Noticia aparecida en Diario de Cádiz, hace 100 años, en octubre de 2014.
Anoche cuando regresaban de prestar servicio de vigilancia en el teatro de verano los Guardias municipales Juan Marroquín y Rafael Gómez Márquez, a quienes acompañaba el cabo Sr. Sanchez, éste se quedó en la calle Larga para continuar su servicio y los referidos guardias siguieron unidos para sus respectivos domicilios; pero a poco de irse aproximando a las esquinas de las calles Castelar [la actual calle Nevería llevó el nombre del escritor, orador y político español, presidente de la I República en 1873-1874, Emilio Castelar, a su muerte en 1899] y Navarrete [la actual calle Palacios llevó el nombre de José de Navarrete y Vela-Hidalgo (ver nótula num. 1.996 en Gente del Puerto), la calle donde había nacido, y vivido entre 1903 y 1935], apercibiéndose que salía gran cantidad de humo por la ventana baja del almacén de comestibles de D. Juan Custodio Rivas.
Dieron aviso al cabo Sr. Sánchez, y tocando a llamada de serenos, pusiéronse éstos en movimiento, dirigiéndose a la casa incendiada, en tanto el Sr. Sánchez, daba aviso a los bomberos para que acudiesen con el servicio de incendios. De los primeros en llegar fueron el alcalde don Manuel Ruiz Calderón; secretario D. José Luis García; juez de Instrucción D. Alejandro Álvarez; jefe del puesto de la Guardia Civil y varias parejas; concejales D. Ramón Ameneiro y D. Manuel García Lago y jefe de la Guardia Municipal señor Fernández.
La calle Nevería y la casa Morgan.
A poco llegó el servicio de incendios que tiene el Municipio, pudiendo utilizarse cómodamente por haberse alimentado de bombas de una boca de riego que hay en la esquina de la calle Palacios y Larga. Los de la incendiada tuvieron que salir por los balcones. Las medidas adoptadas por las autoridades pudieron lograr que se localizara el fuego en el almacén, hasta extinguirlo. Esto se consiguió a las dos y cuarto de la mañana.
En el último piso vivía una joven de 14 años y la mujer encargada de la casa. Cuando se inició el fuego, el dueño del almacén se encontraba en el Teatro, así que se se enteró del suceso al regresar para su casa. La citada casa es de D. Manuel Gutiérrez y está asegurada por la compañía “El Norte”, que representa en esta D. Salvador Costas, el cual se personó también en el lugar del suceso desde los primeros momentos.
Vimos además al señor Inspector de los Servicios Municipales y al Maestro Mayor de Obras. La casa del siniestro es de las anotadas en el registro de las desgracias. Ha habido ya otra vez fuego en ella; otro que la tenía se suicidó arrojándose por una de las ventanas altas; otros han salido arruinados y actualmente otra vez ha sido envuelta por las llamas.
Creo que además del inmueble, M. Gutiérrez González era el propietario del almacén referido, llevado en arrendamiento por Custodio (éste tuvo otros almacenes en Ganado esquina a Cielos -Las Campanillas- y en Ribera del Río esquina Chanca, frente al Bar San José). Y creo que el almacén de la nótula estaba en diagonal al Apolo, donde estuvo la Cafetería El Faro (Gabriel Felices, 1968) y antes, desde 1923, la taberna La Viña.
Gutiérrez, de familia montañesa, también fue dueño de otros 3 almacenes de comestibles y bebidas: en Larga esquina a Palacio; en San Bartolomé, el 'Triana' (que entonces daba esquina a F. Rubio); y en la Casa de las Cadenas el 'Sevilla', teniendo enfrente (donde está Correos) una criadera de vinos y bodega donde elaboraba el amontillado fino 'Sardinero'.
Su actividad comercial y la "cadena" de establecimientos la heredó de su padre, Manuel G. Verano (que también tuvo en Luna el Bar La Concha), que a su vez la heredó de su padre, el fundador de la saga, Diego Gutiérrez, desde que en 1856 creó una Sociedad con la viuda de Domingo Fernández.