desde 1297, de Rota. / Texto: Juan José López Amador y Enrique Pérez Fernández.

Entre los usos, modos y costumbres en faenas de arranchar los barcos de pesca, --cuando en El Puerto una buena parte de su población activa vivía de las faenas de la mar--, la tripulación de aquellas embarcaciones se tomaba unas cervezas, finos y bocadillos, como podemos apreciar en la siguiente fotografía de la colección de Vicente González Lechuga.

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En la imagen podemos ver a Pepe González Padilla, armador del barco, Antonio García Muñoz, Mora, pescador sordomudo, Agustín Triviño Iglesia, José Antonio Romero Pedrote, de la familia ‘Abuelita’; Anselmo Otero Díaz, Maneiro Antonio Valimaña Lavilla, Antonio García Muñoz 'el Boina' y Francisco Rosa. Mora, pescador sordomudo, que desde su infancia estuvo embarcado en pesqueros de la flota local, años después le dieron de baja por incapacidad permanente absoluta debido a la minusvalía que padecía ya que hacía peligrar su vida en alta mar.

La fotografía está tomada en la antigua Lonja de Pescados uno de los barcos de la familia González Padilla arranchando para salir a la mar. Se encuentra en el cantil del muelle suministrando hielo en la Fábrica de Hielo de la Compañía General de Carbones, S.A., donde estuvieron trabajando Javier Tosar Barrera y Manuel Alejo Mulero con nótula en Gente del Puerto, numero 063 y 1.565, respectivamente. La familia González Padilla fue armadora de los pesqueros 'Chapeglo', 'Elisa Padilla', 'Flopuerto Uno', 'Julia Noval’, 'Camijanes', 'Flopuerto Tres', 'Manuel María González', 'Carmen Mallach', y 'Teresa Ferrer' estos dos en sociedad con Pepe González Narváez, conocido como Pepe ‘El Panadero’ de la panadería ‘La Pajarita’, también conocida como ‘Antiguo Horno de las Cañas’ con nótula en Gente del Puerto, número 1.057.

cristinacologanponte_PUERTOSANTAMARIACristina Cólogan Ponte fue la titular de la Junta Gestora de la Real, Pontificia, Muy Antigua e Ilustre Archicofradía y Esclavitud de Nuestra Señora de Los Milagros. Patrona y Titular de la Muy Noble y Leal Ciudad de El Gran Puerto de Santa María. Fallecía el 2 de febrero de 2009, a la edad de 80 años. Era viuda de Ignacio Osborne Vázquez, con quien tuvo seis hijos: Ignacio, Cristina, Leopoldo, Mauricio, Jorge y Elena. Esto escribía hace cinco años Luis Suárez Ávila:

La semana pasada dejó este mundo terrenal Cristina Cólogan Ponte. Cristina fue el dechado de la elegancia, la finura, la discreción, la mesura, la prudencia y la laboriosidad. No había nada más que verla cuando se hizo cargo de la Junta Gestora de la Archicofradía y Esclavitud de Nuestra Señora de los Milagros con sus blocs de gusanillo, apuntando ávidamente todo para dar el tono y tino que desde el siglo XIII habían ido creándose en torno a la Patrona. Conectó la tradición de una devoción antigua con la modernidad. Supo, con cariño y mucho respeto, recuperar los enseres y documentos que estaban en casas particulares de personas muy mayores que habían tenido cargos en las Juntas anteriores. Las atrajo con empeño caritativo. Todo lo consiguió diligente, pacientemente, como si nada.

virgenmilagros_congreso_puertosantamariaHablé de sus blocs minuciosamente escritos, recordatorios, visitas, resultados, horarios, pequeñas y grandes cosas que son la historia, día a día, de la moderna Archicofradía y Esclavitud. Durante más de ocho años señeros, difíciles. Se trató de la reconstrucción de la Archicofradía. En su mandato tuvo el apoyo de personas que la siguieron y la aconsejaron bien. Sus principios, cuando se consolidó la Esclavitud, fueron potenciar un Congreso “Nuestra Señora de lo Milagros, entre la historia y la leyenda” al que acudieron de ponentes catedráticos y profesores de muchas universidades, con lo quedó patente que no estábamos ante una imagen mariana cualquiera, sino ante la Santa María do Porto de las Cantigas de Alfonso X con una historia cargada de hechos notabilísimos. La propia imagen, sus leyendas, el santuario fortificado, el templo del Pozo Santo, su capilla, su ajuar, la poesía, la música, la imprenta... todo lo relacionado con la Patrona fue estudiado minuciosamente.

