Francisco Peña Ortega, aunque nacido en Jerez el cinco de marzo de 1938, vivió en El Puerto mas de la mitad de su vida. Desde 1957 estuvo vinculado con nuestra Ciudad de la que sería Jardinero Mayor, hasta su jubilación en 1983. Antes, durante casi nueve años, había trabajado como jardinero en el ayuntamiento de su ciudad natal, pero no sería hasta 1962, cinco años después de vivir aquí cuando se trasladó para ser un porteño más, de forma permanente, con su mujer y sus cuatro hijos: Victoria, Pepe, Mercedes y Francisco.
Aún se recuerda como, con mas imaginación y voluntad que medios, organizaba los trabajos de exhorno y mantenimiento de parques y jardines, la creación de nuevos espacios… los Juegos Florales de la Hispanidad, la nueva plaza del Polvorista, las alfombras florales en la plaza de Isaac Peral, los exhornos de la Prioral o el antiguo Ayuntamiento por la Patrona o el Corpus, la Feria.
En el libro homenaje a su memoria que se editó en 2002 a instancias de su hijo José Peña Argudo, se recoge que «reunió un buen plantel de colaboradores y, entre sus éxitos destacan la adquisición de la finca conocida como ‘El Perneo’, situada a la entrada de la carretera de Sanlúcar [donde hoy está el espacio conocido como ‘Angelita Alta’ y donde una plaza lleva su nombre: ‘Jardinero Mayor Francisco Peña’], allí se instaló el Vivero Municipal, de plantas y árboles, de donde se obtuvieron la mayor parte de los trasplantados en la Feria de Primavera en la finca denominada de ‘Las Banderas’, así como también para otros jardines y palmeras resembradas en las playas, plazas y paseos, que dieron a El Puerto una nueva fisonomía».
Paco, en el centro con boina, en el Vivero existente en el Paseo de la Victoria, con los trabajadores de Parques y Jardines, en la década de los cincuenta del siglo pasado, donde hoy se encuentra el Instituto Muñoz Seca.
Trabajó con 10 alcaldes desde 1957: Luis Caballero, Miguel Castro, Luis Portillo, Juan Melgarejo, Fernando T. de Terry, Manuel Martínez Alfonso, Javier Merello, Enrique Pedregal, Antonio Álvarez y Rafael Gómez Ojeda hasta su jubilación en 1983 y con todos supo estar a la altura de las circunstancias, manteniendo El Puerto en un estado de exhorno donde se notaba su mano. Lo mismo viajaba a Valencia a la Feria de Interflora.
Paco Peña, a la derecha con una bicicleta, con trabajadores de Parques y Jardines, transportando plantas para la plaza de Isaac Peral. Década de los cincuenta del siglo pasado.
Para Luis Suárez Ávila, los jardines de El Puerto «espacios a la francesa, ‘salones’ o plazas, permanecieron con muy diversa suerte, hasta la llegada a El Puerto de un hombre providencial, una gran enamorado de la jardinería, que fue Francisco Peña Ortega, que diseñó y realizó, de nueva planta, espacios tan familiares hoy como la plaza del Polvorista y la antigua concepción de la plaza del Castillo, la reordenación del Parque de la Victoria y el mantenimiento de todos los demás espacios públicos de nuestra Ciudad. Desde El Perneo autoabastecía a la Ciudad de plantas, árboles y arbusto que que reponer y rogar en los espacios públicos en todas las épocas del año.
Cuerpo de Guardas de Parques y Jardines, con el encargado, José Luis Cárdenas Domínguez, en la Plaza de Isaac Peral. 1 de enero de 1974.
Y, sobre todo, creó un cuerpo de guardas de parques y jardines, con uniforme, sombrero ancho con escarapela y bandolera que fue ejemplar. Aunque solo fuera por su intervención en el terragal de la plaza del Polvorista, ya Paco, el Jardinero Mayor de El Puerto, debiera pasar a la historia. Es cierto que siempre contó con la confianza de los sucesivos concejales de Parques y Jardines. Pero esa confianza se la ganó a pulso, por su profesionalidad, por su buen gusto, por su manera de ordenar a su gente, a su cuadrilla. Paco, siempre estuvo solícito a dar el consejo botánico a quien lo paraba por la calle, fuera quien fuera; siempre colaboró desinteresadamente con sus compañeros los jardineros de las bodegas y de las casas particulares.. Por eso Paco siempre tuvo las puertas abiertas en todas partes».
La construcción de la Plaza del Polvorista. 6 de abril de 1970. A la derecha, la Casa de las Cadenas.
Recuerda Antonio Muñoz Cuenca: «De los oficios transmitidos en el tajo, grandes maestros han sido el maestro Cantero Santilario, el maestro de maestros que fue Francisco Dueñas Piñero, el inolvidable Maestro Arjona, los maestros zapateros de El Puerto como Osorio y Santilario, los maestros barberos y de la navaja Antonio y José Muñoz, el inolvidable maestro que fue Juan Botaro y el maestro inolvidable de parques y jardines que fue, el Maestro Paco Peña. Era un creativo y era tal su conocimiento y su mimo hacia la materia que trataba, que cualquier erial lo convertía en el Jardín del Edén. Cualquier idea, cualquier sugerencia, cualquier inquietud de sus superiores en el Ayuntamiento, en manos y fantasía de Paco Peña se transformaba en arte, creación: ‘Dígame usted que quiere y no se preocupe. Eso lo deja usted en mis manos’. Tal vez Paco Peña con sus gafas de concha, su mirar penetrante, su calva enhiesta, su fuerte voz no destemplada, sus ilusiones, su alma de artista de frágiles y bellísimas criaturas, su siempre estar en su sitio, ha dejado huella en cuantos le conocimos».
En la imagen, alfombra floral para la procesión del Corpus Christi. Plaza de Isaac Peral, antes de la remodelación de Díaz Cortés. Año 1970.