Todo se resuelve con una simple llamada de teléfono o un mensaje de correo electrónico. Lo bueno es llamar, al menos, con un par de días de antelación. Una persona de Sherry Gades, la empresa que organiza las catas, se desplaza al domicilio del cliente para ver el lugar donde va a tener lugar la degustación de los vinos. La idea es ver el sitio para poder establecer que elementos serán necesarios para llevarla a cabo. Ya sólo queda fijar la hora.
José Antonio Sänchez Pazo y su hija Esther han puesto en marcha esta original iniciativa.
La empresa portuense se encarga de todo. Lleva las copas necesarias y luego se encarga de su limpieza, los vinos que se van a catar, una pantalla para proyectar una pequeña introducción que se realiza antes de probar los vinos y el experto que va a dirigir la cata, en este caso todo un veterano en el mundo de los jereces, José Antonio Sánchez Pazo. Químico de profesión, enólogo y con una amplia experiencia como ejecutivo en varias bodegas importantes del marco, Sánchez Pazo, de 49 años, ha decidido comenzar aventura propia junto a su familia y ha puesto en marcha Sherry Gades, una innovadora empresa relacionada con los vinos en particular y con el sector agroalimentario en general.
La empresa tiene varios campos de actuación, desde el asesoramiento técnico a empresas del sector, hasta poner en el mercado nuevos productos y también la ayuda a empresas bodegueras en el difícil campo de la comunicación, un campo en el que está especializada Esther Sánchez Páez, estudiante de Periodismo y Derecho y que comparte con su padre la responsabilidad de la nueva empresa “aunque toda la familia está implicada” resalta José Antonio.
De todos modos el campo más llamativo de Sherry Gades son las catas a domicilio. Ya existen en España empresas que trabajan este campo pero Sherry Gades es la primera que se forma especializada en el campo de los jereces, unos vinos complejos y dificiles de explicar y comprender si el enólogo no tiene formación en este campo. Sánchez Pazos ha pasado por todas los pasos de los jereces, desde el lanzamiento y la concepción de productos, hasta su comercialización internacional. Ha hecho numerosas catas y ahora está muy ilusionado: “en hacerlas desde un punto de vista, sobre todo, divertido. Se trata de que una reunión de amigos pase un buen rato catando unos vinos, o simplemente introduciéndose en este mundo”.
Cada cata viene a durar una hora y media, entre el video de introducción y luego la cata de cuatro vinos. El cliente puede optar por dos posibilidades, una cata de vinos del marco (por ejemplo fino, oloroso, amontillado y Pedro Ximénez) u optar por una cata de vinos viejos, toda una experiencia ya que estos tienen al menos, 20 años de antigüedad. De todos modos tanto José Antonio como su hija Esther destacan “que estamos abiertos a las sugerencias de los clientes. Se pueden hacer catas con vinos de una sola bodega o sólo de finos, o de manzanillas. Hay un campo muy amplio”.
En principio los vinos los aporta la propia Sherry Gades “para así garantizar que están en óptimo estado”. El próximo objetivo es también incorporar al catálogo de catas una de vinos de la Tierra de Cádiz dado el auge que están tomando en la provincia los blancos y los tintos.
En principio, las catas se realizan para un mínimo de 4 personas y los precios varían según el número de asistentes. Así si son un mínimo de 8 la cata de jereces cuesta 35 euros por persona y 40 si son menos de 8. “Si los asistentes son más numerosos, siempre negociamos los precios” indica Sánchez Pazos.
La de vinos viejos, debido a la excepcionalidad de las etiquetas que se degustan, sale a 55 euros por persona para grupos de 8 personas, y 60 para grupos menores. Y ahora también, comidas maridadas en casa de los clientes, con el cocinero sanluqueño, Dani Martínez: toda una alianza en armonía. /Texto y foto: Pepe Monforte.