En la imagen de la izquierda, portada del folleto del Congreso “María Santísima de los Milagros entre la Historia y la Leyenda”.   Organizado por la Comisión de las Bodas de Diamante de la Coronación Canónica de la Virgen. La ilustración muestra la faz de la imagen sin los arropes barrocos que luce habitualmente, dejando en blanco el resto de la talla que, en la actualidad se encuentra protegida, desde la época del Duque de Medinaceli, en una urna de plata. 29 al 31 de octubre de 1991.

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Acto celebrado en la sede local de la Cruz Roja, durante la clausura de un Curso. De izquierda a derecha, Victor López Saiz, comisario de Policía; José Joaquín Muñoz Bela, médico y presidente de la Asamblea Local de dicho organismo humanitario; Juan Melgarejo a la sazón, alcalde de El Puerto; Cayetano Román Andrade, Ayudante de Marina;  Cristina Cologan Ponte  y Matilde Manzanera. /Foto: Archivo Municipal.

En su mandato se celebraron las Bodas de Diamante de la Coronación Canónica de la Patrona, con el estreno del manto de “castillos y leones” y la incomprensión de la Jerarquía eclesiástica ... Y muchísimas cosas más. Cristina ha ido al otro mundo con las manos llenas de buenas obras, porque, además fue buena hija, buena esposa, buena madre, buena abuela, buena bisabuela y ejerció las virtudes de la caridad, de la justicia, de la prudencia, de la templanza de modo inusitado, como algo normal, sin aspavientos. Por eso, como no dudo, y ella esperó, habrá sido acogida bajo el manto de la Patrona, que con ese aval, sobra todo lo demás. /Texto: Luis Suárez Avila.

 

 

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ignaciocolontorrent_puertosantamariaJosé Ignacio Colón Torrent, nació el 28 de octubre de 1961, circunstancialmente en Cádiz de manos del Dr. Francisco Viseras Alcolea, permaneciendo en Cádiz sólo los tres días necesarios para recuperarse su madre y regresar a El Puerto..

Es hijo de la portuense María del Carmen Torrent Reyes Luchi, --fallecida en febrero de 1972-- su abuelo tenía la fábrica de tapones Torrent, en la calle Espíritu Santo, quien murió prematuramente dejando a Luchi cuando ésta contaba con 10 años de edad. Su padre, Sebastián Colon Herrera Chano, natural de Paterna de Rivera, aunque su familia se vino a El Puerto con Chano muy joven al cortijo familiar de Las Manoteras --fallecido en noviembre de 2007--, fue jefe de servicio de las concesionarias de limpieza y recogida de residuos de El Puerto desde 1973 y, anteriormente con su camión, trabajando casi exclusivamente para bodegas Terry.  Quienes le conocieron, le recuerdan como un gran señor y un buen padre. Ignacio es el primero de los cuatro hijos habidos en el matrimonio, junto María Victoria, Javier y Elena.

Los primeros años Ignacio vivió en la plaza de Colon,  quizás hasta los 4 años, posteriormente en la calle Cielos, primero en la casa que después compró la familia Nuchera junto a la peluquería de Francisco Varo Marchán Cuqui, durante otros cuatro años y, en la misma calle esquina con Santa Clara enfrente de la casa del otorrinolaringólogo José García Castro. En los años 90 la familia se traslada a una casa en la urbanización Andalucía la Real.

LA FAMILIA Y LOS AMIGOS.
Está casado con Inmaculada Mesa tejada, con la que tiene tres hijos Ignacio, Jaime y María,  todos nacidos en El Puerto. Su vida siempre ha estado rodeada de familia y amigos, que se puedan contar con los dedos de una mano, como siempre le aconsejó su padre. Le gusta hacer para sus amigos un arroz con ingrediente secreto --como la Coca-Cola-- que aprendió de su padre y que ahora enseña a sus hijos. Disfruta haciendo este arroz para su familia y amigos y sobre todo, las tertulias posteriores.

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"¡A formar!!", filas de alumnos en el patio del Colegio de La Salle.

Estudió en el colegio de La Salle, en la época de la leche en polvo, en formación antes de entrar en clase cantando ‘Prietas las filas’ y el ‘Cara al Sol’, como era costumbre en aquellos años previos a la llegada del hombre a la Luna. Luego el BUP en el Insituto Santo Domingo, terminando el bachillerato en el Muñoz Seca.

ESTUDIOS DE FARMACIA.
Su padre le recomendó que estudiara farmacia, pero previamente tuvo que hacer el Servicio Militar en el Puesto de Socorro de la Cruz Roja, en Valdelagrana y en esa época se matriculó en primero de Química en la Facultad de Puerto Real por compartir primero de Química y Farmacia las mismas asignaturas, cursando los estudios de esta última en Sevilla entre 1982 y 1988. Trabajaba en verano para pagarse los estudios en Sevilla. Época de muchísimas experiencias y de muchas amistades importantes. Entre ellos, sus compadres, Antonio García Bonilla de Jerez  y la sevillana María José Díaz Muñoz , padrinos de sus tres hijos. De esta época se consolidó un grupo de amigos --unos 30-- de distintas provincias de Andalucía, que se vienen reuniendo todos los años, y ya son más de 26, en un fin de semana cercano a la festividad de la Inmaculada, patrona de Farmacia.

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Retablo de la Virgen del Pilar en la barriada del mismo nombre, donde se encuentra enclavada la farmacia de Ignacio Colón. /Foto: Alfredo García Portillo.

LA FARMACIA DEL PILAR.
Ignacio estudió Farmacia para labrarse un futuro profesional. “No fue sencillo conseguir la apertura de una Oficina de Farmacia. Tuve que pelearla en el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía hasta conseguirla”. Sin conocimientos previos de Derecho se pasó un mes de julio entero en la antigua Facultad de Derecho de Jerez consultando muchos libros especializados de la editorial Aranzadi hasta encontrar las excepciones que la Ley permitía, para conseguir abrir la farmacia en la barriada del Pilar. La búsqueda de pruebas las realizó en solitario y tan solo necesitó la firma de una abogado sevillano para conseguir que le dieran la razón.

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ESTUDIOS DE DERECHO Y GESTIÓN.
Pero la inquietud por conocer y formarse tenía dos claros objetivos: el desarrollo personal y poner en práctica lo aprendido. Lo que le llevó a cursar una nueva carrera, la de Derecho, en la Faculta de Jerez entre 2002 y 2007.

Después de unos primeros años muy duros de trabajo en la Farmacia, se decidió a estudiar Derecho,  que cursa en la Facultad de Jerez entre los años 2002  y 2007 y no se para aquí sino que --tras su efímero paso por la política local como concejal en 2007 y 2008-- cursará durante dos años la diplomatura en Gestión y Administración Pública entre los años 2008 y 2010 para, a continuación abrir un despacho de abogados.

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Ignacio Colón con su socio en Ius Pharmacoplis, Pepe Rodríguez Crespo.

IUS PHARMACOPLIS 
Junto a Pepe Rodríguez Crespo --de Medina Sidonia-- fundan el despacho de abogados denominado lus Pharmacoplis SCP. Se recorrió media España visitando multinacionales farmacéuticas hasta que una de ellas apostó por su proyecto. En la actualidad prestan servicio de asesoría jurídica a 8.000 farmacias en España: el 35 % del mercado nacional. Además se han recorrido la otra media España participando en conferencias y jornadas de Derecho Farmacéutico, siendo una empresa innovadora y exclusiva en España que ha sido reconocida tanto a nivel universitario como en el sector farmacéutico

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Con el ex alcalde Enrique Moresco, el 30 de abril de 2008, tras su dimisión como concejal independiente por el PP.

CONCEJAL Y NUEVOS ESTUDIOS.
En el año 2007 le ofrecieron la posibilidad de trabajar por su Ciudad, participando como candidato  independiente en las listas del PP. Su paso por la política fue breve, pero lleno de vivencias extraordinarias. Llegó a ser el titular de la concejalía de Medio Ambiente y Desarrollo Sostenible en junio de aquel año. Pero la política que conoció, en sus palabras: “no se ajustaba al concepto de servicio público que tenía. Hice lo que consideré más honesto, dimitir, verbo que no saben conjugar los políticos”. Esto afirmaba el 30 de abril de 2008, al anunciar su dimisión: “"la gestión de lo público es absorbente. Absorbe tiempo que corresponde a las personas que comparten mi vida, mi familia. Absorbe inquietudes que me privan del derecho a la búsqueda de la felicidad. El desequilibrio vital que esto me produce me obliga a renunciar al acta de concejal electo por estrictos motivos personales”.

Una vez presentada su dimisión como concejal, quiso profundizar en  el conocimiento de la gestión de la Administración Pública, cursando dos años de esta diplomatura hasta que consiguieron  el contrato con la multinacional farmacéutica para su despacho de abogados. La música lo acompaña a todas horas, de todos los estilos adaptados al momento vital.

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Por las calles de Chefchaouen (Marruecos). /Foto: James Clear.

EL ESCRITOR Y LA HISTORIA.
Le encanta escribir, una afición tardía pero que intenta ejercer con humildad y sobre todo con formación. Lee todo lo que cae en su mano, fundamentalmente novela histórica y biografías. Un viaje por Marruecos en el año 2012, en un teteríaa de Chefchaouen, durante una conversación con un rifeño de edad muy avanzada, éste le contó una historia que le fascinó y, a su regreso a España, empezó a materializarla en un libro: una novela histórica del periodo almohade andalusí. El pasado curso 2013-14 inició los estudios de Historia, matriculándose en la facultad homónima en Filosofía y Letras en Cádiz, para formarse mejor y por ser una de sus aficiones favoritas.

ignaciocolon_esc_puertosantamariaNUEVO PROYECTO POLÍTICO.
Ahora vuelve a la escalera de la política, de la mano de ¡¡Queremos !! Un nuevo proyecto político para  El Puerto de Santa María. “Hastiado de ver como El Puerto languidece he decidido, junto a otros portuenses, proponernos un reto y proponérselo a todos los portuenses. Un reto ilusionante y posible con el apoyo de aquellos conciudadanos que necesitan sentirse orgullosos de la Ciudad en la que viven y sacarla de la parálisis en la que se encuentra, devolviéndola al lugar que jamás debió perder en el marco de la provincia. No tengo temor al fracaso. Es infinitamente más perjudicial el sentimiento de reproche que pueda hacerme a mí mismo al haber tenido la oportunidad de cambiar las cosas, y no haberlo intentado”. Siente verdadera pasión por aquellas personas que considera genios, que son capaces de los mejor y lo peor, pero cuando dan lo que llevan dentro, son sublimes.

VIAJERO.
Lleva viajando por España y por el mundo desde que tenía 20 años: Europa entera, Canadá, ciudades de EEUU tales como Nueva York, Washington, Boston… Méjico, Cuba, Argentina, norte de África  encontrando en Marruecos un lugar al que, cada vez que puede regresa. Esto le ha permitido no solo conocer la cultura sino la personas que se ha encontrado en todas esta singladuras  de todos aquellos lugares que ha visitado. Es un amante de todo aquellas manifestaciones humanas o naturales que reflejen belleza entendida como sentimiento de emoción.

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